CAPÍTULO 26: "Amistades"

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Eran solo las 8 de la mañana del sábado cuando el destrozado celular de Danielle, comenzó a vibrar cobre la mesita de noche con el más molesto de los zumbidos. Soltando gruñidos de fastidio y aun dormida alargó el brazo y por inercia le dio a contestar y se lo llevó al oído..., pero no dijo nada, tenía demasiado suelo, la noche anterior luego de la cena se instaló en el sofá junto a su tía y miraron una película.

-Buenos días –saludó la suave voz de Nicholas
-Mmm...
-Tus ronquidos son lindos, pero me gusta más tu voz
-¿Qué quieres Allen? –refunfuñó aun con los ojos cerrados
-Anoche me distrajiste del motivo de mi llamada –anuncia con tranquilidad
-La hora del revolcón –balbucea aun medio dormida
-¡Vaya! Cuanta elocuencia señorita Ross
-Horario PM, no me molestes, es mi mañana libre
-Paso por ti a las ¿7, 9 tal vez?

Y Danielle, no respondió, siguió dormitando mientras sujetaba el celular contra su oído

-¡Vamos Dani! Un pequeño esfuerzo y ya te dejo dormir
-Es toda una atracción escuchar que esperas por mi decisión –bromea pensando en que jamás en el trabajo habría permitido tener que esperar por la decisión de alguien.
-Háblame
-9 de la noche, Nicholas
-Muy bien bella durmiente, nos vemos esta noche
-Ya lo creo

  Y sin más se volvió a dormir profundamente... Pero dos horas más tarde el zumbido de su celular, aun contra su oído, la hizo saltar del susto. Sentándose sobre el colchón buscó su celular entre las sabanas y contestó

-¿Qué pasa ahora? –gruñó creyendo que sería Nicholas
-Hola Dani ¿interrumpí tu sueño reponedor de día sábado?
-Aaron, hola -suspira recostándose contra el respaldo de la cama-. Sí, supongo que me interrumpiste, pero creo que ya debo levantarme –suspira dejando escapar un largo bostezo
-¡Son las 10 de la mañana, niña! ¿Otra vez te quedaste mirando películas?
-Fue solo una, es que me quedé hablando con Jaz, y ya, era viernes, no me regañes
-Será mejor que vaya al grano
-Buena idea
-Sé que no llevamos mucho siendo amigos y que todavía no está habilitada la "opción de los favores" pero me agradas, además de ser súper linda eres inteligente y divertida
-No necesitas inflar mi ego, solo dime qué puedo hacer por ti y te digo si puedo hacerlo
-Dani, necesito que me ayudes a organizar una fiesta para esta tarde, eres astuta, necesito persuadir gente para que me presten estructuras, equipos de luz, audio y muchas mierdas más
-¿Qué pasó? ¿Ya no eres solo DJ?
-Se me presentó esta oportunidad y el idiota estaba diciendo que sí incuso antes de pensar en llamarte ¿me ayudas?
-Pero..., sí, te ayudo en lo que quieras, pero no quiero que pienses que sacaré mi barita mágica y ¡Bum! Todo listo.
-Vamos Dani, tu puedes
-Soy buena con los papeles, no con amplificadores o esas cosas
-¡Adminístrame! –insiste optimista
-Me pongo unos jeans y zapatillas y te ayudo con lo que quieras, pero...
-Confío en ti –la interrumpe
-Aaron –suspira con cariño
-Vamos Dani, si lo hacemos bien puede ser nuestro negocio y así ambos ahorramos -insiste-. Podrías terminar tus estudios, la gente rica gasta mini fortunas por este tipo de trabajos –sugiere hablando muy en serio
-¿Si la cago no habrá resentimientos? –pregunta ocultando su emoción
-Solo una borrachera
-De acuerdo ¿qué quieres que haga?
-Que tomes una ducha y te vistas cómoda
-¿Y luego?
-Mete un vestido y tacones en el bolso, la fiesta es de finolis y tiene código de vestimenta
-¿Coctel?
-Sí, un vestidito de coctel, y uno para mí si tienes algo de mi talla

Ambos rieron relajados

-Veré que puedo hacer
-Te recojo en una hora, gracias Dani
-Es muy pronto para los agradecimientos –le advierte de buen humor
-Y la celebración ¡Nos vemos en un rato!

En cuanto cortó la llamada se levantó de la cama con mucho ánimo, se dio una ducha, se puso ropa cómoda, buscó ropa para cambiarse y se fue con Aaron, pasaron por el desayuno y se dirigieron al apartamento tipo estudio donde vivía. Era primera vez que Danielle, iba a ese lugar y había que decirlo, era bastante impresionante, muchos equipos de sonido, toda la decoración muy moderna, cuadros de bandas, de artistas, demasiado cool, para un hombre, y ordenado.

Porque YO lo digoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora