Capítulo 5

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- Has vuelto.
Dijo Gabriella aún en los brazos de Gilbert sorprendida.
- Si... hola.
Saludo el moreno a la chica con una sonrisa.
- No me dijiste que ibas a volver.
- Bueno... lo decidí hace cosa de una semana. Me alegro mucho de verte.
La pelirroja se quedó en silencio mientras que el moreno seguía con un brazo rodeándole la cintura a la chica y el otro brazo sujetándole de las piernas. No podían dejar de mirarse, pero fueron interrumpidos cuando el señor Phillips entro a la clase y Gilbert dejo a Gabriella en el suelo. Cada uno fue a su asiento correspondiente mientras que el profesor decía:
- Libro de lectura página 20.
La chica escuchaba los susurros de la gente hablando del pelo de Anne y además de su encuentro con Gilbert Blythe.
- Oh, parece que tenemos a un chico nuevo en clase. -dijo con un tono burlón el profesor haciendo reír a varios alumnos- ¿Estas sentado en el sitio correspondiente jovencito?
- ¿Y a usted le han dado el título de profesor o le han dado el título del peor profesor del mundo?
La pelirroja de veras pensó que no lo había dicho en alto, pero lo había hecho. ¡Maldito Gilbert Blythe que le hacía ser mas despistada de lo que ya era!
- ¿Disculpe?
Pregunto el adulto a la chica MacKenzie.
- Yo no...
El profesor enfurecido fue hacia su escritorio y sacó un látigo enorme de madera de uno de los cajones. Luego, volvió a mirar a Gabriella que esta tragaba saliva con miedo.
- Levántese.
Le ordenó Phillips a MacKenzie. Esta mencionada, se levantó de su asiento y fue hacia el adulto. Los murmullos se empezaron a escuchar y Cole estaba en posición alerta por lo que le pudieran hacer a su hermana melliza.
- Abre tu mano.
- ¿Que?
- ¡Que abras tu mano!
Gritó el adulto a la adolescente. Ella asintió y abrió su mano, sabiendo que el profesor le iba a dejar la mano roja por los golpes que se avecinaban con ese látigo de madera.
- ¡No!
Exclamo Cole levantándose de su asiento, pero el profesor le lanzo una mirada asesina y Gabriella miro a su hermano queriéndole decir que se tranquilizara y no se moviera. El menor de los MacKenzie asintió y se sentó en su asiento de nuevo.
- Un movimiento más y también os azotaré las manos con el látigo de madera, ¿me habéis entendido?
Advirtió Phillips a sus alumnos, que tan solo asintieron y miraron la horrorosa escena. Gabriella trago saliva y se intentó tranquilizar, aunque el corazón le iba a mil. El señor Phillips alzó el brazo donde tenía el látigo de madera y después la bajó violentamente para darle en la mano a la chica, que intento no mostrar ninguna emoción al respecto. Y así fueron nueve veces más, donde la pobre muchacha ya tenía marcas por toda la mano y heridas. Ella se mordía la labio violentamente para no llorar enfrente de los demás, odiaba llorar, y más en público. Sin decir nada más el señor Phillips dejo que la chica se sentara en su asiento. Por el "esfuerzo físico" el señor Phillips se largó del aula para descansar. Cuando se fue inmediatamente todo el mundo fue a ver a Gabriella para ver como estaba. Y sin poder controlarle, la chica gimió de dolor ya que le ardía la mano y se fue al patio de la escuela sin decir nada. Se dirigió al pequeño río que había y se limpió la mano ya que tenía sangre. En ese momento entró el señor Phillips, prohibiendo a los demás también salir de clases, pero Gilbert salió detrás de ella sin hacerle caso. Cogió su cartera y fue hacia ella, que estaba sollozando debido al dolor sentada en un banco de madera. La chica cuando vio al chico acercarse intento secarse las lagrimas rápidamente, pero ya era tarde, el ya la había visto. El moreno se puso de rodillas enfrente de ella y cogió su mano herida suavemente. Sin decir nada, saco de su cartera un pequeño recipiente que tenía agua y se la hecho delicadamente a la mano de ella, para limpiarle las heridas. Después de eso, saco unas vendas de su cartera y empezó a vendar la mano intentando hacerle el mínimo daño a la pelirroja.
- Gracias Gilbert.
Susurró ella. El la miró y pudo volver a observar la belleza de la chica. Incluso ahora le parecía demasiado tierna con su nariz roja por el frío y sus mejillas rojas debido por haber estado llorando y también por el frío.
- No es nada, ángel.
- ¿Porque me llamas ángel?
Pregunto Gabriella sonriéndole a ese chico moreno.
- Porque pareces un ángel.
- No soy un ángel Blythe.
- Eso lo dirás tú, ángel.
Las mejillas de la chica no tardaron en ponerse aún más rojas y miro a los ojos cafés del chico.
- Eres un idiota Gilbert Blythe.
- Y tu eres preciosa Gabriella MacKenzie.
La chica sonrió tímidamente y ambos decidieron entrar a clases de una vez. Cuando entraron todas las miradas curiosas estaban sobre ellos y por suerte el señor Phillips no dijo nada más.

