Capítulo 27 Final

2.2K 171 44
                                    

  Ella lo hizo y vio un anillo con un gran diamante. Quiso hablar, pero la garganta se le agarrotó y no encontró las palabras.

—Tenían muchos anillos con diamantes —dijo Jimin—. Pero tú eres una mujer excepcional y merecías un anillo excepcional. Pruébatelo. He tenido que adivinar la medida. El joyero me ha dicho que puedo cambiarlo.

Le quedaba perfectamente. Jimin le alzó la mano para ...observar el anillo en su dedo y asintió su aprobación.

— Jimin —susurró Jeongyeon—. Jimin, yo...

—No digas nada —la interrumpió él—. No ahora. Tómate el tiempo que necesites para hacerte a la idea —la tomó en sus brazos y la besó.

Ella olvidó su brusca salida y su decepcionante reacción ante el embarazo. Lo olvidó todo excepto su entusiasmo, su afecto, la maravillosa energía que había desplegado para ir a comprar todas esas cosas con el fin de celebrar la noticia. De repente, ella no quiso discutir las cosas con sensatez, sólo deseó celebrarlo con él.

Le rodeó el cuello con las manos y él la cogió en brazos.

—¿Podré hacer esto dentro de algunos meses? —preguntó Jimin.

—¿Qué?

—Alzarte en mis brazos —explicó él, dejándola en la cama.

Luego se acostó a su lado y buscó el cinto que ataba la bata de la joven, pero antes de desatarlo se detuvo un momento y la miró con expresión interrogante.

—¿Podemos hacer esto, Jeongyeon? ¿No te pasará nada? No se nada sobre mujeres embarazadas.

—Yo tampoco —admitió ella, desabrochando uno de los botones de la camisa masculina

—. Pero creo que sí está permitido.

La cara de Jimin se iluminó con una sonrisa de deleite.

—Magnífico —murmuró y le apartó los bordes de la bata y hundió la cabeza entre sus senos desnudos—. Te deseo tanto, Jeongyeon... tanto...

Con ayuda de ella, la desnudó y arrojó la bata a un lado de la cama. La miró con el deseo reflejado en los ojos.

—Hueles maravillosamente bien —murmuró, apartándole un mechón de pelo de la frente con la punta de los dedos.

—Acabo de ducharme —dijo ella.

—Hm. — Jimin inclinó la cabeza para besarla.

Sus labios descendieron de la frente a la boca. Su beso fue ávido, su lengua exploradora y posesiva. Pero sus manos corrieron por el cuerpo femenino con la suavidad de un susurro, con una delicadeza desconocida hasta entonces para ella.

Ella quiso asegurarle que no era de cristal, que no se quebraría con su contacto. Sin embargo, no quería que él dejara de hacer lo que estaba haciendo, sus cautelosas caricias resultaban exquisitas.

La joven suspiró y emitió un trémulo jadeo, su cuerpo se movió para ofrecerse mejor a su amante. Este aceptó la ofrenda, pero con una ternura casi insoportable.

Sus cuerpos se fundieron y se movieron como si fueran uno solo. Cada vez que Jimin le hacía el amor era única, pero en aquella ocasión Jeongyeon sintió que también sus almas se habían fundido.

La joven no supo cuánto tiempo había pasado, minutos u horas, antes de que él quitara su peso de encima de ella y se acostara a su lado. Jimin cogió la mano izquierda de la joven, explorando la poco familiar forma del anillo.

—¿Te quieres casar conmigo? —preguntó en un susurro.

Ella observó su cara, el brillo de sus ojos ya no era de expectativa sino de satisfacción. Su sonrisa era confiada, pero no tanto como de costumbre. Había algo de expectante y esperanzado en ella.

•It Was Not A Plan• // pjm+yjyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora