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Tomó la barbilla de YoonGi, apretándola suavemente y robándole un beso dulce. El pálido se rió haciendo una morisqueta con los labios. Jin estalló en risas y le soltó la cara.

—Eres un fetichista extraño. —Jin se separó de él pasando un brazo por detras de su nuca. YoonGi se acercó a su pecho, puso la mejilla contra su lado izquierdo. —Nunca me habían besado tan extraño.

—Y apuesto que tampoco te habían dado tanto amor.

—Yo quiero que me des más que solo amor. —Respondió el pálido, trazando círculos sobre el estomago de Jin. El castaño comenzó a hacerle masajes en el cabello.

—En dos días más presentaremos en el festival de primavera. —Suspiró largamente. —Estoy nervioso de cojones. Nunca he cantado en público.

—Piensa que somos nosotros, puede que te funcione. Recuerda cuando estaban en las montañas y todo fluyó casi como magia, o imaginalos a todos desnudos.

—¿Nos estabas escuchando?.

YoonGi se sentó en la cama y entre risas se ganó encima del estomago de Jin. El pijama raspándole contra los brazos y él acariciándole los muslos, una caricia larga y suave.

—Era imposible no escucharlos, Jin, sus voces eran magistrales.

—Faltabas tú. —Le acarició la cadera, sobre los marcados huesos del pálido. No habían echo el amor, pero ahora, a estas alturas, tenían la confianza suficiente para tocar el uno al otro de esa manera. De manera mas impersonal.

—No, yo no canto.

—No, tú escribes poemas y cuando te aburres los rapeas. —YoonGi se puso rojo hasta las orejas. —Te he oído, lindo, me sorprende que no seas un idol o algo así.

—Tengo amigos que me enseñan. Sus nombres son Hoseok y Namjoon. Ellos son todos unos profesionales.

SeokJin le dio la vuelta rápidamente en la cama. Tomó una pierna de YoonGi y la pegó a su cadera, sus ingles apenas se tocaban, pero estaba seguro que ya iba a media asta. YoonGi lo podía poner duro a una facilidad desconcertante.

—¿Debería estar preocupado por esos dos?.

YoonGi negó, despeinándose y mordiéndose el labio.

—Tú lo dijiste, yo soy tuyo y tú eres mío. Nada cambiará eso.

—Te quiero mucho, pequeño tonto. —Se inclinó juntando sus bocas en un par de besos sonoros. Besar los labios de YoonGi era un delicatessen finísimo.

—Y yo te quiero dentro de mí. —SeokJin se separó mirándolo con mala cara. —¿Que?. Casi cuatro meses juntos. Somos hombres y...

—Tienes razón. —Dijo Jin. La mirada de YoonGi se iluminó. —Sí, deberíamos hacerlo pero no ahora.

El pálido le hizo un puchero. Jin no quiso contenerse así que se inclinó lamiendo ese labio y luego se separó.

—¿Entonces cuando?.

Hizo una mueca. —Min YoonGi, aveces pienso que sólo me quieres por mí polla.

El pálido se puso rojo, aferró sus manos al tenso cuello de Jin.

—No es eso. Nisiquera pienses en eso... pero es que... —Suspiró, luego, continuó hablando. —Entiéndeme. Llevo deseándote desde hace mucho, mucho tiempo. Aveces cuando nos besamos tan rico y por tanto tiempo creo que voy a morir y termino corriendome en los pantalones sin haberme tocado. Es... extraño. Provocas un volcán de sensaciones tan intensas, y quiero que te hagas responsable de ello.

RoomatesWhere stories live. Discover now