Capítulo 3

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Jeongyeon le observó mientras se dirigía con increíble gracia felina hacia la mesa para llenarse un vaso de ponche.

Al acercarse, capto la mirada de Jeongyeon, vaciló un momento y luego le dedicó una amplia sonrisa. Suni sacudió el brazo de su amiga.

-¿Quieres que te le presente? -susurro.

-Si tú no lo haces, yo misma me presentaré -declaró Jeongyeon con una pícara sonrisa.

Por lo visto a él le interesaba tanto conocen a la recién llegada muchacha de sedosa cabellera castaña y ojos soñadores, como a ella conocerle a él.

Se deslizó con su gracia de tigre hacia las dos empleadas, saludó a Suni con una inclinación de cabeza y luego se volvió hacia Jeongyeon, con una radiante sonrisa.

-Eres nueva por aquí, ¿verdad? murmuró con voz profunda y resonante.

-Jimin -intervino Suni en su papel de relaciones públicas-. Te presento a Yoo Jeong Yeon. JeongYeon, él es Park Jimin.

-Gracias, Suni -dijo él, sin despegar los ojos de Jeongyeon-. Desde ahora en adelante yo me encargare del resto -Suni reprimió una risita y se escabulló, para ir a reunirse con otro grupo de secretarias.

Jeongyeon Consiguió conservar el aplomo mientras intercambiaba con Jimin una serie de frases de contesta. En general los hombres no la intimidaban, pero había algo en Park Jimin que le impedía hablar con naturalidad. O quizá se debiera a la cantidad de ponche que había ingerido.
En todo caso, cuando Jimin le preguntó si quería dar un paseo con él, Jeongyeon aceptó.

Después de dejar encima de la mesa su vaso y el de ella, Jimin la agarró del brazo y la condujo fuera del comedor, charlando sobre trivialidades, subieron en el ascensor todavía hasta el piso superior y luego avanzaron por un pasillo hasta llegar a un despacho. Jimin abrió la puerta y empujo dentro a la joven.

-Por fin, el muérdago -anunció él. Jeongyeon miró a su alrededor y comento:

-No veo ningún muérdago por aquí.

Jimin la cogió por los hombros y la hizo volverse hacia él.

-Usa tu imaginación -había dicho antes de atrapar su boca con los labios.

-Aquí está el agua.

La voz de Jimin la hizo volver al presente. Jeongyeon movió la cabeza para desechar aquel recuerdo y aceptó el vaso que Jimin le estaba ofreciendo. Ni siquiera le había oído entrar y cerrar la puerta.

Demasiado turbada para hablar,Jeongyeon mojó una punta del trapo con el agua y se limpió la camisa.

-Tengo entendido que se debe usar un babero para protegerse la ropa -dijo Jimin.

-¿Un babero?

Jimin se sentó en el suelo a un lado de la joven y le enseñó el babero que había cogido del sillón.

-Sí, esto se llama así.

-Vaya -dijo Jeongyeon con indiferencia.

-Realmente siento lo de tu camisa, Jeongyeon.

Jeongyeon asintió y, quizá a causa del turbador recuerdo de su primer encuentro, sintió el impulso de enfrascarse en una discusión con él.

-Es curioso que me hayas pedido que te ayude a cuidar del bebé, cuando sabes más de ese asunto que yo. ¿Es que saber cuidar a un niño resulta una amenaza para tu masculinidad?
Jimin la miró con fijeza y llego soltó una risotada, como si esperara un comentario semejante de Jeongyeon.

-Tú sabes cuándo es hambre lo que tiene el bebé. Yo sé que este trapo se llama babero, creo que mi masculinidad puede sobrevivir a este conocimiento.

•It Was Not A Plan• // pjm+yjyWhere stories live. Discover now