3. Harry Potter

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Personajes creados por J.K Rowling, aunque por supuesto yo los he adaptado a mi imaginación...


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<< Let it be... Dolerá mucho menos...>>


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09/07/1984

En una húmeda y mohosa alacena se encontraba un niño de tres años.
El pequeño dormía, en posición fetal, sobre un sucio y viejo colchón. Su único abrigo, era una fina y raída manta, la cual hacía mucho que no había sido lavada.

El nombre de ese niño era Harry James Potter, aunque él no lo recordara ya. Hacía mucho tiempo que nadie se dirigía a él por su nombre. Los dueños de la casa donde vivía solían llamarlo chico, fenómeno, monstruo o inútil.

Lo que Harry no sabía era que existía un mundo donde todos conocían su nombre. Un mundo en el que era conocido como "el niño que vivió". En ese mundo, era considerado como el salvador, todos sus habitantes habían brindado por él en numerosas ocasiones. Pero el pequeño Harry, en su armario, desconocía todo esto.

Ese mundo en el que era un héroe, y del que el niño nunca había ido hablar, era el mundo mágico.
Una noche de Halloween, un mago oscuro, conocido como Lord Voldemort, había irrumpido en la casa donde Harry y sus padres vivían. La intención de ese malvado mago era matar al pequeño Harry, que contaba con un año de edad, pero sus padres se interpusieron en su camino, muriendo en el intento de proteger a su hijo. El mago oscuro, no desistió en su intento, y lanzó una maldición mortal al niño, pero ésta rebotó y fue Lord Voldemort el que murió, o eso creían casi la totalidad de los magos.

Esa noche, la mayoría de los magos, habrían brindado por el niño, celebrando el final de una terrible época oscura. Todos hablaron durante días del grandioso niño que vivió a la maldición asesina, pero ninguno pensó realmente en que ese pequeño había quedado huérfano, y que sería enviado a un hogar donde jamás conocería la felicidad.

Albus Dumbledore había sido el encargado de reubicar al bebé de un año. Y esa noche lo dejó, metido en una cesta, en la puerta de la casa donde vivía su único familiar sanguíneo, su tía.

Petunia Dursley, de soltera Evans, se consideraba una mujer alta y distinguida. En su mente se veía como la perfecta ama de casa, la perfecta esposa y la perfecta madre. Pero la realidad mostraba una mujer muy diferente.

Petunia era una mujer rubia, con manos huesudas y cara de caballo. Su rasgo físico más característico era tener un cuello muy largo y delgado, el cual usa para espiar a sus vecinos. Su único hobby: leer cada día las noticias del corazón, ya que le encanta documentarse sobre los divorcios entre estrellas de cine, aunque después, cínicamente, repita sin cesar:  «como si a nosotros nos interesaran sus sórdidos asuntos personales». 

Las heridas de la guerraWhere stories live. Discover now