stark

VIII─ Diall

Todo el camino fué en un silencio hasta llegar a la Torre. No quería hablar y era como si Tony lo sintiera, almenos la musica estaba alta e impedía el silencio incómodo.

Nos bajamos una vez llegamos. Respiré el aire fresco de Nueva York y reí.

No sé porqué lo hice, pero comenzé a reír.

— Si que eres bipolar — Escucho la voz de Tony.

— Y tú una anciana — Le señalo — Ya estoy acostumbrada a cosas como esas, mamá me dijo que cuando me sintiera mal solo riera porque esto me haría olvidar el mal momento.

Ambos nos adentramos a el edificio. Él asintió comprendiendo.

— Por cierto, se acerca navidad...

— Ya eres grande, no me digas que quieres un regalo.

— ¡Porfavor, anciana! — Exclamo, mientras ambos subimos a el ascensor — Será divertido. Solo te pido decorar el gran salón.

Él me mira atravez de sus lentes de sol unos instantes, antes de quitarselas.

— Te diría que lo pensare, pero no lo haré — Replica, bufo haciendo puchero.

— ¡Porfavor! Hago lo que quieras.

Enarcó una ceja.

— Ya tengo todo lo que quiero, bruja despistada.

— Menos una cosa — Le sonrío — El amor de una hijastra.

Voltea a mi sorprendido.

— ¿Me estás chantajeando?

— Te estoy dando la oportunidad de pasar una navidad en grande con tu hijastra favorita.

— Eres mi única hijastra — Rectifica, lo ignoro.

— Podremos intercambiar regalos y todo.

— Con una condición.

— ¿Cuál?

— Que desde hoy hasta el día de Navidad intentemos entablar una relación Padrastro-hijastra normal — Informa — Si de aquí a navidad no funciona nuestra relación pues no te molestaré más con la idea y no tendremos más navidad en la Torre, ¿trato?

Lo dudé unos instantes, solo unos instantes.

— ¿Decoraremos juntos el gran salón?

Él solo rodó los ojos.

— Si, si, claro, como quieras.

—Trato hecho, vieja.