XXII. Afraid.

55.9K 3.1K 263
                                    

Capítulo 22.(4/4)

N/A: WIIII PUES A PARTIR DE AQUÍ SE PONEN LAS COSAS INTERESANTES ENTRE HARRY Y HEATHER :-) CLARO QUE QUEDAN PELEAS DE POR MEDIO EH. PERDONAR SI ES ALGO FLOJO PERO ES QUE SON LAS DOS MENOS CUARTO DE LA MADRUGADA HERE Y BUENO, ESTOY QUE ME MATO LOL.
MÁS ODIO/AMOR A HAROLD HERE http://ask.fm/HarryRude



Todas las miradas se van a mi, que me dedico a darle un sorbo al Nesquik que me acabo de preparar.

-¡Que abras la puta puerta!

-Es capaz de echarla abajo.- comenta Niall.

-Abre.-digo.

-¿Estás segura?- Kelsey me mira llena de preocupación.

Asiento varias veces y me acabo el contenido de la taza. Acompaño a Kelsey hasta la puerta, la cual abre con indecisión dejando ver a un Harry empapado. No jodas, ¿lloviendo en Phoenix?

-Heather, ven.

Y sin dejarme responder si si o si no, me agarra de la mano y me arrastra tras él a su coche, ignorando los llamados de Kelsey. Me giro hacia atrás tranquilizándole con la mirada y me adentro en el coche, asqueada por la lluvia.

Harry arranca y se pone en marcha sin decir palabra. No te jode, yo tampoco pienso decir nada hasta que no hable él primero. El viaje transcurre en silencio, hasta que de repente doy con un camino que se me hace familiar. Los árboles que empiezan a hacerse más frondosos y el hecho de estar alejándonos de la ciudad lo hacen más evidente.

-Espera, ¿a dónde coño estamos llendo?

-Al cementerio.- responde con toda naturalidad.

-Qué, ¿me vas a dar un palazo y a meterme en una tumba? Me harías un favor.

Aprieta el volante hasta que los nudillos se le quedan completamente blancos.

-No hagas esto más difícil de lo que es ya.

Decido callarme y miro por la ventana, hasta que los árboles empiezan a formar una hilera rodeando el camino hasta el cementerio. Recuerdo entonces todas las veces que vine aquí para llorar y lamentarme de la pérdida de mi madre, al principio con el resto de mi familia, y luego sola con mi botella de alcohol. Harry aparca y por un momento nos quedamos en silencio hasta que abro la puerta del copiloto y piso la gravilla que forma el suelo.

-¿Para qué hemos venido aquí?

-Llévame a la tumba de tu madre.

Me giro horrorizada por sus palabras, ¿pero este es tonto o qué se chuta?¿se cree que puede tratarme como un puto trapo y que coja y le enseñe la tumba de mi madre porque al señorito se le pone en la punta de los cojones? Pues mira majo pero no.

-¿Qué?¡No!

-¡Heather me cago en la puta!¡Que me lleves!

Me asusto tanto con la cara de desquiciado que ha puesto, que dando un resoplido, echo a andar hasta que atravieso la verja de metal. El aire está impregnado de dolor y recuerdos, mal rollo.Voy vagando entre las tumbas preguntándome cómo fueron sus vidas y mirando las edades, tratando de descubrir la historia tras la foto en miniatura de las personas que se encuentran allí. Reconozco algunas caras, personas fallecidas en accidentes de coche, amigos de mi padres, es casi tan doloroso pensar en aquellas personas que ya no están que me obligo a apartar la mirada, hasta que doy con la de mi madre.

Melody Grace Thompson
Dejó este mundo a los 43 años, tus hijos y demás familiares te recordarán por siempre jamás.
D.E.P

Las rosas marchitas siguen allí, y se me hace un nudo en la garganta que me complica respirar. Es la primera vez desde que volví que vengo aquí y tras años aún no lo puedo superar. Me tiemblan las rodillas y es demasiado tarde para que alguien me sostenga cuando caigo sobre ellas. Pienso en todo lo vivido junto a mi madre, los recuerdos se disparan como flashes y el dolor de pecho me empieza a agobiar, me cuesta respirar y comienzo a temblar. Las lágrimas empiezan a picarme y disimulándolas con el agua de la lluvia, las dejo caer. No puedo creerme que después de tanto tiempo haya tenido los cojones de venir, bueno, que he venido obligada pero aún así.

-Lo siento mamá.

Un sollozo traicionero se me escapa y dos brazos fuertes me levantan desde atrás.

-¿Por qué?- murmuro entre sollozos-¿Por qué me has traído aquí?¡Maldita sea!-me giro hacia él con rabia y le golpeo el pecho repetidas veces.

-Sshh, ven aquí.- Harry toma una de mis muñecas con su mano y me atrae hacia él, abrazándome. Me siento patética llorando mientras dejo que me abrace, joder, me está viendo llorar.

-¿Por qué me has traído aquí?- pregunto con voz temblorosa.

Eleva mi barbilla con su dedo índice, obligándome a mirarle.

-Ayer me dijiste que preferirías estar muerta para estar con tu madre.

-¿Y qué?

-No permitiría eso.- Vuelvo a dejar caer la frente sobre su pecho, liberando un sollozo ahogado. Y Harry sigue hablando.- Lo siento. Siento muchísimo todo lo de ayer, y lo de siempre. No sabes la rabia que me está dando pedirte perdón ahora mismo pero joder, tenía que hacerlo. Y ayer me pasé, me tendría que haber llevado el microfonazo yo.- río por lo bajo, una risa ahogada que da paso a más lágrimas- Y cuando me dijiste lo de tu madre y me miraste a los ojos de esa manera, me di cuenta.

-¿De qué?

-De que me comporté como un gilipollas. Pero es que soy así, es mi forma de ser.

-Una vez me dijeron que una persona no es así porque si.

Me mira con confusión.

-¿Y por qué es?

-Porque ha sufrido, lo ha pasado mal. Esa persona construye muros a su alrededor para que nadie pueda traspasarlos y dañarle más de lo que está. Es lo que haces Harry, tienes miedo de que alguien rompa tus muros y te haga daño.- siento como sus brazos se tensan sobre mi figura. Seguramente que él lo ha pasado mal, a juzgar por su manera de ser me atrevo a pensar que incluso peor que yo.

-¿Y tú?- pregunta algo a la defensiva.

-Yo también.- susurro contra la yema de su dedo pulgar.

Suspira para luego trazar mi labio con su dedo pulgar y apoyar su frente contra la mía.

-¿Me perdonas?

-Si.- musito.

Deja escapar una risa ronca y me estrecha más contra su cuerpo, a ser eso posible.

-Vamos, no vaya a ser que pilles una neumonía.

Me tiende la mano y la acepto, contenta porque por una vez en su puta vida me ha pedido perdón.

Nos adentramos en el coche y antes dd arrancar, se me queda mirando los labios.

-Joder.- brama.

-¿Qué?

-Soy un hijo de puta.

Entiendo que lo dice por mi labio.

-Te pasaste.

-¿En serio? No hace falta que me lo recuerdes.- suelta seco, ¿ahora se pone borde?

-Oye si te vas a poner borde me dejas aquí y voy andando hasta casa de Kelsey.

Deja escapar un gruñido de frustración y conduce hacia casa de Kelsey. El camino de vuelta se hace igual que el de ida, silencioso e incómodo. Cuando llegamos me dispongo a bajar del coche, pero su mano se envuelve alrededor de mi muñeca y tira de mi hacia él.

-Luego hablamos.- musita muy serio.

Rude (punk h.s)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora