☕ ; t r e s

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Seokjin, el pequeño cachorro de ocho años, junto al aún más pequeño cachorro de cinco años, Namjoon. Ambos jugaban con el pequeño Jiminie en la sala de su casa. La madre de ambos Kim hablaba con la madre de Jimin de cosas que pequeños cachorros aún no debían saber, y ellos fueron a jugar sin rechistar. 

Jimin no confiaba totalmente en Namjoon y se refugiaba en su Hyung, haciendo que el morenito se sintiera excluido.

— Jiminie, ¡no tengas miedo! —exclamó el mayor, despegándolo de su torso— Él es mi nuevo hermanito, Namjoonie, saluda a Jiminie.

El pequeño niño miró al contrario con una expresión tímida y levantó su mano, agitándola de un lado a otro.

— Hola, -iminie...  —saludó en un susurro temeroso.

El pequeño Jimin asomó su cabeza por el brazo de su Hyung y analizó al contrario, tratando de buscar indicios de malicia, algo que le había enseñado su mami. Sin embargo, ¡no detectaba indicios de malicia!

— Hola, Nam-onie... —le devolvió el saludo, haciendo que el mayor sonriera.

— Bueno, Namjoonie, él es Jimin. Es mi pequeño Mochi. Si le hieres o algo, ¡haré que el coco te coma! —el menor abrió los ojos de par en par, negando rotundamente— Hm, lo supuse.

De repente el mayor sintió una naricita traviesa en su cuello, haciendo que se sobre saltara.

— ¡Jiminie! ¿Por qué me hueles? —preguntó, confundido.

— Hyung huele rico... Hyung huele a ropa limpia, Hyung huele a flores... —dijo el menor, con las mejillas sonrojadas— Jiminie también quiere oler a flores... 

Namjoon sólo observaba todo desde lejos, sin querer romper la escena de amistad entre los dos cachorros. Sin embargo, su naricita ágil fue capaz de olfatear el natural olor del mayor. Muy fuerte, de hecho. Le calmaba.

— -Iminie olerá cuando niño grande... —dijo Namjoon tímidamente, recibiendo una sonrisa de Seokjin.

— ¡Namjoonie tiene razón! Cuando crezcas tendrás tu propio olor. —confirmó lo que había dicho el menor y le despelucó los cabellos— ¡Joonie es muy inteligente!

Namjoon sonrió ante el halago del mayor, sintiendo sus mejillas arder levemente.

Habían pasado varios días desde que Namjoon y Seokjin empezaron a convivir juntos. Seokjin no quiso que el menor se fuera de su habitación, Namjoon no quería tampoco irse. Se hicieron muy unidos, y mientras el mayor de los Kim le enseñaba cosas, el menor las aprendía al pie de la letra. Era un niño muy intelectual. Incluso había aprendido más palabras sólo escuchando a su nuevo hermano.

El ambiente en su casa había estado algo extraño. Seokjin veía entrar a señores con trajes caros y elegantes, mientras que ellos dos sólo eran llevados a la casa de la vecina donde vivía Jiminie, como justo en este momento.

— Mami huele a caramelo, mami dice que Jiminie huele a algodón de azúcar y melocotón... —dijo el pequeño cachorro, pensativo— Papi huele a madera... ¡es raro!

— Mi mamá huele a jazmín y lavanda y mi papá a menta. —comentó esta vez el mayor— Ellos dicen que huelo a té de jazmín, té de menta, ¡y que huelo también a primavera!

— ¿A qué huele Nam-onie? —preguntó Jimin, llevando sus lindos y grandes ojos hacia el cachorro que permanecía callado.

Namjoon se encogió de hombros, pero se tensó al ver cómo el niño gateaba y se acercaba a él sólo para olerle el cuello. El pequeño tapó su boca y se alejó.

— ¡-Oonie no huele a nada! —exclamó.

Seokjin frunció el ceño y se acercó al menor, olfateándolo. Se regresó a su sitio y miró a Jimin confundido.

— ¡Claro que sí, Jiminie! —le rectificó— Huele a café con leche...

— ¡P-pero si Jiminie no notó olor! —insistió, abrazando al perrito de felpa en sus brazos.

Seokjin frunció esta vez sus labios, en un puchero. ¿Por qué el podía oler el aroma de Namjoon pero su pequeño amigo no?

[🌷]

Seokjin después de pensarlo mucho, decidió, ya en su casa, preguntarle a su madre, ya que ella era la que siempre le decía las cosas sin darle rodeos extraños. No como su padre.

Caminaba hasta la habitación de sus padres, tomando la mano de su hermanito menor. Llegó hasta la puerta y tocó, recibiendo un "Pase" de la mujer. Cuando entró, pudo divisar a la omega acostada en la cama y comiendo palomitas de maíz frente al televisor.

— Mami, tengo una pregunta. —dijo y se acercó hasta quedar al lado de la omega.

— Y yo una respuesta. —bromeó, sonriendo y acariciándole el cabello a su hijo— ¿Qué necesitas saber, cachorro?

— ¿Namjoonie tiene olor? ¡Huélelo! —tomó al pequeño de los hombros y lo acercó hasta su madre, quien confundida acercó su rostro hasta el cuello del menor y olfateó.

— No, Seokjin. No huele a nada... —dijo la omega después de regresar a su puesto.

— ¡Claro que sí huele! ¡A café con leche! ¿Por qué nadie puede olerlo? —se lamentó el omega, olfateando de nuevo al menor— ¡Aquí! ¡Aquí huele a café con leche!

La mujer frunció el ceño confundida. Ella no había notado ningún olor en el menor, y ella al ser omega tenía el olfato más agudo que un cachorro. Pero, ¿por qué su hijo sí percibía un aroma del menor?

Seokjin sólo sabe que le encanta el café con leche.

[🌷]

¡Tú, idiota! 🌷  namjin Where stories live. Discover now