CAPÍTULO 32: "Yo y mi bocota"

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Lunes 19 de noviembre



¿Pero qué me pasa?


Era lo único que Nicholas, se preguntaba una y otra vez.


¿Qué era este comportamiento de mierda irresponsable? El jamás se ausentaba del trabajo sin un motivo muy importante. Había estado toda la mañana fuera y la tarde no había sido nada productiva, ya eran las 4 de la tarde y no conseguía concentrarse, ignoró cada una de las llamadas de su secretaria e incluso las de su propio celular.


La verdad es que no quería ver a nadie, deseaba más que nunca estar solo, bueno no solo pero si en un lugar distinto donde nadie lo moleste y donde fuese apropiado llevar poca ropa todo el tiempo..., fantaseaba con volver a su casa de verano junto a Danielle, ahora las cosas serían completamente diferente a la vez que la "obligó" a ir con él..., ahora solo pensaba en ella en un traje de baño o con un ligero vestido de verano, en su sonrisa, en su mirada de gatita risueña cuando lo provocaba llevándole la contra a propósito, cuando era una chica alegre y sin ese infeliz amargándole la vida con su presencia...


Y entonces unos decididos golpes en la puerta lo sacaron de sus divagaciones poniéndolo automáticamente de malhumor. Tamara entró sin esperar a que le autorizara a hacerlo, su fantasía se esfumó junto con las ganas de trabajar


-¿Y tus malditos modales?
-Es urgente –explicó mientras se acercaba al escritorio
-¿Qué quieres? –se recostó en la silla ignorándola
-¿Puedes hacer el favor de contestar el teléfono? Ni a tu secretaria tomas en cuenta ¿qué pasa contigo hoy?


Poniendo los ojos en blanco y con una expresión que gritaba "DÉJAME EN PAZ" Nicholas, la fulminó y decidió no responder a su pregunta, no era de su incumbencia lo que pasara o no con él, es el jefe ¿Quién se cree?


-Basta, no me pongas los ojos en blanco
-¿Qué demonios haces en mi despacho?
-No estoy aquí para arruinar tu tarde, pero mientras te ausentaste el directorio ha solicitado una reunión de carácter urgente para esta tarde, quiere decir dentro de media hora y tú..., perdón USTED señor Allen, ha ignorado su teléfono prácticamente todo el día...


Furiosa se cruzó de brazos mientras le sostenía la mirada con seguridad, no la intimidaba con su mala leche, se conocen hace años, pero su carácter..., uff, sálvese quien pueda


-¿Y para qué demonios está la secretaria? ¿No tiene piernas? ¿No sabe caminar?
-Aparentemente no, Nicholas –asintió de acuerdo
-Bien ya dime lo que quieren los vejetes
-Primero que todo y lo digo sin la intención de fastidiarte, pero ya basta de esta actitud de superioridad, quieras o no los "vejetes" como les llamas son pesos pesados en la compañía y tienen poder, y muchos clientes importantes que le han dado los mejores proyectos a esta compañía –le recuerda furiosa con su actitud desinteresada en un tema tan importante
-Tamy, no estoy quejándome de tu presencia pero ¿qué diablos haces metiéndote en asuntos que no te corresponden? Eres de recursos humanos
-Y por desgracia soy tu amiga. A veces.
-Una bruja


A punto de mandarlo a la punta del cerro más lejano Tamara, tomó un par de respiraciones profundas buscando paciencia.


-Escuche señor Allen, el directorio se enteró de todo lo que has estado haciendo con el proyecto de Kobayashi, y no están para nada de acuerdo, es más, quieren quitarte la dirección argumentando tu "abuso de poder" y muchas cosas más
-¡¿Qué?! -se levantó de su silla de golpe-. ¡Eso es una completa y absoluta ridiculez!


Bramó rodeando su escritorio para dirigirse a la puerta dispuesto a ir y crucificar arquitectos en ese mismo instante. Pero su celular comenzó a vibrar sobre su mesa de trabajo con el nombre de Danielle, brillando en la pantalla, y nada más eso bastó para que su respiración acelerada se regularizara, saber que lo estaba finalmente llamando tranquilizó a la bestia.


Le echó un vistazo a Tamara, que seguía de brazos cruzados a escasos centímetros de él, y regresó un par de pasos hasta su escritorio, extendió el brazo para tomar su celular y sin importarle que escuchara su conversación contestó


-Hola ¿estás bien? –su tono de voz ahora era casi cálido
-Nic, me llamó el señor Hoggar, hijo, y me hizo preguntas extrañas sobre el proyecto de Kobayashi y tus viajes –ignoró su preocupación y fue directo al grano, esto le importaba mucho más.
-¿QUÉ? –se giró para mirar a Tamara
-Me pidió que nos viéramos esta tarde
-No. Tú no te vas a ver con ese hijo de..., no ¿me escuchaste? –y esos eran sus celos nuevamente hablando
-Tranquilo ¿pensaste que me iba a reunir con ese hombre y hablarle de ti a tus espaldas?
-No, claro que no, se lo leal y profesional que eres..., pero mis celos por otro lado... -insinuó que no eran muy controlables
-¿Qué está pasando Nic?
-No lo sé Dani -suspiró de pronto muy agobiado-. Pero creo que estoy por averiguarlo
-¿Necesitas que vaya? –preguntó esperando que le dijera que sí
-No, nos vemos mañana
-De acuerdo...


Contestó para nada convencida, estaba preocupado y casi podía jurar que algo asustado, ese proyecto se había convertido en su razón de ser, su obsesión personal por demostrarle a todos que es bueno en su trabajo y capaz.

