XLII. Taking care of you.

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Ya es domingo, y cómo no, la muy oportuna y puta menstruación ha decidido aparecer. Hace media hora que Devon se las ha ingeniado para llevarse a mi padre a pasar el día en la ciudad, sabe de sobra cómo soy cuando estoy con la regla. Me duele la tripa un cojón y medio, así que me levanto medio remoloneando y ando a paso de zombie hasta el baño. Paso por delante del espejo y miro mi reflejo en el baño. Las bolsas debajo de los ojos son terroríficas y el dolor de tripa me hace tener una cara acojonante. Saco la pastilla y me la trago en seco, para después volcarme sobre el grifo y beber como una moribunda. Vuelvo a paso de burra a hasta mi cama y me estiro para alcanzar el teléfono de la mesilla de noche. Marco el número y me lo llevo a la oreja, esperando entre los pitidos. Al final contesta.

-¿Si?- su voz suena ronca a través del auricular. Seguramente lo he despertado.

-Harry...- consigo articular entre bostezos.

-Nena, ¿estás bien?- parece espabilarse de inmediato.

-Estoy con la regla...

-No te preocupes, en treinta estoy allí.- le escucho revolverse entre las sábanas y sonrío con pereza.

Escucho los pitidos que indican que ha colgado y me tumbo de nuevo boca arriba, con un sueño terrible y un dolor de ovarios alucinante. Ayer, cuando Harry y yo volvíamos con los demás, ya me dolía la tripa, pero nada comparado con lo de ahora. Doy vueltas y más vueltas en la cama, el dolor es insoportable y para colmo hace un calor de narices, así que haciendo un esfuerzo adicional, me levanto y conecto el ventilador, tumbándome justo en frente agradeciendo la ráfaga de aire frío que me despeina y me seca el sudor pegajoso de la frente. Me paso unos cuantos minutos en frente del ventilador, con cara de idiota, hasta que suena el timbre de la puerta de abajo y bufo antes de levantarme y caminar a paso lento hasta la puerta, donde vuelven a insistir con el timbre.

-¡Que ya voy cojones!- me quejo abriendo bruscamente la puerta.

Me encuentro a Harry con una bolsa en mano y con cara de conejo torturado.

-Nena.- sonríe cuando me ve.

Se inclina hacia adelante y me da un suave beso sobre los labios para después poner una mano sobre mi vientre bajo.

-¿Te duele mucho?- murmura frunciendo el ceño.

-Bastante.

Y sin darme tiempo a decir o hacer nada más, cierra la puerta principal y me carga al estilo princesa. A nada mejor que hacer me empiezo a reír.

-¿Pero qué haces?- pregunto entre risas.

Harry que hasta ahora ha permanecido con el ceño fruncido baja la vista hacia mi y una pequeña sonrisa tira de sus labios.

-Una vez mi hermana se desmayó por el dolor. Y me niego a que vivas lo mismo.

Abre la puerta de mi cuarto de una patada y me deja sobre el colchón, tumbándose él también al lado mío. Deja caer la misteriosa bolsa y suelta un suspiro mientras se saca las tabas de los nudillos.

-¿Qué traes en esa bolsa Styles?- me giro hacia él, que está ahora recostado mirándome desde arriba y repaso su labio inferior con mi dedo.

Sonríe y muerde la yema de mi dedo para después darle un tierno besito en la punta.

-Bueno, después de lo de mi hermana tuve un pequeño trauma así que me informé y leí que era un bajón de azúcar.- se inclina hacia atrás en la cama y escucho el crujido de la bolsa que indica que busca algo- Espero que estés hambrienta.

-Lo estoy.- canturreo- Dios, me comería una vaca.

-Pues no te he traído una vaca, - comenta dejando caer una caja sobre la cama- pero te he traído chocolate.

Como si se tratara de un puzle, en mi mente hacen clic dos ideas. La primera es que mi novio me ha traído chocolate. La segunda es que tengo el mejor novio del mundo por haberme traído chocolate.

-Dios Harry, haré cualquier cosa que me pidas.- murmuro rápidamente mientras rasgo el envoltorio de la bolsa y me encuentro con muchos tipos distintos de chocolate. Abro el primero, el de chispas de caramelo y chocolate con leche, y parto una fila para llevármela a la boca.

Harry me mira divertido mientras me engullo lentamente la primera tableta de chocolate.

-Pues considerándolo... quiero un beso.

Le miro atónita.

-¿Me das todo esto y me pides sólo un beso?

Acto seguido me lanzo sobre él, contagiándome con su risotada y esparciendo besos por toda su cara. Le mancho la frente de chocolate, al igual que las mejillas y los labios. Harry se ríe y empieza a hacerme cosquillas, a lo que yo respondo pataleando y chillando como una loca.

Cuando ya no me queda más voz para chillar, me quedo tendida sobre la cama, con una sonrisa boba en los labios y la respiración agitada.

-Me has manchado la frente entera capulla.- se queja Harry limpiándose los restos de chocolate con el dorso de la mano.

-Guau, qué tiquismiquis te has puesto Styles.

Me sonríe y se inclina de nuevo sobre mi, su nariz roza la mía y una pequeña sonrisa tira de sus labios. Su aliento se mezcla con el mío, creando un extraño aroma de chocolate-menta y miro a sus ojos verdes, totalmente en trance. Paso mi mano por su pelo castaño, hundiendo mis dedos entre su alborotado pelo y cierro los ojos casi por inercia cuando sus labios rozan los míos. Siento la caricia que me brinda su mano en la mejilla y lo aprieto más contra mi, abriendo mi boca y permitiendo el paso de su lengua presionando contra la mía.

-No voy a cansarme de besar estos labios nunca.- murmura repasando mi labio inferior entre los suyos.

-¿Nunca, nunca?- pregunto mordiendo el suyo.

-Nunca. Aunque tú te cansaras de mi yo iría a buscarte como un desgraciado para que me dieras un mísero beso.

Me reí entre dientes.

-Nos estamos volviendo unos asquerosos tortolitos.- beso sus labios con parsimonia, disfrutando del momento.

-Como Zayn y Kelsey. Agh.

Me río como respuesta y me bajo de la cama para tumbarme en el suelo fresquito.

-Estoy sudando como una cerda.

Escucho a Harry moverse sobre la cama y su cabeza se asoma por el borde.

-Pues eres una cerda preciosa.

Sonrío y descanso la mejilla sobre el suelo.

CORTO BUT NECESARIO ALFALFK

Rude (punk h.s)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora