Capítulo 12

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-Se supone que se debe vestir a los bebés con un poco más de ropa de la que se pone uno mismo -informó.

Ella le miró con curiosidad, preguntándose dónde habría adquirido aquella información. Luego le quitó el gorro a Manse.

-Sí, pero me parece que en este caso has exagerado.

-¿Desde cuándo eres experta en estas cuestiones? -pregunto Jimin con todo desdeñoso, dando la vuelta para entrar en la casa.

-No hace falta ser un experto para ver que tiene la cara roja y suda a mares -señaló Jeongyeon.

-No está sudando -regañó Jimin, mientras metía la llave en la cerradura y abría la puerta.

Dejó que Jeongyeon entrara primero en la casa, luego empujó el cochecito y permaneció en el umbral.

-Iré a por la cena. Cuida de Manse durante unos minutos-y antes de que ella pudiera objetar algo, se fue.

Jeongyeon se quitó la chaqueta, se echó el pelo detrás de las orejas liberó a Manse del agobio de mantas y suéteres.

El pequeño lanzó un gritito jubiloso y agarró la nariz de la joven, como para manifestar su agradecimiento.

-Ay-se quejó Jeongyeon-. ¡Basta, jovencito! -Manse lanzó otro gritito.

Jeongyeon supuso que debía revisar su pañal. No porque lo creyera una obligación, sino porque suponía que sí ella fuera un bebé como Manse, agradecería a cualquier adulto que se dignara a cambiarle el pañal si lo tuviera mojado.
Llevó al pequeño hacia la guardería que Jimin habla improvisado en el piso de arriba. Al entrar, notó que el oso de peluche estaba sentado ahora, muy serio, en la silla del escritorio y que una gran bolsa de papel marrón estaba en el suelo a un lado del mueble, a medio llenar con pañales usados.

Jeongyeon depositó a Manse sobre a toalla extendida sobre la cubierta del escritorio y buscó un pañal limpio. Cuando encontró una pila y extendió una mano hacia ella para coger uno, el bebé lanzó otro grito agudo y casi se cayó del escritorio al moverse con inquietud. Jeongyeon le sujetó con el antebrazo y emitió un suspiro de alivio.

Cambiarle el pañal fue más complicado de lo que había imaginado. Por alguna razón, el pequeño no quería estarse quieto. Jeongyeon masculló maldiciones y le acusó de tener tendencias suicidas, pero Manse no le hizo caso y siguió pataleando, removiéndose y tratando de agarrarle la nariz.

Otro problema fue el trajecito que llevaba puesto el bebé. Era un artilugio de una sola pieza con una docena de botones, Para dejarle al aire su culito, tuvo que desnudarle del todo, inmediatamente, el inquieto bebé dio una patada a la prenda y la tiró al suelo. Cuando Jeongyeon se inclinó para recogerla, Manse estuvo a punto de caerse otra vez del escritorio. Jeongyeon lanzó una exclamación de alarma, le sujetó y respiró profundamente para tranquilizarse.
Si Jimin podía cambiar un pañal, ella también lo haría, decidió. Estaba perdida si no podía igualar a su colega en el terreno de los pañales.

Consiguió hacerlo, quien sabe cómo. Después de diez minutos de intentos y fracasos, el bebé quedó seco y vestido. Jeongyeon estaba casi sin aliento, tenía la frente sudorosa y la barbilla llena de talco para bebé. Pero había logrado la faena y sintió un profundo regocijo no muy diferente al que había experimentado cuando recibió, llena de orgullo, su título profesional. A su manera, cambiar el pañal de Manse era un logro igualmente válido.
No tuvo mucho tiempo para recrearse con su triunfo, porque en el momento en que estaba metiendo el pañal usado en la bolsa de papel, sonó el teléfono. Vaciló antes de contestarlo, luego se encogió de hombros y descolgó el auricular.

-¿Dígame?

- ¿Está Jimin? -preguntó una voz femenina.

-No -la mujer hizo una pausa y luego preguntó- ¿Quién es usted?

•It Was Not A Plan• // pjm+yjyWhere stories live. Discover now