La Ex Amiga De Rebeca » J.C

Cincuentaiocho

Por más que intentará comprender a Bryan no podía. No entendía el porque era así, suspiré dejando de arreglarme.

Mi conciencia me estaba carcomiendo, me sentía culpable y ni siquiera sabía porque, o bueno, tal vez si, Bryan se me había confesado y yo no le había dicho nada a Jos.

En los últimos días he estado bastante tensa, Bryan ya se había ido a su maldita luna de miel como si nada, odio que actúe como si no me hubiera dicho nada.

Ni siquiera se a quién podría contárselo para dejar de sentirme así, tenía cierto miedo, recordando lo que había pasado ya hace un tiempo, las cosas habían terminado bastante mal aquella estúpida vez, Jos y yo duramos casi cuatro meses separados.

Hoy era la boda de mi mejor amigo, y estaba realmente forzándome a mí misma de fingir que estaba bien y no que estaba apunto de colapsar con esas ganas de aventarme desde mi departamento.

Suspiré mientras volvía a lo que anteriormente había dejado de hacer, haciendo los últimos detalles.

Jos era parte de los padrinos de Alonso obviamente, mientras que yo era parte de las madrinas, Jos y yo seríamos quien les entregarían sus anillos.

Me encontraba en una de las habitaciones vacías del salón, ni siquiera me imaginaba cómo se encontraba Carla, quien por cierto, era una de las mejores madres que conocía.

Aunque me sorprendía el lugar que habían rentado para la boda parecía sacado de un cuento de hadas.

Perfectamente adornado y colorido con cada pequeño detalle bien pensado, ideal para tal pareja.

Jos me saco de mis pensamientos asomándose por la puerta.

- ¿Puedo entrar a ver a la chica más hermosa de esta fiesta? - Reí y asentí con la cabeza.

Me giré sobre mis pies sin quitar mi sonrisa, notando lo apuesto que se veía con aquel traje negro hecho a su medida.

- Pero que guapo está el día de hoy Mr. Canela - Dije mientras esté se acercaba y me rodeaba la cintura.

- ¿Acaso no se ha visto usted en un espejo mi bella doncella? - Preguntó levantando una ceja.

- Te amo - Dije más para mi misma que para él, tal vez convenciéndome, maldito Bryan, salte de mi cabeza.

- Si hablamos de amor, le puedo asegurar que yo, mucho, mucho, mucho, mucho, mucho por un millón y más Mrs. Garcia

- ¡Renunció! ¡Ya no me quiero casar! - Grito Alonso interrumpiendo nuestro momento.

Jos y yo nos vimos extrañados volteándonos a ver a nuestro amigo que se lanzó sobre la cama haciendo berrinche.

- ¿Por qué dices eso? - Pregunté sin comprender.

- No me dejan ver a Carla - Respondió haciendo un puchero.

- La veras en unas horas no seas chillón Villal - Comentó Jos riendo.

- ¡Mal amigo! - Grito ahogadamente sobre una almohada.

- A mí no me engañas, el pequeño Villal está aterrado - Canturreo acercándome a él.