☕ ; c a t o r c e

3.1K 486 157
                                    

Seokjin no podía soportarlo. No podía mirar a su padre a la cara. Estaba tan enojado con todo. Él no recordaba que su padre fuera así, ¡su padre era una persona amable, cariñosa, caritativa! ¿Por qué ahora era tan... arisco e injusto?

Sus nudillos se volvían blancos encima del posa-brazos del asiento del autobús mientras que sus ojos rojos por las lágrimas que había derramado le ardían, su lobo podía sentir la traición en cada parte de su ser además de la tristeza de estar yéndose lejos de la persona que sabía que era el amor de su vida. Pero es que no lo podia permitir. Su lobo no podía permitirlo. Pero la voz que usó... dios, ¿cómo iba a combatir contra eso?

Seokjin, con dieciocho años, siendo obligado por su padre a estudiar al otro lado del país en una universidad mixta y de internos. Era literalmente como si lo estuviera metiendo en un internado, y todo por la "nada sana relación con tu hermano". ¿Y ahora por qué este hombre tenía una fijación con ello? Dos alfas que se quieren es lo mismo cuando dos omegas se quieren. ¿Por qué su papá lo escandalizaba a tal punto de separarlos y alejarse de Namjoon?

El alfa de dieciocho sólo pensaba en cómo se debía estar sintiendo Namjoon, siendo abandonado por su familia de esa manera, más cuando esta le prometió un hogar, le prometió brazos en los cuales refugiarse. ¿Así de fácil se podía romper un supuesto fuerte lazo? ¿Todo por los prejuicios? Al parecer sí, todo se derrumbaba si algo mal visto por la sociedad se interponía.

Lo peor de todo es que al menos él era mayor de edad, pero Namjoon no. Él estaría encerrado y bajo el cuidado de un responsable adulto del cual Seokjin no tenía idea. Los nervios le comían entero. Si hubiera estado ahí él habría determinado si el responsable era eso, responsable. También si lo iba a cuidar adecuadamente. Pero ni siquiera le permitieron despedirse. Todo fue un "empaca tus cosas que te vas". Recordarlo tan sólo hacía que se le hirviera la sangre.

—Seokjin, empaca tus cosas. —dijo el alfa mayor con determinación.

El castaño frunció el ceño, sacando los audífonos de sus oídos, quizás había escuchado mal, muy mal.

—Espera, ¿cómo dijiste? —preguntó, reacomodándose en la cama.

—Que empaques tus cosas. —repitió.

—¿A dónde vamos? —se levantó de la cama, dispuesto a recoger sus cosas para hacer el viaje, pero cuando el mayor le miró con esos ojos sin brillo, se detuvo.

—Sólo empaca tus cosas. —insistió.

Seokjin bufó, apretando sus puños para calmarse—: No voy a empacar hasta que me digas a dónde vamos.

El mayor, quien mantenía un aspecto neutral, frunció el ceño y echó aire por la nariz como si de un toro se tratase. Seokjin sintió un escalofrío pasar por su espalda, su lobo se estaba acobardando, prefería no batallar con el alfa de la manada.

—Haz lo que te digo.

Pero Seokjin sí lo prefería.

—Si me dices a dónde mierda vamos, lo haré. —el menor no iba a desistir ni siquiera si se trataba de su padre.

—¡Que hagas lo que te digo, Seokjin! —rugió, exaltando al menor.

Seokjin tragó saliva, pero respondió con la misma fuerza—: ¡¿Te parece tan difícil decirme a dónde putas vamos?!

En ese momento, Hyerin apareció, la omega de la familia. Su ceño fruncido de preocupación. Sus manos se posaron en el hombro del alfa mayor, calmando un poco su rabia, pero no del todo.

¡Tú, idiota! 🌷  namjin Where stories live. Discover now