Capítulo 5

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Jimin la observo un minuto, luego sus labios se curvaron en una amplia sonrisa.

-Con razón conoces el truco. Sin duda lo has usado también.

-Es verdad que cocino mal -aseguró ella.

-¿Es que no te enseño tu madre? -preguntó el joven ejecutivo ladeando la cabeza-. ¿Nunca jugaste con muñecas o a las comiditas o cosas por el estilo? Primero me dices que no sabes nada sobre bebés, luego que no sabes cocinar...

-Es cierto -afirmó Jeongyeon-. Mi madre me enseñó muchas cosas, pero no a cambiar pañales ni a cocinar.

La sonrisa de su interlocutor se hizo más amplia. Apoyándose contra un mueble se cruzó de brazos y la examinó con atención, con un brillo divertido en los ojos.

-¿Qué te enseñó? -preguntó por fin.

Jeongyeon no estaba segura, pero tenía la impresión de que Jimin estaba flirteando con ella. En sus mejillas habían aparecido esos hoyuelos que hacían derretirse a todas sus compañeras de trabajo. Y su postura, a pesar de su aparente desgarbo, le parecía provocativa.

Jeongyeon se concentro en el bebé por un momento, negándose a contemplar aquel esbelto y vigoroso cuerpo masculino.

-Mi madre me enseñó a ser ambiciosa -dijo en voz baja, pero segura-. A trabajar para conseguir lo que me propusiera y a planear mi futuro. Me enseñó a tener disciplina y sentido práctico-hizo una pausa y luego añadió, con intención-: También me enseñó a esquivar a los hombres que piensan que para lo único que sirve una mujer es para cambiar pañales y hacer la comida.
Jimin soltó una carcajada.

-Vamos. Jeongyeon, Incluso yo pienso que las mujeres sirven para otras cosas,
Jeongyeon le dirigió una mirada demoledora.

-Pues sí, mi madre también me enseñó que además de como cocineras y niñeras, algunos hombres pensaban que las mujeres eran también objetos sexuales.

Jimin volvió a reír, pero había seriedad en sus ojos cuando dijo:

-Te sugiero una cosa, entonces. Yo preparó la comida mientras tú me dices por qué me odias.

-¿Odiarte? -preguntó ella, entornando los ojos-. ¿Qué te hace pensar que te odio?

-¿Esa palabra es demasiado fuerte para tu delicada sensibilidad? Bien, busquemos otra mejor. ¿Por qué te soy antipático? ¿Por que me aborreces? ¿Por qué me desprecias?

Jeongyeon supuso que lo más adecuado seria decir que le era antipático.

-¿Cuanto tiempo tengo para decirte por qué me eres antipático? -preguntó, con tono sarcástico-. Si piensas preparar una comida formal, quizá tenga tiempo de enumerar todas las razones.

-He pensado sacar esta pizza congelada... --sacó del refrigerador un recipiente plano-... y seguir las instrucciones del dorso del paquete, así que tendrás diez minutos más o menos para enumerar todos mis defectos. ¿Crees que podrás hablar tan deprisa?
Rió y Jeongyeon le imitó, Incluso el bebé lanzó una risita alborozada. Jeongyeon lo alzó un poco sobre su regazo para que pudiera ver a Jimin. Ver a un hombre preparar la comida le vendría muy bien, decidió. Quizá así olvidarían esa absurda creencia de que la cocina es terreno exclusivo de las mujeres.
Jimin sacó la pizza del paquete. La puso en un plato y la metió en el horno.

-¿Bien? -instó a Jeongyeon-, La comida ya está en marcha.

-Para empezar, eres muy dado a los flirteos.

-¿Los flirteos? -Jimin sopesó con solemnidad la acusación-. Flirtear implica frivolidad. ¿Qué te hace pensar que soy frívolo?

-La forma en que abordas todas las mujeres que conoces, inmediatamente adoptas un aire de tenorio oficinesco -observó Jeongyeon.

•It Was Not A Plan• // pjm+yjyWhere stories live. Discover now