Casi todos los alumnos se encontraban en el pequeño teatro que tenían que preparar para hacer la obra que estaban preparando. Gabriella se encontraba con algunos de sus compañeros siguiendo los pasos que Anne les iba dictando. Sorprendentemente para todos, Gabriella se atrevió a ir en su clásico peto vaquero y su camisa blanca por debajo del peto. Muchos chicos la miraban con descaro, ya que a la pelirroja se le veía solo un poco de piel desnuda por su cintura. Y eso, no era algo muy normal en esa época. Después de practicar sus pasos Gabriella junto con su amiga Diana que acababa de llegar empezaron a dar vueltas y vueltas sobre ellas mismas mientras se reían. Pero la pelirroja se mareó y chocó con alguien que la cogió de los brazos para que no volviera a caer en el suelo.
- Vaya, ángel. -saludó Gilbert Blythe con su típica sonrisa- ¿Ya es costumbre que tenga que salvarte para que no te caigas?
- Tal vez.
Dijo ella sonriéndole de vuelta.
- ¿Vas en pantalones?
Pregunto el chico sorprendido.
- Es más bien un peto, listo. Y suéltame Blythe.
El chico soltando una ligera risa soltó a la chica.
- Bueno, tengo que irme a ayudar. ¿Nos vemos mañana?
Pregunto el muchacho.
- Claro.
Contesto ella mientras que Gilbert le sonreía una última vez y se iba a ayudar por los decorados.
- ¿Porque Gilbert te llama ángel?
Pregunto Diana a su amiga pelirroja.
- No lo sé, según el dice que parezco un ángel.
- Eso es muy romántico.
- No es romántico.
- Si lo es.
- No lo es.
- Si lo es.
Y así se pasaron el resto de la tarde aquella morena y aquella pelirroja.

Al día siguiente tenían que volver a ayudar para la obra. Aunque el grupo de Diana, Jane, Tillie, Ruby y Gabriella estaban admirando los dibujos del hermano mellizo de la última mencionada.
- Tienes mucho talento, Cole.
Le alagaba la regordeta.
- Me encantan ese pájaro.
Exclamo la más pequeña del grupo.
- Nadie de la clase pinta como tú, Cole.
Dijo la menor de los Andrews para que luego todas fueran ayudar en los decorados de la obra.
- ¿Queréis ver algo gracioso?
Pregunto Billy celoso porque todas las chicas estuvieran antes alagando a Cole a sus amigos. Estos asintieron y Billy cogió una tabla de manera grande mientras se dirigía hacia el pintor. Así que cuando ya estuvo lo suficientemente cerca Billy movió la tabla y la choco intencionalmente com la escalera donde estaba subido Cole.
- Uy.
Soltó el rubio mientras veía como la escalera se balanceaba para que segundos después Cole cayera al suelo del escenario y luego se cayera del escenario rompiéndose la muñeca. Gabriella soltó un grito del susto y fue corriendo hacia su hermano, que este estaba llorando del dolor.
- Cole, mierda, ¿que ha pasado? Sshh tranquilo estoy aquí, estoy aquí.
Decía Gabriella mientras ponía la cabeza de su hermano en sus rodillas y iba acariciándole el pelo en un intento de tranquilizarle.
- No se levanta. -exclamo Gilbert- Se ha roto la muñeca y no se si algo mas.
- Ha sido sin querer. ¡Os lo juro!
Exclamo Billy Andrews fingiendo inocencia mientras que todos miraban la escena horrorizados. Gabriella seguía intentando tranquilizar a su hermano y le iba acariciando también la mejilla. Con ayuda de Blythe y Thomas, el marido de la amiga de Marilla, levantaron a Cole MacKenzie para llevarlo al médico. Billy se acerco a Gabriella para pedirle perdón cogiéndola de la muñeca pero ella se soltó bruscamente del agarre y le dijo:
- No vuelvas a hablarme ni a tocarme en la vida. Ambos sabemos que no lo has hecho sin querer. No eres una buena persona, Billy Andrews.
Y sin decir nada más, Gabriella se dirigió al médico con su hermano mellizo, dejando a un Billy por primera vez en su vida, vacío.





No se porque pero estoy muy inspirada en esta novela y me apetece escribir :D. ¿Que piensan de Gilbert y Gabriella? ¿Los shippean? ¡Voten y comenten!

Ángel [Gilbert Blythe]Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora