Capítulo 9

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El pequeño de los MacKenzie se paseaba por su habitación sin saber que ponerse para su primer día en la escuela, porque si, no sabe como su madre le ha dejado asistir a la escuela. ¿Como había pasado? Seguramente Gabriella le había convencido, a veces podía ser muy persuasiva. Se estaba estresando, ¿que tenía que ponerse? Tampoco tenía que ir muy formal, pero a la vez tampoco podía ir como si estuviera en su casa, tan informal. Resopló. Justo en ese momento su hermana le dio unos toquecitos en el hombro para que notara su presencia. El se giró para ver que quería. Ella obviamente le empezó a hablar en lenguaje de signos.
- ¿Que pasa?
- No se que ponerme.
La pelirroja soltó una pequeña carcajada para después dirigirse al armario de su hermano. Saco una camiseta blanca junto con un pantalón marrón claro que llevaba tirantes y una chaqueta del mismo color. Jack asintió convencido de la buena elección que había hecho su hermana. Ambos se sonrieron y Gabriella fue a preparar el desayuno. La chica se alegraba que dos de sus hermanos y ella pudieran ir a la escuela. Su madre estaba bastante generosa, ¿sería que el ambiente navideño que aún conservaba Canadá la estaba cambiando? Y lo mejor de todo es que después de la obra, Sed no había vuelto. Con un poco de suerte tal vez hasta no tendría que volver a verlo. Pasaron unos minutos y sus dos hermanos entraron a la cocina para empezar a desayunar. No tardaron mucho y recogieron sus cestas para dirigirse a la escuela. Jack iba nervioso, su corazón estaba acelerado, sus manos sudaban y hasta podría decir que le dolía la barriga. Al menos tienes a Minnie May, Jack. Pensó el pequeño para intentar calmarse después de tomar una bocanada de aire. Llegaron al edificio y Cole se despidió seco, pero lo entendían, últimamente estaba de mal humor ya que seguía sin poder dibujar bien. Gabriella miro al niño.
- ¿Quieres que te enseñe...?
No acabo de hablarle en lenguaje de signos que la pequeña de los Barry casi que se lanzó encima de su amigo abrazándole fuerte.
- ¡Has venido! -empezó a decir feliz la rubia para separarse y mirarle- Me alegro mucho que hayas venido. ¿Quieres que te enseñe la escuela? Nuestro profesor aún no ha llegado siempre llega tarde o eso o se a dormido en el almacén. Perdón, ¿estoy hablando muy rápido? Es que estoy emocionad-...
Se calló dado que el castaño le puso un dedo en sus labios para que intentara calmarse, soltando una risita. La niña notó sus mejillas arder, pero prefirió pasar de esa sensación nueva que empezaba a sentir cada vez que Jack estaba cerca.
- Perdona... ¿quieres que te enseñe toda la escuela? Luego te presentaré a mis amigos.
El asintió con la cabeza y ella sonriendo le cogió de la mano.
- ¡Adiós Gabriella!
- ¡Adiós Minnie May! Adiós Jack.
- Adiós.
Dijo el niño en voz baja, básicamente era una de las únicas palabras que sabía pronunciar, casi nunca se atrevía a hablar. Supongo que al tener una amiga su confianza iba subiendo. Los niños se fueron para hacer un pequeño tour de la escuela, la pelirroja en cambio entró a clase negando con la cabeza al ver un grupo de niñas mirando a su hermano menor. Al parecer Jack iba a tener su propio club de fans.

