Love is Deaf [Meanie•Español]

El extraño con ojos de gato

La lluvia silenciosa golpeaba las frías mejillas de Wonwoo mientras se quedaba congelado en su lugar, sin poder moverse. Estaba en una de esas situaciones de pánico en el que estás tan aturdido y sorprendido que tu cuerpo no sabe hacer más que tensarse y paralizarse.

Podía sentir los carros pasar rápidamente en la calle a su lado salpicando agua. Por el rabillo de sus ojos veía luces multicolores que, de manera cegadora, brillaban a través de la oscura lluvia. El agua de invierno que caía del cielo se deslizaba desde su frente hasta el final de su nariz, pegando los empapados mechones marrones a su piel en el proceso.

Todo cuanto rodeaba a Wonwoo era típicamente familiar: los transeúntes que caminaban con cabezas gachas y paraguas, el tedioso semáforo que parecía tomar una eternidad para cambiar de rojo a verde y claro, el solitario silencio que atrapaba a Wonwoo en su propia mente dejándolo solo con la vista de los taxis retumbando y personas hablando, sin sonido.

Un joven hombre, alto, se paró a pocos pasos de distancia de Wonwoo con su brazo extendido. Sus rasgos eran suavemente definidos. Con ojos filosos pero amables llegando a puntos agudos en cualquier borde dándole apariencia de gato, una nariz en perfecta proporción con su rostro que lentamente se curvaba hacia abajo y orejas que apuntaban arriba como si pertenecieran a un vampiro, el hombre parecía un maldito modelo. Sus cejas y su flequillo negro que llegaban hasta sus ojos y cubrían casi toda su frente rozaban lo perfecto, así como su piel dorada rica en melanina que le robaba momentáneamente el aliento a Wonwoo.

En su mano sostenía una billetera de cuero que pertenecía al bolsillo trasero de los jeans de Wonwoo. El joven hombre tenía una expresión preocupada, aunque confundida en su rostro. Hacía gestos a Wonwoo para que tomara su billetera colocandola más cerca de su rostro, aun así, Wonwoo seguía paralizado.

Solo segundos antes, Wonwoo había estado empujando las multitudes sin vida de las calles de la ciudad de regreso a casa desde el supermercado después de tener una discusión unilateral con una máquina de auto pago y eventualmente, dejando sus compras atrás. El estaba absorto en su propio mundo silencioso mientras caminaba.

Wonwoo era sordo. Una infección interna en el oído que desarrolló a la de edad de seis lo dejó en un incurable caso de sordera o "Pérdida de audición neurosensorial", como el doctor le había explicado a su madre ya que él era muy pequeño para entender por qué ya no podría oír las caricaturas en la TV o la reconfortante voz de su mamá. 15 años han pasado y Wonwoo no ha escuchado ni el más leve de los sonidos. Como si un par de manos invisibles estuvieran constantemente cubriendo sus oídos, se sentía atrapado y refrenado sin su audición. Aunque había veces en el que podía ser bastante útil y pacífico el ser sordo, Wonwoo deseaba más que nada ser normal otra vez.

Mientras viajaba a través del colorido mar de paraguas bajo un cielo gris, Wonwoo no se dio cuenta de que su cartera se había caído de sus pantalones directo a un charco sucio en la acera. Y claro, no escuchó el sutil chapoteo del agua cuando la negra cartera de cuero cayó al suelo o a la amable anciana que amablemente lo llamaba mientras se alejaba. Ni el sonido de los pasos de un alto joven hombre corriendo tras de él. De cualquier manera, hubo una cosa que Wonwoo escuchó y después de 15 años de un molesto silencio e involuntaria ignorancia, dos oraciones cambiaron completamente su vida.

"Disculpe, Señor. Se le cayó esto". Una voz baja y ronca de un extraño hicieron eco en los oídos de Wonwoo haciéndolo saltar bruscamente.

"¿Señor?" El extraño con ojos de gato tenía un aura de preocupación. Otra vez la voz sonó en el cráneo de Wonwoo enviando olas de shock y ansiedad a través de su pecho, la lluvia seguía y el murmullo de la multitud también. El contraste era aterrador.