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-¡Que chuchas hice Lola!.-grité tirando de mis cabellos.

-Cálmate boluda,vas a afectar al nene con la mala energía.-¿mencioné que mi amiga ahora hacía yoga y estaba con toda esa mierda espiritual?

-¿Queŕes un sanguche?.-estiró el plato Duki. Había pasado un día desde que se habían reconciliado y ya parecían una pareja de viejos que llevaban veinte años casados.

-¡¿A caso crees que un sanguche me va a solucionar la vida?!.-exclamé molesta sacándoselo y comenzando a comer todo.- ¡Que estrés!.-dije cuando dejé el plato vacío y se lo tiré por la cabeza al chico.

-Vení y contanos tus problemas.-Mauro dió unas palmaditas a su lado invitándome a sentarme.

-Miren,me chapé a Tomás,a Alejo y me cojí a Khea,además de gritarle a Ecko y muy probablemente hacerlo sentir mal.-expliqué. Duki comenzó a aplaudir.

-Muy normal todo.-comentó sarcástico,rodé los ojos.

-A ver.-habló Lola.- El pelotudo ese te vió cara de boluda,te hizo creer que eras alguien especial aunque no te lo dijera directamente y para rematar subió una historia comiéndose a otra mina y no la borró, hacé lo que quieras,no le debés nada.

-Pero le di mi virtud a un cualquiera,yo quería hacerlo con alguien especial, y todo por una borrachera.

-Ay dios,odio cuando las minas empiezan con esa pelotudes, no existe eso de la virginidad o virtud o como lo llames, ¿vos ves a los perros o a los patos haciendo rituales satánicos o esperando a alguien especial? Al fin y al cabo nosotros también somos animales, la cosa es que te traten bien y te sientas cómoda.-finalizó el discurso el trapero.

Duki 1- Mi inseguridad 0

-Buen punto.-respondí.

-Si boluda, dejá de sentirte culpable, a parte ahora ya está.-apoyó Lola.

-¿Y Ecko? Creo que tengo que pedirle perdón...-murmuré.

-Tengo la sensación de que tenés más orgullo y sos más feminista cuando estás pasada de alcohol.-hizo un gesto raro con la mano el chico.

-¿Por?.

-¡¿Cómo que por?!.-exclamó Lola desesperada,respiró profundamente un par de veces y continúo:

-No se lo merece,que te llame él,que te busque él,no podés rebajarte por alguien que no te valora,¿ta? Dejémoslo por acá que tengo que meditar.

Luego de eso me despedí y me fui para mi casa.

Sabía bien que Ecko no me iba a llamar,su arrogancia no se lo permitiría,pero tal vez si Ignacio,si el niño inseguro que tanto ocultaba en su interior, se hacía presente podría recibir alguna llamada. Aunque tal vez si estaba actuando como tonta, Lola tenía la razón, el no me había valorado y había jodido las cosas sin importarle como me sentiría.

De todas formas activé las notificaciones en mi celular. Paré en un kiosco a comprarme un sanguche ya que Duki me había pegado su manía de comer cada diez minutos y me coloqué en la fila a esperar que me cobraran.

Recibí una llamada y saqué el celular rápidamente sin siquiera fijarme quién era.

-¡Ignacio!.-exclamé emocionada,casi doy un saltito en mi lugar pero me contuve. Luego me quise golpear por haberme dicho a mi misma que no tenía que ilusionarme y hacer todo lo contrario, estaba jodida, yo y mi estúpido corazón.

-No, soy yo, Mauro, Lola me dijo que te llamara para avisarte que mañana a la noche hay joda acá,en la mansión y que estás obligada a venir.

-¡Andate a la concha de tu vieja!.-respondí enojada y corté.

Dos minutos después sonó de nuevo el teléfono y contesté igual de emocionada que en la primera llamada pero la decepción que me llevé cuando escuché la voz de mi padre exigiendo saber mi ubicación me amargó nuevamente.

Llegó mi turno de pagar y tras entregar el dinero me encaminé a alguna plaza cerca para sentarme tranquilamente y poder comer de una vez por todas.

Estaba por dar el primer mordisco cuando, otra vez, sonó el celular.

-¡La concha del mono pelado!.-grité a través del micrófono.

-Camila...-murmuró una voz del otro lado. Se me paró la pija y eso que ni tengo.

-¿Ignacio?.-pregunté sin poder creerlo.

-Necesito hablar contigo urgente, ¿dónde estás?

-En una plaza clavandome unos sanguchitos.-respondí indiferente luego de recordar que era el pibe que no me había valorado. Claro, ahora te acordas. Salame.

-Pasame la ubicación por whatsapp.- Y sin decir más,colgó.

-¡Atrevido!.-grité al cielo con un puño alzado. Una abuelita me miró raro del otro lado de la plaza.

-¡¿Qué mira señora?!.-exclamé molesta, ella hizo una señal de ''Nada'' y continúe comiendo tranquilamente mentalizando que no tenía que ponerme nerviosa en el momento que observara su pálida cara bajar del auto en el que muy probablemente vendría. Que estrés ¿Que querrá decirme? ¿Para qué me habrá llamado?, espero que no sea para pedirme que le devuelva aquel buzo Gucci que le robé porque eso no va a pasar.


Arrogant [Ecko]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora