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Ecko

Cuando golpeé esa puerta solo pude pensar una cosa: ¿Ahora qué mierda hago con mi vida?.

Nunca creí que sobreviviría a una separación con Camila porque era mi único pilar. Esa tarde llamé a Duki,desesperado, y me dijo que ella no era así, que nunca me engañaría.

Obviamente él no había visto lo que yo.

El celular estaba apagado y hace cuatro días lo único que hacía era estar en fiestas de gente que ni siquiera conocía y drogarme.

Dormir no era una opción, cada vez que cerraba los ojos la veía allí, diciéndome que lo que estaba haciendo no era correcto.

Mi cerebro no era capaz de comprender como después de semejante puñalada que me había encajado mi corazón la seguía queriendo.

-Ecko,bebé.-escuché a mi lado, algo suave me rodeaba, ¿qué había hecho ahora? No recordaba nada del día de ayer.

-¿Camila?.-fue mi respuesta por defecto.

-¿Quién es Camila?.-preguntó la voz aguda, se la notaba enojada. Segundos después escuché un portazo.

Me iba a levantar pero solo podía pensar ¿Por qué? ¿Para qué? Si ya no hay un propósito, ni unos ojos marrones esperando por mirarme.

Rodé en la cama de dos plazas y me estiré lo más que pude, mi alrededor seguía distorsionado.

Tenés que ser fuerte, si vos no te salvás nadie lo va a hacer.

No necesitás a nadie,adentro tuyo está todo lo que precisás para ser feliz.

Sos fuerte.

Sos fuerte.

-¡Basta!.-grité desesperado enderezándome en la cama y sentándome.- ¡No puedo seguir así!.

Su voz estaba por todos lados, su cuerpo en donde mirara, cerré los ojos deseando que se fuera pero mi subconsciente seguía repitiéndome una y otra vez como una grabadora rota sus palabras.

-¡Cállate! ¡Cállate por favor!.- dijera lo que dijera, estaba en mi cerebro, no lo podia frenar.

Solo se silenciaría si me matara pero eso no era una opción, ¿o si?.

¡Por supuesto que no! Tenes fans, una familia, no podés si quiera pensar en eso, nunca.

Su voz por todas partes, ella tenía razón, sin estar conmigo tenía razón.

¿A caso estaba quedando loco? ¿Qué es lo que me pasaba? Cada cosa que pensaba ella respondía como si fuese mi conciencia.

¿Eso es científicamente posible?

Seguramente era la droga que consumí, no había explicación.

Mi cuerpo se alarmó cuando alguien pateó la puerta salvajemente y golpeó mi cara.

Era lento, muy lento en este estado, y mis reacciones no llegaban hasta un par de segundos después.

-¡¿Quién sos?! ¡¿Qué mierda te pasa?!.-alcancé a gritar a la mancha en tonalidades marrones que se paraba frente a mí. Caí de rodillas desesperado, ahora alucinaba con su olor, juro que podía sentir su olor.

Otra mancha se posicionó a su lado, ¿venían a pegarme?.

-¡Qué mierda te dije sobre consumir drogas Ignacio Spallatti!.-¿esa.. esa era la voz que me había torturado durante cuatro días?

-Al fin lo encontramos wacha.-suspiró tranquila una voz mucho más grave, se la notaba cansada.

-Vamos a casa, ahora.-ordenó la chica.

Ella se agachó a agarrarme y me alejé como si su mano fuese a quemarme.

-¡Andate de acá! ¡Traidora!.-escupí con toda la bronca del mundo, ¿por qué hacía esto si la necesitaba para seguir? ¿por qué una parte de mi seguía empeñada en alejarla?.

-Dejate de joder Ignacio, el calzón era de mi viejo, mi madre lo había guardado ahí sin querer, ¡¿Cómo se te ocurre desaparecerte así?! ¡Más te vale que hayas usado forro con las minas con las que te metiste la concha de tu madre!.- No lo podía creer, ¿todo esto había sido por nada? Me había sentido tan mal por nada.

Eso no era posible.

¿Una equivocación de su madre? ¡Por supuesto! No sería capas de engañarme, si era pura luz, me estaba cegando su brillo, se nota que mi sistema está plagado de sustancias.

¿Había escuchado bien o no estaba enojada con el hecho de que me hubiese acostado con otras chicas?

Como fui tan tonto para no escucharla-

¡Estúpido!

¡Tonto!

Tropecé torpemente con mis pies y me abracé a sus piernas llorando.

¡Siempre cometiendo errores por mi idiotez!

-No me dejes por favor,te amo.-susurré sin abrir mis ojos. Ella levantó mi cara y como si fuese un ángel o algún hada mágica sonrió, y te juro que lo ví todo claro. Y no, seguía medio drogado sin poder discernir completamente sus facciones, pero entendí que mis inseguridades lo estaban jodiendo todo y que tenía que buscar la forma de mejorar antes de que fuese peor.

Arrogant [Ecko]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora