-12©-

765 148 11
                                    

No quiero lectoras fantasmas en esta novela. Así que votad y comentad para demostrar amor. With all the loveGenevaxxx

La llamada de mi amiga Sharon me dejó inquieta.

Venía a pasar este fin de semana conmigo, ella y su hermano Víctor.

Y no temería de su visita si no fuese por el diablo que ahora anda bajo mi techo. O detrás de mi, mejor dicho.

Mientras recogía la casa, ya que solo faltaban unas horas para que vinieran, el cesto de la ropa sucia volcó toda la ropa en el suelo.

Miré con indignación la ropa en el suelo.

-¿Hay algo peor que esto? - susurré para mí misma.

Entonces, toda la ropa empezó a volar por los aires y sin querer una sonrisa se puso en mi boca.

-¡Ya, ya, entendido! -la ropa cayó y yo me giré para observar el final del pasillo.

Su cuerpo estaba medio asomado al igual que su cara. Su único ojo verde al descubierto me miraba con una hambruna increíble.

-No hagas ninguna tontería mientras estén aquí, ¿vale? -susurré. 

Entonces la comisura de su boca se elevó en una sonrisa perversa.

-¿Yo, tonterías, cuando?

Me sorprendí de mi misma riendo ante su voz y su tono en un intento de lucir inocente.

Cuando levanté la mirada, ya no estaba.

Suspiré y me apunté que debería de acostumbrarme a sus apariciones y sus desapariciones.

De pronto el teléfono fijo sonó y bajé las escaleras corriendo.

-¿Tessa? ¡Hola!

-Hola, Lorraine- recordé cómo se fue ligeramente incómoda la última vez que nos vimos- Oye, quería...

-No te disculpes, yo fui la tonta al no entender tu situación- sonreí y me puse a jugar con el cable del teléfono - Escucha, me duele un poco la rodilla y me preguntaba si podías ir a la farmacia y comprarme unos analgésicos.

-Cla-claro. ¿Cual es tu dirección?

Con la bolsa en la mano, me dirigí hacia la casa de Lorraine que para mi sorpresa no estaba tan lejos.

A dos manzanas, estaba una hermosa casa de ladrillos y con un montón de plantas.

Llamé a la puerta y esperé lo debido ya que si tenía la rodilla mal, debe de estar cojeando.

Cuando me abre, la sorpresa me la llevé yo al verla por primera vez sin la vestimenta de monja. Su pelo negro es precioso y sin una cana.

Llevaba una camisa de tirantes que resaltaba su piel morena y unos pantalones holgados.

Observé la venda alrededor de su rodilla y le di un beso cuando me invitó a entrar.

-¿Que te a pasado?

-Digamos que me creí fuerte para arreglar una gotera y acabé dándome contra el suelo por lista. - niego divertida y me siento en el sofá. - ¿Y tú como estas?

Me encogí de hombros, omitiendo los hechos.

-Bien. Lo mismo, abatida- me miró con una mirada que me pedía información y decidí ocultar lo relacionado con Stephen- Era verdad lo que dijiste el otro día. Ya no siento nada raro en casa.

-¡Eso es algo fabuloso! - dio una palmada - Traeré unos zumos para celebrarlo.

Se levantó y se dirigió a la cocina. Mi ceño se frunció al ver la figura de un hombre mirarla con desaprobación mientras se dirigía detrás de ella.

Me levanté con una mirada de sorpresa y él giro su cabeza en mi dirección.

Se llevó el dedo a los labios, indicándome silencio y asentí frunciendo mas el ceño.

De repente fijé mi mirada en una foto colgada de la pared y observé que el hombre de ésta era igual que el que tenia enfrente.

-¿Es tu marido? - le pregunté mirando la foto y ella, con una sonrisa cálida y melancólica asintió.

-Si me viese ahora, estaría despotricando al verme levantada en mi estado- ríe y yo la acompaño.

-Has dado en el clavo - susurro.

Tras tomarme un zumo y unos pasteles con ella, le informo sobre la muerte de mi vecina.

Esta se mostró tranquila y me dijo que todos tendríamos que irnos algún dia.

Me despido de ella al atardecer y me dirijo a mi casa.

Cuando incrusté la llave en la cerradura y abrí la puerta, mis alarmas se dispararon al escuchar risas.

Fruncí el ceño cerrando la puerta al escuchar la voz de Sharon.

-¿Sharon?

¿Cómo mierda habrán entrado...?

Mi alma entonces cayó, literalmente, al ver la imagen que tenía delante de mi.

Sharon, y Víctor, riendo. Junto a un Stephen sentado.


Todos se giraron a verme y Víctor me saludó levantando una mano.

Sharon se levantó y me dió un beso.

-¿Cómo no me dijiste que tu primo de España había venido a pasar unos meses contigo? - me reprochó mirándome.

Miro a Stephen.

¿España? ¿Primo? ¿Qué?

Mi cuerpo empezó a temblar cuando éste se levantó y caminó hacia mí lentamente.

-Hola, prima - se agachó para darme un beso largo en la mejilla y dirigió sus labios a mi oído- Disimula si no quieres que acabe con ellos en un parpadeo.

Se apartó sonriendo y se sentó lentamente.

Me miraron todos, mientras yo parpadeaba y temblabs.

-Sharon, ¿me acompañas a hacer la cena? - logré  hablar y ella,  tras dar una palmada y dejar a su hermano con Stephen, me pasó de largo.

-Claro, voy a ver qué tienes en la nevera.

Observé cautelosa a Víctor que miraba divertido a Stephen.

-Victor... - me miró - ¿Que te parece salir a jugar fuera?

-Deja al niño, Tess.

Mi mirada se dirigió al diablo que estaba sentado en mi salón.

Tragué saliva al ver su mirada, advirtiéndome de hacer un paso en falso para cumplir su promesa.

Asiento y me dirijo a la cocina.

-Que calladito te tenias que tenias a un primo modelo de bañadores, ¿eh, jodía? - me dio un codazo y yo forcé una sonrisa - Oye, ¿se puede saber que te pasa a ti hoy?

Mi mirada voló por encima de mi hombro para clavarse en Stephen.

Estaba mirándome con una expresión de demencia y de maldad que me provocó nauseas.

Carraspeé y devolví la mirada a mi amiga preocupada.

-La vecina de al lado a muerto- ella me observa asombrada- Supongo que eso me deja un poco descolocada.

-Que la jodan, si incluso nos miraba mal.

Suspiré y asentí mientras observaba la encimera y el cuchillo de encima de esta.

Iba a prepararle la cena a un diablo.

Bravo, Tessa.

Tu independización va viento en popa.

DIABLO✓Where stories live. Discover now