-¿Danielle?


Tamara, seguía en su misma posición, ahora señalaba el celular que Nicholas, seguía sosteniendo.


-Hoggar, hizo que el puto de su hijo llamara a Danielle, para obtener información
-¡Nicholas, esto es muy serio! –chilló alarmada, comenzaba a creer que se le iba de las manos esta disputa con los co-fundadores de la compañía.
-¡Lo sé, maldita sea!
-¿Qué piensas hacer?
-Enfrentarlos, si creen que van a intimidarme entonces están muuy equivocados, y de paso les haré un recordatorio sobre quien es el jefe.
-No los hagas odiarte Nicholas, es lo peor que puedes hacer


Danielle, volvió a llamarlo.


-Yo soy el jefe, lo he sido por dos años y nunca he puesto en riesgo esta compañía, este proyecto es multimillonario y nos abrirá todo un mundo de proyectos
-¿Quién te llama ahora?
-Dame un momento a solas
-Esperaré afuera –tomó aire nerviosa y caminó hacia la salida
-No te alejes


Temblando de ira aguardó hasta que la puerta de su despacho estuvo cerrada, no era un buen momento para hablar con Danielle, no quería tomarla contra ella, no tenía nada que ver pero estaba tan furioso que no sabía cómo reaccionar


-No es un buen momento Dani... -murmuró conteniéndose
-En mi escritorio hay un archivador de color negro donde llevo registro de todas las actividades que se relacionan con Kobayashi, desde el primer viaje a tus itinerarios y el informe sobre el accidente del obrero los gastos de tratamiento y esas cosas..., espero que sea de ayuda, están los contratos externos que has realizado con los trabajadores de la empresa... -soltó de sopetón, lo conocía y sabía que estaba a punto de matar a alguien solo con la mirada
-Mierda...


Soltó el aire que inconscientemente estaba conteniendo desde que atendió la llamada de Danielle, estaba más que agradecido por aquella iniciativa, porque ha hecho tantos acuerdos y modificaciones que le era imposible recordar el orden exacto de todo


-¿Estás preocupado? –preguntó con suavidad
-Ojalá estuvieras aquí –suspiró aquello antes de darse cuenta
-Puedo ir si me necesitas
-No, la reunión es en unos minutos, pero puede que te necesite más tarde –confesó con nerviosismo
-Sólo llámame


Un pequeño silencio, pero para nada incómodo.


-Lo voy a hacer Dani –le advirtió con calma
-Tu puedes, solo intenta no perder la paciencia
-El problema con eso es que no tengo, y lo sabes bien –y una media sonrisa apareció en su rostro de la nada
-¡Uy! Vaya que lo sé, diablito
-"Demonio" querrás decir
-Así que sabías que te llamaba así –ríe bajito como colegiala enamorada
-Sí y tengo que admitir que me excitaba hacerte enfadar y viceversa solo para escucharte protestar y llamare de ese modo
-Pervertido
-Me afectas desde el día uno


Abriendo los ojos como plato, guardó silencio ¿qué le pasaba a su boca? ¿Por qué demonios le había confesado eso?


-Señor Allen... -murmuró ruborizada a la distancia-. Es hora de demostrar lo bueno que es en su trabajo
-Estoy furioso, no sé qué esperar de todo esto
-Llámame si necesitas hablar –ofreció preocupada por él
-¿Solo hablar? –insinuó sabiendo que no conseguirás nada
-No te pases
-Danielle..., -la nombró y de pronto se encontró sin aliento y congelado
-¿Sí Nicholas?
-Te amo


Y antes que Danielle, consiguiera si quiera reaccionar Nicholas, le cortó y lanzó su celular sobre el escritorio como si de pronto lo quemara y miró como se azotaba contra la madera mortificado...


En cuanto su respiración se calmó salió del despacho y se dirigió al escritorio de Danielle, buscó el archivador y lo abrió para mirar la información..., estaba todo allí..., estaba genuinamente impresionado. Pero no había tiempo para eso, se lo dio a Tamara, quien esperaba impacientemente


-¿Qué es esto? –preguntó sosteniendo el archivo
-Danielle, demostrándome que es perfecta –soltó serio
-Vaya..., te escuchas...--
-Sí -la interrumpió antes que acabara la frase-. Lo sé. Necesito que mires esto, voy a requerir tu apoyo en la reunión
-Por supuesto


Con unas repentinas nauseas Nicholas, regresó a su despacho, fue hasta el baño, se refrescó el rostro intentando calmarse pero en lo único que podía pensar es en lo mucho que necesitaba a Danielle, estaba impaciente por llamarla o enviarle un mensaje después de lo que había confesado.

Por los siguientes minutos se paseó de un lado a otro, no podía creer que hubiese dicho eso, las palabras que tanto detestaba, la gente la usaba para todo, incluso para despedirse y él lo detestaba...

Finalmente Tamara, se asomó por la puerta y le anunció que ya era hora, y como siempre con su expresión seria y "poderosa" caminó hacia la puerta, no dijo nada, simplemente se dirigió hasta la sala de juntas. Al pasar frente a la secretaria le lanzó una mirada asesina, no había hecho su trabajo y no dudó en advertirle en el tomo más aterradoramente severo que Frida, ha escuchado...


"Vamos a hablar más tarde" fue su sentencia de muerte...

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Hola chicas,

Capitulo nuevo, es cortito pero creo que les gustará. No olviden comentar, quiero saber lo que opinan sobre este par



Cariños
Black-Betth

Porque YO lo digoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora