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-Y entonces... ¡BUH!.-exclamó Mauro apagando la luz de la linterna.

-¡AHHHHHHHH!.-gritaron sus amigos abrazándose entre si, el chico solo pudo reír, ¿cómo un montón de adultos podían asustarse de una historia de terror contada por él?.

-JAJAJAJAJA.-rió Camila mientras les sacaba fotos para chantajearlos más tarde.

-Ah bueno Neito, mucho trap,muchas armas, muchas balaceras pero acá estás, asustadito pegado a Tomás.-se burló Mauro observando a sus amigos luego de prender la linterna.

-Yo me voy a dormir.-bostezó Lola, luego se metió a la carpa junto a la cuna improvisada de su hijo.

-Nos vimos gente.-anunció Mauro y se fue detrás de ella. Camila observó como Sebastián y Alejo entraban a la carpa más grande y observó a su novio, que la miraba fijamente.

-Deberíamos besarnos para romper la tensión.-habló. Y eso hicieron. Estaban en pleno baboseo cuando escucharon como a unos metros una rama se rompía, la chica se separó abruptamente.

-¿Escuchaste eso?.-susurró.

-Si.-respondió Ignacio de la misma forma. Luego agarró un palo que encontró tirado al costado de la fogata,junto a la leña y se paró, cubriendo a Camila con su cuerpo. Otro ruido se escuchó pero del otro lado de su pequeño campamento, entonces el chico prendió la linterna de su celular y vio una figura humana vestida de negro de pies a cabeza, con mucha facha para ser un ladrón o una persona real. De todas formas no se acobardó y se abalanzó sobre el intruso, golpeándolo con el palo. El señor soltó un quejido.

-¡Mamáaaa se metió otro pejelagartooo!.-gritó Camila tirándose a la carpa más cercana para esconderse.

El hombre misterioso corría en círculos mientras era perseguido por Ignacio, pronunciaba leves quejidos y hablaba en un extraño idioma, de tanto correr tiraron las ollas provocando un gran estruendo que despertó a los demás al tiempo que Ignacio se tiraba hacia adelante épicamente y sostenía su tobillo, haciéndole caer al monstruo.

-¿Qué mierda?.-preguntó Alejo con cara de dormido.- ¿Por qué golpean a Tomás? Es bastante salame a veces pero tampoco pa' darle con un palo you know.

-¿Tomás?.-preguntó Camila aturdida, la experiencia que acababa de vivir era aterradora, entonces dieron vuelta el cuerpo y ahí estaba el pobre chico sosteniéndose el estómago con un porro apagado entre los labios.

-¿Qué es este alboroto? ¡No dejan dormir al prójimo!.-chilló Mauro intentando levantarse en el suelo.

-¡No! ¡Tomi! ¡No mueras! ¡Lo siento!.-Ignacio se arrodilló exageradamente y comenzó a golpear el suelo con su puño.

-¿Alguien tiene fuego?.-preguntó el cuerpo del chico adolorido extendiendo el porro.

-¿Qué mierda hacías afuera a esta hora, idiota?.-habló Camila cruzada de brazos, no era seguro irse por ahí, podrían perderse.

-Escuché que se iban a besar para romper la tensión vos y tu novio el calenturiento así que moví mi culo muy amablemente para darles privacidad.-rodó los ojos.

-Tremendo señores.-comentó Sebastián, que había observado la escena en silencio.

-Bueno gente, todos a dormir.-habló Mauro.- Ale, Neito, arrastren a Tomás hasta la carpa, está re en una, o déjenlo ahí si quieren, da igual.-los chicos levantaron sus hombros y se fueron a dormir.

-Todo este quilombo porque queríamos besarnos, realmente nunca vamos a ser normales.-comentó Camila estirándose ya dentro de la carpa.

-Ser normal es aburrido, me quedo con nuestra locura.-respondió Ignacio girando para abrazarla. La castaña sonrió y dejó que su cuerpo se relajara hasta dormirse.

Arrogant [Ecko]Where stories live. Discover now