☕; u n o

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— ¡N-no puedo creer esto! —exclamó el pequeño niño de 8 años mientras se lanzaba a su cómoda cama.

El castaño había estado malhumorado en todo el transcurso de esa cena en aquel restaurante al aire libre. ¿Cómo no iba a estarlo si estaba ese "moco roba-padres" presente? ¡Ni siquiera se veía lindo en su familia! Era como... como... un arcoiris con color... ¡moco! ¡Ni siquiera hablaba! Sus padres tenían que prestar mucha atención a lo que expresaba porque era muy introvertido. ¿Y qué tal? Ignoraban al pobre cachorro llamado Seokjin. El cachorro que, repito, no parecía un moco.

— Jinnie, vamos, no seas así. —suspiró el alfa de la casa, mientras negaba— No seas egoísta, se ve muy, muy feo. Y tú no eres feo, eres muy bonito.

— ¿Verdad que soy bonito? —se levantó el menor como un resorte— ¡Pero él no es bonito, él es muy feo! Quiere decir que no parece mi hermano, lo que quiere decir que se vería feo a mi lado, lo que quiere decir que no puede ser parte de esta familia porque también se vería feo con ustedes, ¡lo que quiere decir que tiene que irse por ser tan feo!

La omega por su parte estaba carcajeándose por lo inteligente que era su pequeño cachorro. Claramente lo había sacado de ella, cabe decir.

— ¡Zopenca, no te rías y educa bien a tu hijo! —gruñó el alfa, mirando con desaprobación a su adorada pero desvergonzada esposa.

— ¿Qué? Si también es tu hijo. —le miró con desagrado de vuelta— Quizás yo lo parí, pero tú pusiste de tu parte con tu p-

— ¡Mujer! —exclamó el hombre, señalando con la mirada al cachorro que los observaba expectante. La omega sólo empezó a reír a carcajadas por tercera vez.

Ella era una muy extraña omega con instintos igual de extraños.

Seokjin había sacado eso de ella.

— ¿Y bien? —el menor llamó la atención de los dos adultos— ¿Ya van a echar a ese moco feo? 

— ¡Seokjin! —exclamó el alfa, escondiendo su rostro en sus dos grandes manos— Oh cielo santo, ¿por qué son así?

— A ver, cariño. —habló la mujer, sentándose al lado de su cachorro, mientras que sus manos acariciaban con suavidad su cabello castaño— Tienes que tratar de ser más tolerante, ¿sí? Hasta que podamos llevarlo al albergue, se quedará con nosotros. Sólo piensa en él como un compañero de juegos, por favor. Es sólo un niño menor que tú, es tu dongsaeng.

— ¡Pero eso no significa que me robe el papel de niño de la casa! Ahora ustedes sólo me ignorarán y me abandonarán... —murmuró Seokjin, al borde de las lágrimas.

Ahí los dos adultos lo entendieron todo. El cachorro sólo estaba celoso del nuevo integrante de la familia. Y sabemos de dónde sacó esa actitud posesiva.

— ¡Claro que nunca te abandonaría, caramelito! —dijo la omega, sintiendo su corazón estrujarse al escuchar el miedo de su pequeño hijo— Eres mi lindo cachorrito precioso, mi Seokjin, mío, mío, mío. Tu papá es sólo un estúpido. —abrazó al menor y lo apretó en sus brazos, dejándole besos en toda su linda cabellera— Nunca abandonaría a mi cachorrito precioso, no quiero que nadie tenga algo tan precioso que me pertenece. ¡No lo permitiría!

Seokjin rió, conmovido por el lindo trato que su progenitora le estaba dando en ese momento. Claro, sin saber que el nuevo cachorro de la casa se encontraba escuchando, y se preguntaba porqué nunca había recibido tal amor de personas que no recuerda y quizás ni conoce.

— -Eñora... —pronunció el cachorro menor con dificultad, asomado por la puerta, recibiendo el automático semblante enojado de su nuevo no tan amigo, de todas maneras nunca había tenido uno— baño... agua...

