Cincuentaidos

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"No espero que sea fácil despedirme"








Después de pasar un rato hablando con Ramiro y que él no me recordara.

No lo culpo yo no me acordaría sino fuera porque me lo dijo Jos.

Suspiré pensando en él, revisé mi teléfono, ¿estaba mal que por primera vez quisiera escuchar su explicación? ¿O es que estaba siendo muy tonta? No sabía si buscarme una respuesta o temerle a esta.

Esté comenzó a vibrar en mi mano, conteste rápidamente esperando a que se tratara de Jos sin fijarme, mi corazón suplicaba por escuchar aquella explicación.

- ¿Emi? - Escuche el suspiro tembloroso de Daniel, mi ceño se frunció y mi corazón se oprimió como si supiera que era lo que se aproximaba.

- Dan, ¿que... que sucede? - Pregunté como pude, preparándome para lo que ya posiblemente sabía desde antes.

- Es, es mamá... Ella, ella está mal, muy mal... Se le adelantó el parto y... Tienes que venir - Respondió entrecortada mente.

Pase saliva fuertemente, cerré mis ojos con fuerza intentado sacar las fuerzas para responder.

- Pásame la dirección, voy hacia allá - Dije mientras me paraba rápidamente del sillón.

Después de que me la pasara corrí hacia las escaleras, el elevador tardaría bastante, y no tenía tiempo como para desperdiciarlo.

"-¿Sabias que la primer palabra que dijiste fue mamá?"

Fue como escuchar la voz de mi mamá a lado mío recordando ese día y la burla que le hacía a mi papá.

"- Hey princesa, ese tal Jos te trae vuelta loca, hasta siento que lo quieres más que a mi... - Escuche su queja mientras reía bajamente"

Mi corazón dolió, abrí la puerta sintiendo el frío en mis mejillas, corrí directa al hospital, no quedaba tan lejos desde donde estaba.

***

La respiración la tenía tan entrecortada que la señora que se encontraba en la entrada ni me entendió, no fue hasta que lo hice con más calma, me mando directa a la sala de espera sin darme buenas noticias.

Mi mamá se encontraba muy grave, podía perder la vida o a su bebé, claramente el bebé no era lo que me preocupaba.

- ¿Dan? - Pregunté bajamente buscándolo con la mirada hasta que se paró de la silla y me abrazo con fuerza.

- Tú lo sabías, siempre lo supiste, perdón, perdón yo... - Dijo entrecortada mente abrazándome cada vez con un poquito de más fuerza con cada segundo.

- Shhh... - Susurre comenzando a llorar con él.

En eso un doctor con sangre en la bata se nos acercó, exactamente no a nosotros si no más bien a Joaquín.

- Lamentó informarle que tiene que elegir...

- ¿Elegir que? - Me metí a la conversación colocándome a lado suyo.

La Ex Amiga De Rebeca » J.CDonde viven las historias. Descúbrelo ahora