Capítulo 8

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A la mañana siguiente no demore en arreglarme para bajar con rapidez las escaleras e ir a desayunar.
—¡Buenos días!— salude al ver a ambas madres en la cocina —Hoy iremos con Matt y, para no volver tarde, nos iremos temprano— les avise con una sonrisa de oreja a oreja —ah... ¿Felix no a bajado?— pregunte curiosa, la señora Lee me lo negó con la cabeza mientras se llevaba la taza de café a los labios y con un asentimiento de cabeza he salido de la cocina para subir las escaleras nuevamente y a paso veloz para dirigirme hacía la habitación del rubio. 

—¿Felix?— lo llamé al mismo tiempo en que tocaba a la puerta, pero no obtuve respuesta alguna, así que volví a llamarlo por segunda ocasión con unos cuantos golpecitos más fuertes.
—¿Uhm?— escuché a duras penas del otro lado, entonces me permití abrí la puerta para entrar y encontrarme al chico aún en cama.
—¿Qué pasa? ¿Te sientes mal?— me apresure a preguntar mientras me acercaba hasta él.
El chico me asintió sin pensarlo dos veces mientras hacía una mueca de desagrado. Lo observé unos segundos mientras llevaba mi mano a su frente y otra a la mía.
—Lo siento, supongo que no podremos ir a la casa de Matt hoy— musitó, le negué con la cabeza restandole importancia.
—No pasa nada, lo que importa es que no te sientas mal durante todo el verano— le respondí —Bien, voy por tu madre— Le avise, apresurándome a salir de la habitación bajando las escaleras por segunda ocasión y después,  tuve que subir por segunda ocasión, trayendo a la señora Lee a mi lado —Creo que tiene un poco de fiebre— le informe mientras entrábamos a la habitación, mi madre había ido a comprar algunos medicamentos que Félix podría llegar a necesitar.
—Seguramente es porque se mojaron hace unos días— respondió la señora Lee mientras revisaba a su hijo —Voy a ir con tu madre, Marcie. No me tardo— le asentí mientras observaba como la señora Lee salía de la habitación.

Me senté en el suelo observando la alfombra, jugando con los pequeños hilos de color que sobresalían.
—¿Qué haces sentada en el suelo? Hay un sillón por allí— Dijo Félix señalando vagamente algún lugar del dormitorio.
—En verdad quería ir a jugar con Matt.— murmure.
—Hace tan solo un día odiabas a mis amigos, ¿Y ahora quieres pasar el verano con ellos en vez de estar con tu amigo de la infancia?—  se hizo el sentido mientras se llevaba una mano al pecho y se volteaba de lugar, dándome la espalda.
—Bueno, son chicos muy atractivos— le confesé mientras me tiraba en el suelo y soltaba una risita nerviosa, observando el techo de su habitación.
—Son los chicos más feos de la escuela— respondió él, haciendo una mueca de asco al mismo tiempo en que se volvía a voltear hacía mi. Le he mirado con una ceja enarcada, sin poder creer aquello.
—Uff, entonces los chicos más guapos deben verse como dioses griegos— Conteste entre risas mientras lo volteaba a ver.
—Guau, nunca creí que te llegaría a escuchar hablar de chicos y menos de mis amigos, Marcie— musitó con la mirada fija en el techo. y soltando un profundo suspiro. 

—También estás incluido ahí.— solté sin pensarlo. 
El rubio no tardo en voltearme a ver, sonriéndome de manera traviesa y divertida.
—¿Soy guapo?
—Carismático, si— me apresure a responder, a lo cual  se terminó quejando al instante. —Ok, eres guapo. Mi madre dice que los años no pasan en vano— confesé haciendo que la habitación se quedará en silencio por unos segundos.
 ¿Había dicho algo vergonzoso, cierto?
—Ay, que tonta...— me regañe a mí misma en un susurro —Voy a ver si nuestras madres ya vienen— le avise poniéndome de pie y saliendo de su habitación lo antes posible. 

—¡Ya estamos aquí!— gritó la señora Lee desde la puerta de la casa, cuando estaba por terminar de bajar las escaleras, ¿Por qué no podíamos instalar un elevador?
—¿Félix está bien?— me preguntó mi madre, le asentí con la cabeza mientras me dirigía a la cocina para tomar un vaso de agua viendo que ambas señoras ya habían llegado. La señora Lee subió a ver a su hijo y mi mamá comenzó a preparar el desayuno.
—¿Irás con aquel amigo?— me preguntó, pero le negué con la cabeza.
—me quedaré con Félix— le respondí, saliendo de la cocina para subir las escaleras devuelta. ¡Dios! ¿Cuantas veces había bajado y subido las escaleras el día de hoy?

Asome la cabeza al interior de la habitación de Félix, observándolo a él y a su madre.
—¿Necesitan algo?— pregunte curiosa mientras entraba a la habitación por completo.
—Compañía— respondió Félix a lo cual su madre termino riendo.
—Iré a ayudarle a tu madre con el desayuno— nos avisó la señora Lee, le asentí con la cabeza mientras observaba como salía de la habitación poco después, dejándonos solos.

Me senté en la esquina de la cama de Félix observándolo fijamente.
—No eres tan guapo— solté sin previo aviso y haciendo que el chico enarcara una ceja ante mis palabras.
—Entonces, ¿Quieres presentar tu candidatura para ser el amor de verano de Matt? Podría ayudarte con eso.
—¿Amor de verano?— solté con una risa fingida. —Yo no vengo aquí en busca de un amor de verano, quiero diversión— le respondí mientras miraba por unos instantes hacia el ventanal que había en la habitación, encantador, encantador. —Solo quería jugar con la consola.
Felix me asintió con la cabeza sin mucha importancia mientras se enderezaba un poco hasta quedar sentado en su lugar.
—Allí— señaló vagamente en algún lugar de la habitación —Hay una consola.
Lo miré con una sonrisa de oreja a oreja.
—¿Qué juegos tienes?— me apresure a preguntar dirigiéndome hacía el aparato.
—Los suficientes para mantenerte entretenida por un buen rato— me respondió, retomando su posición vertical para dormir.
—¡Pero no te duermas, gato bobo!— me queje mientras golpeaba levemente su pierna con mi puño. —juega conmigo.— le pedí, pero al poco rato me lo negó con la cabeza. —¡Anda! Juega conmigo— insistí golpeando nuevamente su pierna.
—No se debe golpear a los enfermos— musitó mientras se sentaba de golpe.
—Entonces juega conmigo.
El rubio soltó un suspiro mientras se ponía de pie y caminaba lentamente en busca de dos controles tras ceder a mi insistencia.
—Solo una hora— me advirtió mientras escogíamos el juego. Si tan solo aquello hubiera sido cierto. 

La señora Lee terminó llevándonos el desayuno para poco después comenzar otra partida, al final, cuando nos aburrimos de aquello -Lo cual no ocurrió en un buen rato- Nos fuimos a ver Netflix, en busca de una película interesante.
—Por cierto, ¿Le avisaste a Matt que no íbamos a poder ir?— le pregunte mientras lo volteaba a ver. Felix me asintió con la cabeza sin apartar la mirada del televisor en ningún momento.
—Tengo sueño, me voy a dormir— me avisó poco después  mientras se ponía de pie y comenzaba a caminar hacia las escaleras para ir a su habitación.
—Apuesto a que no le dijo nada— murmure para mí misma. 

Summer Nights || Lee Felix || Stray Kids ¡Publicado En Físico!Where stories live. Discover now