stark

XI─ Nightmare

Dedicado a ocvaneyes UwU

La respiración de Jema era sumamente agitada. Su pecho subía y bajaba mientras ella cada vez apretaba más y más su agarre en las almohadas y sábanas que en su cama había. Su rostro estaba completamente sudado y sus ojos estaban apretados.

Una pesadilla.

En su mente se reprodujo ese día de navidad. Su madre y ella se habían quedado hasta tarde celebrando la navidad cenando ambas solas cuando a tu madre se le ocurrió una gran idea, ir a por pastel.

La niña no contuvo sus emociones. Brincoteaba feliz por la idea de su madre. Pepper le dijo que hiciera silencio y que se encerrara en la habitación hasta que ella llegase, la pequeña Jema solamente asintió corriendo a su habitación.

Unos minutos después escuchó la puerta ser abierta. La idea de su madre con un enorme pastel en manos cruzó por su cabeza cuando inconsientemente salió de su habitación y corría hasta la entrada.

Para su sorpresa, era su padre. Traía una botella de Black Label en la mano mientras se tambaleaba maldiciendo hasta ella.

- ¿Qué miras, pequeña estúpida? - Le preguntó el hombre arrastrando sus palabras. La niña no dijo nada y continuó mirandolo, lo que le molestó aún más.

Él tomo a la niña de el brazo y la empujó hacia atrás, la niña se cayó a el suelo enojada.

- ¡Para tonto! - Le gritó inconsientemente a su padre.

Lo que ella no vió venir fué el golpe que éste le propinó. Él la tomo de el cabello y la arrastró por el suelo hasta restrellarla contra el cristal, causando que la Jema de el recuerdo y de el presente gritaran fuertemente.

Anthony Stark abrió ampliamente sus ojos al escuchar tal grito desgarrador. No dudó dos veces en salir de su habitación.

En el pasillo también estaban Steve, Clint y Natasha. Todos se miraban preocupados hasta conectar su mirada con la de Tony.

De vuelta en el recuerdo de Jema, ella logró ver como su padre se volvía a acercar a ella y la volvía a tomar de el cabello, arrastrandola por los cristales de la mesa. La botella que tenía en mano la rompió con la pared y en menos de nada la levantó para luego comenzar con la peor parte de la pesadilla de Jema.

Tony logró reconocer la serie de gritos que volvieron a sonar por todo el lugar. Sus ojos se abrieron de golpe mientras que, sin dudarlo, comenzaba a correr en dirección a la habitación de Jema, que estaba a dos puertas de frente.

Abrió la habitación de un solo golpe. Todos lograron ver como Jema se retorcía gritando en la cama. Tony corrió rápidamente a ella, subiendo a la cama y la abrazó para que parara de moverse súbitamente y evitara autolesionarse. Recostó su espalda de el cabecero y acostó la cabeza de Jema en su pecho mientras la sostenía de la cintura. Ella no paraba de gritar y llorar.

- ¡Jema, despierta! - Le gritaba Tony desesperado.- ¡No es real! ¡Es una pesadilla! ¡Tienes que reaccionar, Jema!

La chica abrió sus ojos finalmente poco a poco parando de moverse, aún así gritaba y lloraba sin parar, sintiendo dolor vivamente en su cuerpo justo en las cicatrices.

- Jema, solo fué una pesadilla - Dice Tony besando la coronilla de la chica, ella negó mientras lloraba y paraba de gritar.

- No fué una pesadilla, Tony... - Lloró, aferrando sus brazos a el agarre de el millonario en su cintura - Era un recuerdo.

Esas fueron las últimas palabras que intercambiaron en la noche. Jema tardó en dormirse, aún así Tony no se movió ni un solo milímetro y suspiró cuando ella se había dormido.

Todos observaban la escena desde la puerta. El genio les miró unos segundos y les hizo un gesto de que hicieran silencio.

Cuando los Vengadores se retiraron, él se permitió colocarse un poco más cómodo aún abrazado de Jema y se durmió.

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