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Capítulo dedicado a @INGRID25050. Seguid votando y comentando para y dedicando.

Todo el camino permanecemos en silencio.

Observé por el espejo retrovisor, cómo la hermana de Stephen se mordía las uñas, nerviosa.

No dije nada, ya que le dí tiempo para poner sus pensamientos en orden. Le pedí a Lorraine que nos dejase en una cafetería solitaria de Forcks, donde sabía que no venía mucha gente.

Antes de irse con su coche, me dió una mirada que prometía una charla seria.

Le dí un beso en la frente y me fui a paso rápido tras Sally. Al entrar, la chica aburrida de detrás del mostrador levantoe la vista de su libro para mirarnos.

-Dos cafés, por favor.

Asintió ante mi orden y yo me senté en frente de Sally, en la mesa más lejana a la entrada.

Ella dejó la mochila a su lado y jugoe con sus dedos en su regazo. Esperamos a que la camarera trajera nuestros cafés.

Tuve tiempo de repasarla de arriba a abajo. Era hermosa, como su hermano.

La piel era un poco más morena, pero Stephen estaba muerto, así que...

Sus ojos eran idénticos, y sus labios eran igual de gordos y rosados aunque los de su hermano estaban morados.

Su pelo era exactamente del mismo color. Eran prácticamente iguales. Sólo les diferenciaba el género.

Una vez que la taza de café estuvo caliente entre mis dedos, empecé con la conversación.

-¿Echas de menos a tu hermano?

Ella levantó la mirada de su taza para mirarme con una mirada de angustia y de tristeza que hizo que mis ojos se empañaran.

Asintió, bajando la cabeza.

-Me ayudaba siempre, tapaba mis problemas en casa. Si rompía algo era él el culpable. Si desaparecían las chuches, él se las había comido- rió emotiva y yo sonreí.

La miré y abaniqué mi rostro para evitar que las lágrimas calleran.

-Sally, quiero que me cuentes cómo era Stephen exactamente.

Me miró seria unos segundos antes de dar un sorvo a su café y asentir lentamente.

Carraspeó.

-Era silencioso, pero conocido en todo el pueblo. Siempre sacaba buenas notas en clase, no tenia muchos amigos debido a eso, a que era el chico bueno del pueblo- fruncí el ceño- Ayudaba a todos, todos sabían que podían contar con Stephen para todo.

Sonreí.

Era imposible... Imposible que él fuese el asesino de todas esas jóvenes.

-Hasta que empezó el rumor de que habían varias muertes de jóvenes vírgenes en el pueblo- tragó en seco y apartó la mirada- El asesino las desvirgaba y las mataba con su... Ferocidad. Acto seguido las arrojaba al campo como si fuesen mierda.

Dejé de sentir el calor en mis dedos..

-De pronto, así, un día, se presentó el alcalde del pueblo en nuestra casa con patrullas. Mis hermanos estaban en el instituto, y yo estaba enferma ese día.- su labio inferior comenzó a temblar- Registraron la casa de arriba a abajo. Empujaron a mi madre que no pudo detenerlos y mi padre estaba trabajando. Fueron a la habitación de Stephen... Y salieron de ella con... - tuvo una arcada y yo la cogí de las manos- Había ropa interior de hombre y de chica llena de sangre, Tessa- dijo con un hilo de voz- yo era pequeña, no entendía nada. Solo observé a mi madre caer de rodillas, sollozando.

>>Entonces todos salieron, dejando nuestra casa inundada por los sollozos de dolor de mi madre. Pero todo cambió al anochecer. Mi madre parecía haber perdido su alma, ya que sólo se movía como si fuese un robot. Todos estábamos sentados en la mesa, cenando, cuando azotaron la puerta de la entrada. Eran golpes horrendos, se escuchaban gritos, sollozos, insultos... Mi padre nos echó hacia atrás, al observar que por la ventana estaba prácticamente todo el pueblo, con antorchas, lanzas y palos con fuego... Sin embargo, mi madre no se detuvo. Fue hacia la puerta y la abrió. Simplemente la abrió. Dejó al infierno en libertad. Todo sucedió a cámara lenta. Entró el alcalde con varios muchachos fuertes. Cogieron a Stephen, mientras éste gritaba por libertad y clemencia. Lo arrastraron al jardín de nuestra casa. Mi padre empujaba a la gente, sin entender nada y mi hermano solo lloraba.

>>Salí justamente para encontrarme con la imagen que ha estado estos años atormentándome en sueños. Stephen colgado en una cruz. Le habían atado de muñecas y tobillos en una cruz. Como a Jesús... Entonces el alcalde avanzó y con un martillo, incrustó cincuenta tornillos en su cuerpo. Cincuenta tornillos por cada víctima. Cincuenta tornillos a lo largo de su cuerpo. Hasta que murió desangrado.

>>Recuerdo los sollozos de mis padre junto al cuerpo de mi hermano Stephen. Estuvo horas hablando con su cuerpo colgado en aquella cruz. Mi madre sólo estaba sentada en aquella habitación, observando todo desde la ventana, sin lágrima alguna ni lástima. Yo solo me quedé allí, sentada en el jardín, hasta que mi padre llamó a unos amigos suyos de la ciudad para que le ayudasen a quitar el cuerpo de Stephen de allí. Nos negaron enterrarlo en el cementerio del pueblo ya que nos aborrecían a todos. Le llamaron el diablo por sus actos y sobre todo, por negarlos. Así que le enteramos en las profundidades del bosque. Me perdía días encontrando su lápida, y cuando lo hacía, no paraba de llorar. Mamá nunca fue a visitarle. Y mi padre acabó muriendo al poco tiempo. La culpa y el dolor pudieron con el. Tuvimos que irnos de Forcks porque hasta el tipo que nos alquilaba la casa, nos quiso echar. Así que nos fuimos de allí para comenzar una nueva vida. Y todo iba más o menos normal, hasta que apareciste.

Cuando levantó la mirada, su sorpresa fue obvia al encontrarse con mi cara inundaba de lágrimas, mis labios apretados, mi mirada llena de odio y de dolor, y mi respiración jadeante.

No podía ser cierto lo que salía de su boca. Dios mio... Crucificaron a alguien. Era mil veces mejor verlo pudrirse en la cárcel que hacerle lo que el pueblo le hizo.

Entonces la cara de Lorraine apareció en mi mente.

-¿Estás segura de que todo el pueblo estuvo allí aquella noche? - asintió ante mi pregunta.

-Me dijeron que el alcalde se ocupó de coger a cada residente de Forcks para llevarlo a contemplar su espectáculo- las lágrimas descienden en silencio por sus ojos.

Miré la mesa, pensativa.

No, Lorraine no pudo haberme mentido. Incluso ella me confesó que solo lleva de monja unos años, que antes vivía con su marido...

Debe de haber una explicación.

-Tessa- levanto la mirada hacia la joven, que me miraba con los ojos abiertos, como si hubiese visto a un fantasma- Y-yo conocía a mi hermano. Se que era... Me juego mi cuello, ya que por lo que vi aquella noche, por la confusión en la mirada de Stephen ante los nombres que el alcalde iba diciendo mientras le incrusta aquellos tornillos, como si de verdad nunca hubiese oído hablar de aquellas chicas... Sé que era inocente.

Asiento lentamente, sin despegar mi mirada de la suya.

Entonces mi mente viaja al diablo que tengo metido en casa. Y a las consecuencias que habrá si le llevo a su hermana.

Pero entonces la vuelvo a mirar y veo el dolor y la desesperación en sus ojos.

-Sally, tengo algo que contarte.

DIABLO✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora