stark

XX─ Panic

Lo aparté, eso es lo que mejor se hacer. Me lastiman, aparto a todos. Como un mecanismo de defenza que he aprendido con el paso de los años.

— ¡Jema! — Escucho que me llaman deade afuera de mi habitación, pero no puedo moverme.

No puedo respirar.

Me mantengo en el borde de mi balcón, intentando respirar, intentando bajar el ataque de pánico que me domina.

Llevé una mano a mi pecho y tomé una bocanada de aire, intentando detener el temblequeo de mi propio cuerpo.

— Jema, ven aquí — Me suplicó Tony, acercandose lentamente.

— ¡Quiero que me dejes sola, que todos lo hagan!

— Nos preocupas...

—Pues dejen de hacerlo — Sollozé — ¡Quiero despertar!

— Esto no es un sueño, Jema — Dice él, continuando acercandose — Esta es la realidad, y tienes que afrontarla.

— Es que estoy tan cansada — Confesé, con pesadez en mis palabras — Estoy cansada de que cada vez que cierre los ojos en la noche tener que abrirlos para no recordar. Morí cinco minutos, todos recuerdan los momentos felices de su vida y yo solo viví una pesadilla, todos los momentos horribles durante esos cinco minutos. Recuerdo a mi madre todos los días contarme sobre el juicio, pero no podía moverme, no podía abrir mis ojos. Desperté después, creí que había tomado una siesta de pocas horas pero resultó que estuve en coma tres meses.

En este punto, Tony estaba sentado junto a mi.

— ¿Cómo lo haces? — Le pregunté.

— ¿Cómo hago qué?

— Cargar con la culpa, con el dolor — Respondí — Necesito saber, porque me es imposible, ¿cómo tomaste asiento junto a mi sin sufrir lo que pasó aquel día en el cielo? ¿Cómo puedes siquiera estar en la misma ciudad?

— El dolor no se carga, mucho menos se olvida — Aclaró — El dolor se lleva con uno, ardiendo junto a los recuerdos. Con el tiempo, aprendes a vivir con él hasta que cicatriza, pero nunca se va.

Limpié mis lágrimas.

— Eres más fuerte de lo que crees, Jema — Admite — Y, aunque no lo creas, eso te hace una heroína.

— ¿No JARVIS, no traje?

— Eres tú como persona — Mencionó, pasando un brazo sobre mi hombro y volteando a la ciudad señalandola con su mano — Esas personas, tanto como lo hiciste tú, creen que soy un idiota.

— Aún lo creo — Bromeé, sonrió.

— El punto es que, no he sido muy buena persona. Mis desiciones nunca fueron las mejores. Le he hecho mucho daño a las personas que me rodean. El punto es que, no puedes ser un héroe si no sirves como persona.

— Entonces solo eres un superhéroe de cómics — Analizé.

— Algo así — Rió — Solo te suplico, no dejes que las circunstancias cambien tu forma de ser, siempre se mejor de lo que los demás esperan.

Recosté mi cabeza de su hombro y suspiré.

— Gracias, Tony.

— ¿Porqué?

— Por no ser mi padre.