Capítulo 16

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Narra Will:

Desperté con los fuertes brazos de Mike rodeando mi cintura, se sentía tan bien estar de esta manera, él seguía siendo lindo hasta durmiendo, sonreí y me acurruqué en su pecho y cerré mis ojos.
—¡Mike!, Despierta es hora del desayuno —dijo una voz femenina, mientras se escuchaba que abrían la puerta. Rápidamente me separé de él, y lo patee para que se alejara, está acción hizo que él abra los ojos y se cayera de la cama.
Aghse quejó el rizado en el suelo—, Nancy, ¿Qué no te enseñaron a tocar? —dijo sentándose y sobando su cabeza.
—¿Qué hace Will aquí? —preguntó confundida.
—Y-yo... Ya me iba —dije nervioso y levantándome de la cama.
—¡No! —exclamó Mike—, es decir... Anoche llegamos tarde, así que lo invite a dormir.
—¿Joyce sabe? —preguntó.
—No —dije con una sonrisa nerviosa.
—Tranquilo, se lo que pasa entre ustedes —dijo con una cálida sonrisa—, hacen una bonita pareja, y tienen mi apoyo, enserio, pero tengan cuidado, tienen suerte de que haya sido yo y no mamá.
—Lo se... —dijo Mike levantándose del piso.
—Voy a bajar, Will voy a avisarle a tu madre que estás aquí, no quieras que se preocupe —dijo sonriendo y saliendo de la habitación.
—¿Ella sabe? —pregunté confundido.
—Si, Steve le dijo —respondió riendo bajo.

Nos vestimos y bajamos al comedor, toda la familia Wheeler estaba sentada en la mesa.
—Buenos días —dije apenado.
—¿Will?, ¿Qué haces aquí? —respondió Karen confundida.
—¡Oh!, Mike lo invito a dormir, tranquila, ya le dije a Joyce —respondió Nancy, quien llevaba una cucharada de cereal a su boca.
—Y ¿Por qué tienes moretones? —preguntó apuntándome uno que estaba en el rostro.
—Larga historia —respondió Mike de una manera rápida, para que su madre lo le haga más preguntas.
—Espero y tengas una buena explicación para Joyce, jovencito —con esto finalizó la señora Wheeler y se levantó de la mesa tomando unos platos sucios y llevándolos al lavabo.

Con Mike tomamos asiento, su madre nos sirvió unos huevos estrellados, dos tiras de tocino, unos waffles,  y para tomar jugo de naranja.

Cuando terminamos de desayunar, Mike me acompaño a mi casa, todo el camino se estaba disculpando por no haber estado ahí al instante en el que Troy me atacó, yo simplemente sonreía y le respondía con un "Mike, está bien, no es tu culpa", pero aún así seguía disculpándose, lo cual me parecía tierno.

Al llegar a mi casa mi madre abrió la puerta, está al verme me abrazó, pero cuando se separó me vio y se asustó.
—¡Will!, ¿Que te pasó? —exclamó asustada.
—Madre, estoy bien —respondí calmado.
—Yo puedo explicarle —intervino Mike.

Entramos a la casa y nos sentamos en los sofás, mi madre nos veía atentamente, esperando una buena explicación.
—Lo que pasa es que... —me volteó a ver—, anoche, en la fiesta, Will nos dijo que iba a salir a tomar aire fresco, yo no fui, creo que fue lo peor que haya echo, cuando salí a buscarlo Troy estaba encima de él y lo estába golpeado, al instante me acerque para sacarlo de ahí, realmente me molesta que le haga esas cosas ¿Sabe?, Porque no voy a permitir que alguien le haga ese tipo de cosas a mi no... —hizo una pequeña pausa, ¿Que estaba a punto de decir?—, ¡Amigo! —corrigió. Mi madre lo vio raro por lo dicho al final, pero le restó importancia.
—Gracias, Mike, por estar siempre ahí para Will, créeme que te lo agradezco demasiado —dijo mi madre parándose y dándole un abrazo a Mike.
—Lo que sea para que él esté a salvo, señora Byers —dijo con una sonrisa, mi madre sonrió al escuchar esto, cuando ambos se separaron Mike me dedico una tierna sonrisa, yo le correspondí, mi madre nos vio y sonrió.

Mike se quedó un rato en mi casa, platicamos, nos entretubimos con jugos de mesa y comiendo muchos dulces y frituras. Mi madre cada vez que nos veía sonreía, ya que veía como el rizado me ayudaba a pararme, a sentarme, hasta para alcanzar cosas que estaban lejos de mi alcance,  ya que aún estaba adolorido.

Mike se quedó a almorzar, veía que platicaba muy animadamente con mi madre, y esto me hacía sentir muy feliz.

Al finalizar la comida el pecoso se quedó a ayudar a mi madre a lavar los trastes «Como un buen yerno», este pensamiento pasó por mi cabeza y solté una leve risa.

Mike se despidió de mí y de mi madre, para después irse, sin duda tenía al mejor novio del mundo.

Enséñame a Amarte // Byler Donde viven las historias. Descúbrelo ahora