CAPÍTULO 2: "Sí señor"

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-Buenos días, señor Allen ¿tuvo un buen fin de semana?

Saluda Danielle, mordiéndose la lengua y fingiendo no estar al borde del colapso.

-No, y fue gracias a ti

La apunta con el índice de la mano que sostiene su maletín, atravesándola con esa salvaje mirada negra.

-¿Disculpe? ¿De qué modo podría haberlo arruinado?

-No has confirmado mi asistencia a la cena de inversionistas del teatro Moon. He tenido que ser rescatado por el administrador para poder ingresar –explica molesto.

-Un malentendido, lo confirmé hace 3 semanas, incluso hablé con la organización para que no le sirvieran nada con frutos secos o con orégano.

-Como sea, tienes que estar alerta.

-No se volverá a repetir, señor.

Dando media vuelta se encaminó a su despacho, agarró la manilla para abrir la puerta y añadió mirando a su asistente por encima del hombro:

-Bonito conjunto, al fin le atinas con algo decente.

Inspirando aire sorprendida por su descaro Danielle, replicó sin dudarlo.

-El que a usted le agrade o no lo que traigo puesto no quiere decir que sea feo o lindo. Tal vez es usted el que tiene gustos extraños por la ropa de mujer –contesta sin dudarlo. No iba a dejar que criticara su vestuario.

-¿Ropa de mujer? -repite con sorna-. Por favor si eres solo una niñita.

-Una niñita que sabe hacer perfectamente bien su trabajo.

Protesta ofendida por el "niñita".

-¿A sí? ¿Qué pasó con la reserva del sábado entonces?

Se gira completamente para encararla con esa arrogante mirada que incomodaba a todo el mundo.

-Fue un error de la organización, en breve les enviaré un mail por lo sucedido.

-Tú error –le insiste.

-De la organización.

Exasperada hizo lo que hace bastante seguido, contar hasta diez para calmarse. Hombre antipático, si no fuese su jefe, hace bastante que estaría viviendo y formando familia en la mierda, porque es allí a donde lo manda mentalmente cada vez que se pone pesadito.

-Como usted diga, Don Nicholas –replica con una pequeña sonrisa.

-"¿Don?" –pregunta con el ego herido.

-Sí, ya sabe, por respeto a mis mayores –se encoge de hombros con fingida inocencia.

-¿A tus...? ¿ME ACABAS DE LLAMAR VIEJO? –chilla perdiendo la compostura.

-No, claro que no, señor.

Y ya estaba enojado. Esa pequeña venita en la cien, se hincha cada vez que se enfada ¡ja! rió para sus adentros Danielle, no solo usted don "Porque yo lo digo" puede burlarse de la gente.

-Deja de perder el tiempo apoyada en el lugar de trabajo de mi secretaria y prepárate para hacer mi agenda.

-Por supuesto, señor. En cuanto sean las 8 de la mañana comienzo a trabajar.

Suelta con todo el sarcasmo del mundo. ¡Toma engreído!

-¿Dónde está la señorita Thomas? –espeta ignorando su insolencia.

-En el baño –miente.

-Ve por ella ahora, y no me salgas con eso que todavía no estás en horario de trabajo, te pago las horas extras.

Porque YO lo digoWhere stories live. Discover now