🌷 ; d o c e

3K 518 123
                                    

— Dejar que mi lobo actúe... de acuerdo... —se repitió a sí mismo mientras caminaba por el pequeño sendero de su jardín hasta quedar frente a la puerta de su casa— No sé por qué me suena a una mala idea, pero hay que intentarlo. 

Respiró hondo y sacó sus llaves de la mochila que colgaba de su hombro, quería tardarse lo más posible, no estaba preparado para enfrentar sea lo que sea que había dentro de su casa. Por un lado iba a estar el interrogatorio de sus padres, cosa por la cual sinceramente no quería pasar. Y por el otro lado estaba Namjoon, la principal persona de su crisis existencial. Había recibido una rotunda exigencia de Hoseok, y esta dictaba que, cuando estuviera frente a frente del Kim, él debía actuar según lo que deseara y esperara su lobo. Ese lobo maniático que no le gustaba sentir la tierra entre sus patas y que odiaba a las ardillas y cualquier pequeño roedor que significara molestia entre su pelaje. ¿Qué bueno podía salir si dejaba a cargo a su perro pretencioso? 

Grosero, dijo su lobo, pero lo ignoró y finalmente abrió la puerta que lo separaba de la perdición. Pero, joder, la casa estaba infestada de Namjoon. Como si estuviera en todos lados y fuera un ambientador portátil y automático. ¿Tan intenso era el celo en algunas personas? ¿O era también así cuando le sucedía a él mismo? No quiso ni imaginar lo apestoso que pudo haber estado aquellos años en sus días, tomando en cuenta que se había presentado ya hacían seis años. Suspiró y trató de respirar por la boca, pero el aroma era muy fuerte, capaz de embobarlo. Agitó su cabeza de un lado a otro para poder reaccionar y siguió su camino.

— ¡He regresado! —gritó mientras se quitaba los zapatos y se colocaba sus pantuflas de Mario Bros. Al parecer sus padres no se encontraban pues no había visto sus zapatos allí, ¿acaso habían dejado al pobre Namjoon solo y sufriendo durante un celo? 

Frunció el ceño. Efectivamente ellos dos no se encontraban, el auto no estaba presente y además la casa se encontraba silenciosa. Haber dejado a Namjoon solo había sido un acto muy irresponsable de sus partes, cosa que no iba a dejar pasar. Pronto se quejaría con ellos y los regañaría. Su papá debía aprender a dejar su tonto orgullo alfa de lado porque no se trataba de cualquier alfa, sino de Namjoon, una persona que aceptó como hijo desde hace años. No aceptaría ningún trato discriminatorio hacia Namjoon, ni siquiera de sus propios padres. 

Iba a ir directo a su habitación, pero le dio por revisar la cocina y ver si, al menos, su padre se encontraba allí en ese momento, pero lo único que vio fue a una mujer desconocida y a Namjoon enrollado en una manta, su rostro no se veía para nada feliz ni amable. Seokjin frunció el ceño, sus sentidos se alertaron y su lobo no estaba para nada contento con esa intrusa que podía identificar como omega. Dejó que su lobo tomara la rienda de sus pensamientos, y lo primero que pensó fue, ¿qué hacía una omega fértil cerca de su Namjoon cuando este está en las primeras fases de su celo? No le dio ni tiempo de analizar su actitud primitiva cuando ya estaba carraspeando con amargura. 

— ¿Buenas tardes? —preguntó Seokjin, observando con recelo a la mujer que apenas se había percatado de su presencia. Ridícula, pensó el lobo de Seokjin, pero este no dejó que la insultara de manera tan impulsiva— ¿Se puede saber quién es usted, señorita?

La castaña sonrió de oreja a oreja. Llevaba una ropa simple y, al parecer, ahora que Seokjin podía verla bien, tenía una taza de sopa en sus manos. Su pelo corto se veía lindo y algo despelucado, y se veía adulta. ¿Acaso se iba a aprovechar del celo de Namjoon? 

¡Es una violadora! ¡Abusadora! ¡Pedófila! ¡Ataca y protege a nuestro Namjoon!

Seokjin gruñó para sí mismo, conteniendo las ganas de callar a su lobo a patadas, y también conteniendo las ganas de hacer suposiciones precipitadas, tales como las de su espíritu animal. Condenado perro pretencioso, pensó el castaño apretando los puños a cada lado de su cuerpo. Sabía que era una malísima idea dejar a su lobo maniático a cargo. Sobretodo cuando era un celoso de primera, cosa que irónicamente criticaba de los alfas de la actualidad. 

¡Tú, idiota! 🌷  namjin Where stories live. Discover now