6. El plan de un merodeador

2.2K 273 35
                                    


—- o -

Personajes creados por J.K Rowling, aunque por supuesto yo los he adaptado a mi imaginación...

—- o -—

<< RESPETO, ese enorme desconocido>>

—- o -—



12/07/84

Remus, con una sonrisa en su cara, caminaba por el sendero que llevaba a Hogsmeade.
Su visita había resultado mucho mejor de lo que había pensado tras salir de la oficina del director.

Parecía que a Dumbledore se le había escapado un pequeño detalle, no había contado con la lengua suelta del semigigante, y tampoco había tomado la precaución de obtener un voto de silencio de él, como en el caso de Minerva.

Eso le daba que pensar, ¿acaso había actuado distinto porque Hagrid adoraba tanto al director que no criticaría ninguna de sus acciones?
Era bien sabido por todos, que Minerva era una mujer con un fuerte carácter, además de muy inteligente, ella no caería en falsos argumentos como el semigigante. Y mucho menos lo haría ahora, que se sentía traicionada por el que había sido su mentor.

Una vez de vuelta en la habitación alquilada en el Caldero Chorreante, el castaño se sentó en una vieja silla de madera pensando en la mejor manera de sonsacarle a Hagrid la localización de su cachorro.
Permaneció en la misma posición durante horas, mientras las ideas se iban acomodando en su mente.
Finalmente, el plan había sido armado.

El hombre lobo se puso en pie para ir a bañarse, ultimando los últimos detalles del plan.

Remus tenía un plan, un plan digno de un merodeador.

El licántropo sabía que había una manera de hacer que el guardián de las llaves soltara su lengua sin inhibiciones: el alcohol.

Y sí, ese era su plan, sencillo y efectivo, emborracharía a Hagrid para sacarle la localización de su cachorro.
James y Sirius habían hecho eso en su séptimo año para que el semigigante les contase porque lo habían expulsado.
Los muy idiotas habían decidido que no podían irse de Hogwarts sin averiguar el secreto de Hagrid.


13/07/1984

El castaño no había dormido mucho esa noche. Se levantó muy temprano, y tras vestirse y asearse, bajó a junto de Tom para pedir un café bien cargado. Necesitaba mantenerse bien despierto eso día y esa noche, por lo que la cafeína sería lo único de lo que se alimentaría su cuerpo hoy.

De nuevo en la habitación, se sentó delante de una mesa algo coja, y escribió las posibles preguntas que podría hacerle al semigigante esa noche, aquellas que podrían acercarlo a la información que tan desesperadamente buscaba.

Y así se mantuvo todo el día, estudiando las mejores preguntas y las posibles respuestas.
Ni siquiera se había planteado que haría una vez que recuperase a su cachorro. Sabía que tenía que ayudar a escapar a Sirius, para así irse los tres muy lejos, pero no sabía cómo entraría a Azkaban con un niño de cuatro años.
Ese plan tendría que esperar por ahora, lo más importante era encontrar a Harry.

Por la noche, Remus usó la red flu del Caldero Chorreante para desplazarse hasta las Tres Escobas en Hogsmeade.
Allí solo tomaría una cerveza de mantequilla, para de alguna manera pagar por el uso de la chimenea. Después iría a la Cabeza de Puerco, donde sabía que acostumbraba a beber el semigigante.

Las heridas de la guerraWhere stories live. Discover now