Capítulo 5.2: La Reina Oscura

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Apenas fue transportada a aquel lugar la Reina Oscura optó por salir del peligro. Su primer acto fue retroceder y, sin que nadie se percatara, fundirse en la niebla que apareció repentinamente tras ella.

Atravesando las nieblas se podía ver todo un paisaje desolado y oscuro. Un cielo en lo que parecía un nubarrón eterno por el que apenas ingresaba una pálida luz de lo que podría ser una luna llena o un sol muy débil. La Reina Oscura lo miró por un momento y luego sonrió.

—Acogedor—dijo entonces—. Bastante acoge---

Entonces se manifestaron llamaradas blancas y azules apenas visibles, como fuegos fatuos, que cubrieron toda el área en un instante. Sin embargo, al pasar alrededor de ella no le ocasionaron daño alguno.

—Qué bueno que no estaba en el plano físico—dijo ahogando un risa.

Sin embargo, se detuvo de inmediato y empezó a mirar en los alrededores, esperando atenta a que algo en particular pasara.

Entonces, algo ocurrió. Un cuerpo se manifestó en ese plano, un cuerpo nebuloso, de alguien confundido y en estado de shock.

—Hola—saludó ella mientras se encaminaba hacia el recién llegado, hizo unos gestos con su mano y humo plateado apareció entre sus dedos tomando formas, debía tener algún sentido para ella porque al instante siguiente siguió dirigiéndose al él—. Ademaro Hausser, por lo que veo—extendió los brazos de lado a lado—. Bienvenido al Plano de la Muerte. Todos los mundos tienen un Plano de la Muerte. Este es el de la Tierra.

—Alta Reina de la Corte Oscura—dijo el espectro de Ademaro, su voz sonando como un eco, mientras la miraba a ella y luego a sus manos nebulosas—. ¿Estoy muerto? No puede ser... yo... Apenas estaba empezando, ¿nadie más murió? ¿Soy el único que ha caído?

La Reina Oscura miró a su alrededor un momento. Nada más apareció.

—Pues sí—dijo la Reina Oscura mientras llegaba a su lado—. Tu vida ha llegado a su fin, ahora debes cuidar de esa sustancia efímera tuya—con sus dedos le picó en el pecho, Ademaro reaccionó con dolor cuando ella le arrebató parte del material espectral del que estaba compuesto y lo frotó entre sus dedos—. Curioso, pareces tener más fluido que otros.

Ella soltó el material que flotó como un cúmulo de niebla de vuelta a Ademaro quien se palpó en el pecho mostrándose muy extrañado por la sensación. Miró alrededor al inhóspito y oscuro lugar, lucía decepcionado.

—¿Sólo esto?—dijo con cierto desdén—. ¿Esto es la muerte? ¿No vendrá Dios a salvar mi alma o el Diablo a arrebatármela?

—No sé, ¿hiciste un pacto con el Diablo?—preguntó la Reina Oscura—. No, luces decepcionado. ¿Eras devoto de este Dios que dices?

—Eso no es el punto... ¿Qué haces tú aquí?—preguntó Ademaro—. ¿Por qué no eres un espectro?

—Como te dije, este es el Plano de la Muerte, soy capaz de cruzar a este lugar como me plazca—dijo la Reina Oscura mientras entrecruzaba los dedos—. Varía mucho de mundo a mundo y supongo que este aquí es algo apacible porque estamos lejos de las áreas pobladas. En fin, me iré a explorar un poco lo que hacen los otros.

—¿Y qué debo hacer yo?—preguntó Ademaro.

—Pues—dijo ella—. Existir supongo... o si eres ambicioso, intentar cruzar al mundo de los vivos, quizás puedas lograrlo hasta cierto grado, tu espíritu se ve fuerte. Eso sí quizás llames la atención de otros Espectros. Yo que tú empezaría a familiarizarme con formas de ataque.

—Espera—gritó Ademaro—. ¿Puedes ayudarme con eso? ¿O puedes hacerme regresar?

La Reina Oscura le mostró el dorso de su mano izquierda en dónde se mostraba un sello dorado tenía una marca con símbolos feéricos alrededor.

—Lo siento—dijo mientras se daba media vuelta—. Tengo prohibido usar mi magia Necromántica en ustedes. Así que, mis disculpas, limitada por un Juramento.

—¿TÚ estás limitada por un Juramento?—preguntó Ademaro con curiosidad—. ¿Cómo?

—Los Contratos o Juramentos son cosas muy poderosas entre los faerie—explicó la Reina Oscura con calma—. Es por eso que procuro no hacerlos e inclusive romperlos, pero este lo tengo que respetar. Lo acepté libremente y no puedo romper un Juramento que acepté libremente. En fin, tengo que ir a masacrar algunos faerie. Descuida, no iré por los humanos hasta el final, son el eslabón débil, ¿sabes?

Y empezó a alejarse.

—Espera. ¿Por qué me revelaste esto?—preguntó Ademaro.

—Porque—dijo ella mientras se detenía un momento—. Los muertos no cuentan historias—entonces siguió caminando mientras ondeaba su mano—. Nos vemos posiblemente nunca, Ademaro Hausser...

Y sin decir más encaminó sus pasos hasta perderseentre la niebla que se formaba a las sombras del cielo oscurecido.

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