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Capítulo dedicado a @keidiPuerta. Seguid votando y comentando para seguir dedicando y publicando.

Maratón 3/3

Imposible.

No podría lograrlo.

Faltaban cuatro días para la luna de sangre. La luna roja, y yo apenas hacía avanzado en algo.

Contacté con la bruja ésta mañana de nuevo para preguntarle lo que debo de hacer en la luna roja.

Según ella, debo formar en el jardín donde Stephen fue asesinado, un círculo. Ese círculo debe de estar hecho en el suelo con mi sangre.

Y dentro de ese círculo, debo meter al culpable. Debo de poner una cruz y colgarle al igual que pasó con Stephen.

Acto seguido debo incrustar tantos tornillos como víctimas hubo. Y el último tornillo debe de ser incrustado justo a media noche, cuando las nubes dejen la luz roja de la luna abalanzarse sobre la tierra.

Y por cierto, todo el pueblo tiene que estar allí presenciando el acto.

No podía ser más fácil, ¿a qué sí? Suspirando, cogí el móvil y salí al jardín, para llamar a Farida de nuevo.

Debe de estar harta de mi y no me contesta cuando la llamo por tercera vez. Dejo el móvil a un lado del césped claro y miro el cielo del amanecer.

Por culpa de todo esto no puedo dormir. Stephen está dentro y debe de estar durmiendo. Ayer no hablamos mucho.

Yo me encerré en mi cuarto y le pedí que no entrase. Navegué en la Red durante horas sin encontrar absolutamente nada.

Un ruido de neumáticos aparta mi mirada del cielo y frunzo el ceño al darme cuenta de que sea quien sea el de los neumáticos a parado delante de mi casa.

Me levanto y rodeo la casa extrañada, y no puedo evitar abrir la boca de la sorpresa al ver a quién tengo delante.

-¿Farida?

La vieja cierra como puede la puerta de la caravana, aparcada de cualquier manera en el bordillo y camina hacia mí con el bastón.

-Creo que no podrás pasar por esto sola, cielo.

Una sonrisa se posa en mis labios y la agarro de un brazo para ayudarle a avanzar hacia la casa.

A mitad de camino me paro y la miro extrañada.

-Por cierto, ¿cómo has sabido dónde vivo?

Me mira con una expresión de: más tonta y no nace.

-Cielo, soy bruja.





Observo en silencio cómo desayuna las tostadas con miel y se bebe lentamente el café.

-Come. No te servirá de nada morirte de hambre.

Niego.

-No tengo apetito para nada... Para nada-miro perdida la mesa.

Escucho cómo tose y levanto la mirada.

-¿Donde está?

No hay que ser muy lista para saber a quién se refiere.

-¿Puedes adivinar mi dirección y mi nombre, y no puedes adivinar donde está él? - me fulmina con la mirada y levanto las manos en señal de paz, con una sonrisa- Está durmiendo en el sótano.

Eleva una ceja.

-Era su antiguo cuarto.

Me mira con los ojos fruncidos y yo creo que puede ver hasta en los más hondo de mí.

Doy un salto cuando su mano viaja a mi cuello y me estremece al tocarme con sus dedos fríos.

-Insensata... ¿Sabes el peligro al que te has sometido? - gruñe en voz baja, mirándome como si estuviese loca. Me sonrojo- Muchos diablos lo único que quieren es llevarse el cuerpo de una al infierno una vez que lo han profanado... ¿Donde tenías la maldita cabeza Tessa?

Me paso las manos por la cara.

-Solo a sido una vez. Tampoco es para tanto- era peor y lo sabía por su mirada.

Ella menea la cabeza y parece ser que decide cambiar de tema.

-Dile que soy tu abuela y que he venido aquí a pasar un tiempo contigo- susurra y asiento- Ahora escúchame atentamente... - se inclina y la imito- He descubierto que puedes entrar en sus sueños. El sueño que esté teniendo, puede ser compartido con el tuyo, tan sólo tienes que llevar esto encima...

Observo con el ceño fruncido cómo me tiende un collar de hilo con una piedra azul pequeña.

Me lo pongo, confiando en ella.

-Ahora baja y acuéstate junto a él. En teoría, entrarás en su sueño, ya que según un gran amigo, los diablos sueñan con sucesos que pasaron en su vida pasada. Tal vez pueda tener alguna pista que nos ayude a llegar hasta el culpable.

Asiento con la piedra en la mano y me levanto suspirando.

Antes de atravesar la puerta, me giro hacia ella y le sonrio.

-No me agradezcas- me lee la mente sorprendiéndome una vez más- Hago esto porque se que eres buena persona, tu aura me lo dice, y si tu instinto no falla, yo también creo que ese diablo es inocente.

Frunzo el ceño y me apoyo contra la puerta.

-¿Porqué?

-Porque no he sentido la verdadera maldad de un diablo al entrar a esta casa, Tessa- me estremeció- Aquí lo único malo que puede haber, son vuestros  pensamientos impuros hacia el otro.

Me sonrojo y observo cómo sonríe, divertida.

Le digo que se sienta como en casa y camino hacia el sótano. La piedra brilla un poco en la oscuridad y mientras bajo las escaleras, intento pensar en alguna mentira.

Al llegar, aunque todo estaba oscuro, yo podía vislumbrar su silueta tumbada en la cama.

Caminé lentamente hacia él y subí lentamente a la cama. Quedé tumbada de frente a él y observé cada hermosa facción de su cara.

Era hermoso.

Era jodidamente hermoso, y por un segundo, pude sentir que era real. Que estaba vivo... Aunque para mí siempre lo ha estado.

Llevo mi mano hacia su cara delineando su perfecta piel con mi dedo.

No es tan blanca como antes, pero sigue habiendo un poco de palidez. Antes estaba orgullosa y feliz de que hiciese estos cambios.

Ya que lo hacían ver más humano.

Pero ahora que sé las consecuencias de todo aquello, me estremezco.

Inspiro hondo y poso mis labios sobre su frente.

Se mueve y casi entro en pánico. Pero solo sigue durmiendo, solo que su manos viaja a mi cintura y me atrae hacia él inconscientemente.

Mis ojos escuecen y le hecho un brazo sobre sus hombros. Apoyo su frente sobre la mía.

Y me dejo caer en sus sueños.

DIABLO✓Where stories live. Discover now