Capítulo 23

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Ella tenía la culpa, se dijo al entrar en el baño. Ella había fijado las reglas. Reglas razonables, tenía que admitir. Se peinó e hizo una mueca a su propio reflejo.

Suspirando, se pintó los labios y salió. Decidió subir a su despacho por las escaleras con la esperanza de que el ejercicio la ayudara a serenarse. Cuando llegó al descansillo, se dirigió hacia la sala de descanso para prepararse un café.
Se detuvo en la puerta de la sala. Suni estaba junto a la cafetera, echando agua. Jimin se encontraba a su lado, apoyado contra la pared. Ninguno advirtió la presencia de Jeongyeon y ella retrocedió con presteza para esconderse detrás de la puerta. Ya no los podía ver, pero sí oírlos.

-Cuanto antes pases a máquina las preguntas de la encuesta, mejor, Suni-estaba diciendo Jimin.

-Ya sabes que haré lo que sea por complacerte, Jimin-le aseguró ella con voz coqueta.

Jeongyeon apretó los labios.

-Ese café huele muy bien -comentó Jimin-. Ojalá supiera preparar café. Me han dicho que el café que hago sabe a agua de fregar.

-Cualquiera puede hacer un café decente -dijo Suni-. Si quieres te enseño.

-De acuerdo -dijo él-. El único problema es que si aprendo a preparar buen café, ya no tendré excusa para pedirle a los demás que me lo preparen.

La risa de Suni no ayudó a calmar la furia que comenzaba a invadir a Jeongyeon.

-¿Cómo lo tomas? -preguntó Suni-, ¿Con leche?

-Eso no tiene nada que ver con la leche -se quejó Jimin-. Lo tomo solo, con azúcar.

-Aquí tienes -dijo Suni.

¡Maldita sea!, gruñó Jeongyeon para sí. ¿No podía mover su propio café? ¿Tenía que dejar que una admiradora realizara por él tan insignificante tarea?

-Gracias - Jimin hizo una pausa y Jeongyeon le imaginó dando un sorbo al café-. Eres genial, Suni. Está delicioso. Gracias otra vez.

-Ha sido un placer, Jimin-dijo Suni con voz melosa.

Si Jimin iba a salir de la salita, Jeongyeon tendría que hacer su aparición. No podía permitir que la pillara acechando detrás de la puerta. Haciendo acopio de valor, entró en la estancia.
Jimin se detuvo en seco al verla entrar. Su amplia sonrisa perdió fuerza al saludarla.

-Hola, Yoo-dijo.

-Qué tal, Park -dijo ella con tono helado y pasó por delante de él en dirección a la cafetera-. Hola, Suni-saludó a la secretaria con excesiva afabilidad.

-Hola, Jeongyeon-la mirada de Suni se desvió de Jeongyeon a Jimin, quien permanecía cerca de la puerta, viendo cómo la joven se servía una taza de café. Aunque ésta evitaba mirar de frente a Jimin, podía sentir sus ojos fijos en ella.

El silencio que pendía entre ellos la puso nervioso y agradeció Suni que lo rompiera.

- Jimin me ha pedido que pase a máquina el cuestionario para encuesta de Kim Software -informó a Jeongyeon.

-Sí, es lo mejor -dijo ésta.

Suni dirigió otra mirada rápida en dirección a Jimin antes volver a decir a Jeongyeon.

-¿Sigues trabajando en ese asunto? Por la forma en que Jimin ha hablado, he pensado que... bien, se me ha ocurrido que quizá habían encargado otra cosa.

Jeongyeon dirigió a Jimin una fría sonrisa.

-Según las últimas noticias sigo trabajando en eso -contesto con retintín-. Ya sabes como es Park, Suni. Le duele mucho tener que compartir conmigo los honores sobre cualquier cosa.

Jimin esbozó una sonrisa irónica.

-Hay algunas cosas sobre las que compartiría gustoso los honores contigo, Yoo-dijo, con un significativo tono.

Jeongyeon no pudo evitar ruborizarse.

Ante la mirada perpleja de Suni, Jeongyeon optó por retirarse,

-Si me disculpáis -dijo, cogiendo su taza de café y dirigiéndose a la puerta-. Algunos no tenemos tiempo para pasar toda la tarde en la sala del café.

Una hora después Jimin la llamó por teléfono a su despacho.

- Yoo, habla Park. ¿Podrías venir a mi oficina?

-¿Para qué?

-Necesito hablar contigo. En persona. Es urgente.

-Bien, subiré.

La puerta de Jimin se abrió en cuanto que Jeongyeon llamó. Jimin la tomó en sus brazos con vehemencia.

-Este ha sido un día muy difícil para mí -susurró antes de cubrirle la boca con la suya.

Jeongyeon había intentado mostrarse fría con él hasta que se disculpara por flirtear con Suni y las chicas de la cafetería. Pero en cuanto su cálida lengua se abrió camino en su boca perdió toda capacidad de resistencia.
Cuando por fin la apartó un poco para mirarla a la cara, después de lanzar un ahogado resuello, Jimin dijo:

-¡Oh, Dios! También ha sido duro para ti, ¿verdad?

-En realidad no -declaró ella sin mucha convicción.

-Es por eso por lo que me trataste tan mal en la salita de café, ¿verdad?

Jeongyeon deslizó dos dedos por la abertura que quedaba entre dos botones de su camisa y alzó los ojos llenos de tierno reproche hacia él.

-Yo sólo me estaba defendiendo.

-Hm -le cogió la cara con las manos-. Quizá mañana a la hora de la comida podamos escabullirnos e ir a un motel cercano.

-Eso me parece de lo más sórdido -protestó Jeongyeon, aunque estaba riendo.

-No tanto como tirarte al suelo aquí en mi oficina y hacerte el amor -dijo él-. Lo cual es una posibilidad muy real, si se considera la forma en que me siento ahora -le cogió las manos entre las suyas y bajó la cabeza para besarla con suavidad en los labios-. Creo que fingir que no me interesas sólo me hace desearte mas.

-Pues parecías soportar tu tormento con gran estoicismo -comentó Jeongyeon con sarcasmo-. ¿Por qué tenías que decir a Suni que es genial sólo porque sabe preparar un café tolerable?

-¿Lo oíste? - Jimin pareció asombrado por un momento y luego la miró con ojos entornados-. ¿Me estabas espiando?

Jeongyeon esquivo su mirada acusadora.

-So... sólo oí un poco de la charla al... al entrar. Me pareció que te estabas excediendo en tus elogios, ¿no crees?

-¿Qué tiene de malo decir algunas palabras bonitas a una pobre chica?

-¡Qué amable eres! Además, ¿por qué le diste a entender que yo ya no trabajaba en el asunto Kim?

-¿Por qué dices eso?

-Porque le pediste que pasara a máquina la encuesta para ti... no para nosotros.

-¿Y eso qué importancia tiene?

-Ella supuso que yo no trabajaba ya en el proyecto. Está bien que finjamos no tener nada que ver en el plano íntimo cuando estemos aquí, pero no me parece bien que me ignores por completo. El proyecto es nuestro, Jimin, no lo olvides-.
Jimin estudió su indignada expresión por un momento, luego asintió.

-Tienes razón. Creo que no tengo costumbre de compartir los proyectos con otros asesores.

-En especial con asesoras.- contestó Jeongyeon

-Es cierto. En especial con asesoras tan hermosas.

•It Was Not A Plan• // pjm+yjyWhere stories live. Discover now