Capítulo 11

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Ya habían pasado varias semanas después de que todo el mundo supiera que Charlie y Gabriella eran novios. La relación entre Blythe y MacKenzie se enfrió, tanto que ya casi no se hablaban. Puede que algún día se saludaran, pero de eso a hablar como dos amigos había una gran diferencia desde el falso noviazgo que la pelirroja tenía con Sloane. De momento, la mentira había colado, y cada vez era más fácil actuar como pareja. Solo tenían que tener la misma relación que antes, exceptuando alguna muestra de cariño, como ir tomados de la mano y algún que otro beso en la mejilla. No se habían vuelto a besar en los labios. A Gabriella aún le duraba la espinita que Charlie haya sido su primer beso, no porque fuera Charlie, sino porque su primer beso fue para ocultar una falsería. Le hubiera gustado que su primer beso fuera de verdad, con un chico al que quisiera. No se imaginaba que en apenas un día besara a dos chicos diferentes.
Se encontraba en la cabaña que Anne, Diana y Ruby habían montado algún día en el bosque. Estaba acompañada por las tres mencionadas, Jane Andrews y su hermano Cole, que hacía figuras de barro mientras las chicas hablaban sobre las proposiciones de matrimonio.
Matrimonio. ¿Para que casarse si todos los matrimonios era solo una excusa para mejorar la economía de las familias? El chico siempre tenía que presentarse antes los padres y decir en voz alta todas las tierras, casas, dinero y puesto de trabajo que tenía. Si no tenía lo que los padres de la chica consideraban suficiente le rechazaban, y así hasta que se presentara alguien aceptable.
Menuda mierda. Pensó antes de que Diana Barry la mirara y le preguntara:
- ¿Y tú Gabriella? ¿Como querrías que fuera tu marido?
La preguntada se encogió de hombros y contestó:
- Me conformo con que el me quiera y yo le quiera a él.
- ¿Crees que será Charlie? Es de buena familia.
Volvió a preguntar Barry mirándola con curiosidad, aunque no era la única, tenia hasta la atención de su hermano puesta en ella.
- Y yo que se, ¿quien sabe?
Quería evadir esa pregunta y la respuesta. Por supuesto que Charlie no sería su futuro marido, porque todo era igual de falso que el oro que decían que había en Avonlea.
- Yo primero tendré muchos novios para volver loquito a Gilbert antes de decirle que si...
- En realidad, yo pensé que mi futuro cuñado sería otro.
Interrumpió Cole a Ruby mirando a su hermana fijamente. Como se nota que la conocía demasiado bien.
- ¿Quien Cole?
Pregunto con curiosidad Anne.
- Si, yo también.
Jane y Cole se miraron con complicidad, ambos sabiendo a quien se referían.
- No se de que estáis hablando ni lo que insinuáis.
Pero Gabriella lo sabía perfectamente.

Estaban en clase todas las chicas rodeando a Prissy Andrews hablando de la boda que se avecinaba entre ella y el señor Phillips. En realidad, Gabriella no entendía que veía la mayor de los Andrews en el profesor, pero no era quien para juzgar. Sin poder evitarlo, la vista de la chica se dirigió a Blythe, que estaba sentado en su pupitre. No podía mirarle, a la vista de todos ella ya tenía novio y ya sabía perfectamente lo que diría la gente si se pensaran que también tenía algo con Gilbert. Odiaba esa sociedad tan machista. Billy empujando a su hermano fue lo que pudo lograr que apartara la vista del moreno. Se levantó con intención de decirle algo, pero por la mirada que le echó Cole advirtiéndole que no haga nada tuvo que hacer caso y volver a sentarse. Resopló, odiaba la escuela.

Todos escuchaban la aburrida lección de matemáticas que estaba dando el señor Phillips. Hoy estaba de más mal humor de lo normal, y eso le hacía aún más irritante de lo que ya era, sobretodo hacia Cole, Dios sabía porque. Pero de repente, Sebastian, el gran amigo de Gilbert entró al aula, buscando al mencionado.
- Buenos días. Perdone, debo hablar con Gilbert por favor.
- Quédese ahí.
Ordenó severamente el bigotudo al señor de color. El chico moreno se dirigió rápidamente hacia su amigo.
- Sebastian, ¿que haces tú aquí? Estas horrible.
- ¡No eres bienvenido! -exclamó Billy- Intento matarme en la obra.
- Por dios Billy, como no cierres la boca te juro por dios que te la cierro yo tirándote la silla.
Amenazó la mayor de los MacKenzie ya cansada de la actitud del rubio.
- Hola Gabriella.
Le saludó subiendo y bajando las cejas Bash para luego mirar a Gilbert con la misma mirada pícara, este último le arrastró hacia el vestíbulo para que nadie más les escuchara rojo de la vergüenza. ¿Porque siempre tenía que dejarle en ridículo?

Ángel [Gilbert Blythe]Where stories live. Discover now