La omega no había entendido, no fue hasta que vio todo su cabello mojado y gotas de agua manchando el piso, incluso llevaba jabón en sus pies. El primero en reaccionar fue el alfa, quien se levantó de golpe y corrió hasta el pequeño niño que se sorprendió ante tal acto.

— ¡C-cachorro! —dijo, al tiempo que lo cargaba, sin importarle haberse mojado por completo— Te dije que te quedaras en la tina.. ¿Y si te hubieras caído?

— ¡Qué moco más estúpido! —gritó Seokjin, recibiendo un zape de su madre, quien sólo quería reír.

— ¡No seas bobo! Tú te caíste por el inodoro, ¡eso es peor! —dijo la omega, carcajeándose al recordar el acontecimiento.

— ¡Tú te reías y yo tenía un infarto porque quizás nuestro hijo pudo haber sido absorbido por la corriente! —se quejó el alfa, antes de irse camino al baño con el cachorro en brazos.

— ¡Pero no fue absorbido, hombre! ¡Deja de ser tan dramático! —le gritó de vuelta la omega, quien antes de seguir a su esposo, le depositó un beso a su hijo en la frente y le dijo— Hoy dormirás con el cachorro, ¿sí?

Seokjin gritó, pero no pudo quejarse con su madre, ya que esta había salido por la puerta con una gran y divertida sonrisa.

Después que el cachorro fue bañado por el alfa y vestido por el alfa también ya que la omega estaba viendo televisión, fue llevado hasta la habitación de Seokjin, quien estaba leyendo uno de sus libros de historias de fantasía y misterio. Cuando el castaño notó la presencia de su papá, subió la mirada e hizo un puchero al ver al cachorro intruso.

— ¡No puedo permitir que venga! Este es territorio mío y de mamá. ¡Es nuestro nido! —exclamó el menor mientras se aferraba a una de sus almohadas.

Esas almohadas olían a su mamá, no quería que llegara un moco feo y dejara su olor a moco feo y verde.

El alfa sonrió con ternura al ver aquella actitud omega que su hijo empezaba a desarrollar. Nada mejor que ver a tu cachorro crecer.

— Sólo será por hoy, solecito. —pidió el mayor y se acercó hasta la cama, sentando al niño que permanecía callado ante la tensa situación.

Seokjin gruñó automáticamente hacia el otro cachorro y miró en otra dirección, con un puchero en sus labios.

— Vamos, Jinnie. Por favor, por papi. —pidió y le hizo una seña al cachorro menor para que se acercara.

Este no muy convencido, obedeció, quedando a una distancia prudente del contrario.

— -Innie Hyung —le llamó, captando la atención del nombrado— po -avor...  engo... ueño... —después señaló la ventana con su pequeño dedo índice— Luna... mimir... 

Seokjin le observó por mucho tiempo, frunciendo el ceño al mismo tiempo que su labio inferior temblaba por la necesidad de sonreír.

— ¡Está b-bien! —accedió, bufando— Pero... pero si me llegas a tocar, dormirás en el sueño, moco feo.

El menor dio su veredicto y se arropó con las cobijas hasta la frente, algo que hacia cuando estaba enojado porque no quería recibir ningún beso de buenas noches.

Pero a culpa de eso, no pudo ver la enorme sonrisa que esbozó el niño, y tampoco pudo ver esos lindos hoyuelos que se formaron en sus mejillas color canela.

El niño se preguntó, ¿así que esto se siente dormir en una cama?

[🌷]

La última parte me dio cosita, pero qué se puede hacer:( Es parte de la trama, alv.

Los capítulos, a excepción del prólogo, se irán dando al tamaño de este, entre 1000 y 1500 palabras, no estoy realmente segura (?)

Quizás mi imaginación llegue a más y escriba 2000 palabras hacia arriba, pero bueno, quién sabe~

Bueno, no tengo mucho que decir además que debería hacer spam porque tengo 5 fanfics y -100 seguidores que lo contemplen XDDDD. Recuerden, soy un cero a la izquierda en popularidad... (?)

Bye, nos leemos en otra ocasión

—Max.

¡Tú, idiota! 🌷  namjin Where stories live. Discover now