- Tengo una firme ética del trabajo y ya he elegido mi vocación. -le explicaba al profesor Phillips Gilbert Blythe- La medicina, señor. Se que es lo mío.
- Fascinante.
Le respondió el hombre con un tono de fastidio.
- Y si usted me diera clases particulares a parte de las lectivas, para ponerme al día y recuperar el tiempo que he perdido... -se calló unos segundos al observar que su profesor no le estaba prestando atención al estar viendo a la mayor de los Andrews. Volvió a hablarle, esta vez con un tono de voz menos educado- Así demostraría a los que creen que no se toma la enseñanza de sus alumnos en serio que no es cierto. Solo le pido un poco de su tiempo, señor.
- ¿Eso es todo? ¿Mi tiempo? -Phillips ya se había cansado del muchacho- Dime, ¿tu padre debería dar su cosecha solo porque alguien creyera merecerla? Claro que no. El tiempo es oro señor Blythe.
El mencionado se quedó un poco aturdido, dolido y enfadado por las palabras de su profesor. Había mencionado a su padre.
- ¡Mi padre murió, señor!
Gabriella al escuchar eso salir de la boca de Gilbert y en un tono tan alto miró al chico. Le miró apenada al ver la carita que había puesto el moreno. Sabía que su padre era el punto débil de Blythe y ahora odiaba al señor Phillips por haberlo mencionado.
- Ya. -dijo el maestro al darse cuenta que se había pasado un poco- Bueno, lleva siendo la misma metáfora.
Después de eso, le hizo un gesto para que se sentara. El chico le miró mal y se sentó en su sitio, seguido de la mirada de la pelirroja. Dejo de mirarle cuando el profesor les dijo que abrieran sus libros, pero en la hora del recreo iría a hablar con el.

Observó a Gilbert cogiendo su abrigo del perchero para irse hacia fuera. Gabriella se mordió el labio nerviosa pero al final armándose de valor se acercó a el. Haciendo el mismo gesto que le hizo a su hermano esta mañana le dio unos toquecitos en el hombro para que la mirara.
- ¿Gilbert?
- ¿Que? -el moreno la miró- Oh, hola ángel.
La chica sonrió por el apodo, pero luego se puso otra vez seria.
- Solo quería ver si... querías hablar con alguien sobre lo que dijo el señor Phillips, es un idiota.
- La verdad... -observó que Charlie no paraba de mirar a la muchacha- Si, me iría bien hablar con alguien. Vamos.
Ambos sonrieron y fueron fuera, un poco alejados de los demás para que no les molestaran. Ella se apoyó en un árbol sentada mientras que el otro se puso delante suyo también sentado. La pelirroja le cogió de una mano entrelazando sus dedos para darle confort. El chico sonrió ante tan tierno gesto, ¿como es que Gabriella MacKenzie podía causarle tanta ternura?
- Entonces...
- Es solo que quiero ser médico, ¿sabes? Creo que ya te lo dije en una de nuestras cartas. Le pedí clases al señor Phillips pero a él le importa más Prissy Andrews y encima menciona a mi padre. ¿Como osa hacerlo? -soltó un bufido- Ojalá hubiera un profesor que se tomara en serio nuestra educación.
- ¿En vez de asaltar a las alumnas?
- Exacto.
Los dos rieron. Se instaló un silencio hasta que ella fue quien lo rompió:
- ¿Te sigue doliendo lo de tu padre?
- Si, ¿a ti?
- Si. Pero ahora todo está más o menos yendo bien... y espero que siga así.
- Me alegro por ti ángel.
- ¿Algún día me llamarás por mi nombre?
- Ya sabes que eso no es posible.
Y volvieron a sonreír con un ligero rubor en las mejillas.

Al acabar las clases Gabriella iba caminando sola hacia casa, Minnie May y Jack se habían ido a jugar por ahí, al parecer se llevaban demasiado bien, y Cole se había ido con Diana y Anne al bosque a hablar de la fiesta de la tía de la morena. Mientras caminaba escuchó que alguien se acercaba a paso apresurado a ella y pudo observar unos instantes después que Charlie Sloane se posaba a su lado.
- Hola Charles.
- No me digas así.
- Te aguantas. ¿Me acompañas a casa?
- Claro.
Los dos adolescentes empezaron a caminar hacia la casa de la pelirroja mientras iban hablando animadamente de cualquier cosa. Hasta que el se puso serio jugando con la correa de su bolsa.
- En realidad quería pedirte un favor.
Ella iba caminando sobre un tronco para poder pasar por el río sin mojarse.
- Dispara.
El rizado lo soltó todo de golpe y rápido:
- ¿Podrías ser mi novia falsa?
- Espera, ¿ser tú que?
Exclamó la pecosa segundos antes de caerse al río.






el final re inesperado wacho ahre, ¿que pensáis? shippeo mazo a Minnie May y Jack ahre lo siento, ¡votar y comentar!

Ángel [Gilbert Blythe]Where stories live. Discover now