Parte 14

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[Ethan]

Sus ojos están llenos de lágrimas cuando entro en la habitación. Apenas puedo mirarla, y mucho menos decirle lo que hay que decir.

―¿Es tu mamá? ―me pregunta inocentemente. Y, por supuesto, me doy cuenta de que probablemente piense que algo le ha sucedido a mi madre, ya que acabo de llegar de su cirugía.

Me detengo en la puerta, incapaz de permitirme acercarme a ella.

―No, no lo es. Ella estará bien. Al menos por ahora. La cirugía salió bien.

―Oh, pensé que quizás algo podría haber pasado. ―Se endereza, tapando sus ojos con la esquina de la manga, pareciendo esperanzada. Por un segundo, me dejo mirar fijamente sus ojos, deseando poder mantener a Sophie a mi lado. Podría usarla para que me saque de toda esta mierda, pero no puedo. Esto es algo que debo hacer por mi cuenta. Tiemblo ante la idea de lastimar a la mujer que amo.

Ella se levanta lentamente antes de dar pequeños pasos hacia mí.

Doy un paso atrás, mirando hacia el suelo.
No mires sus ojos, sigo repitiendo este mantra para mí hasta que las puntas de los dedos de sus pies rozan los míos.
Doy otro paso atrás, pero ella se mueve conmigo. Lo sé porque estoy mirando mis Adidas y así evito la mirada de esos ojos verdes tristes, pero veo sus zapatos tocar los míos de nuevo.
Sus ojos se llenarán de confusión cuando finalmente me deje mirarla. Sus manos se extienden hacia adelante, ligeramente aferrándose a mis muñecas.
―¿Qué pasa? ¿Por qué golpeaste a Peter? ¿Qué estabas diciendo a Peter acerca de su padre?

―Pete no es alguien de quien quiera hablar en este momento ―le respondo en voz baja, mientras quito los ojos de encima.

―Bueno, lo que sea que hizo, estoy segura de que no puede ser tan malo. Él te ama.

Yo gruño, sacudiendo la cabeza y recordándome a mí mismo mantener la cabeza hacia abajo, pero Sophie se levanta sobre sus puntillas para ver mejor mis ojos.

Ella susurra suavemente:―¿Soy yo?

Mi boca no quiere cooperar, así que niego, incapaz de pronunciar las palabras.

Sus brazos rodean mi cintura, entonces coloca la cabeza en mi pecho. Agacho mi cabeza, dejando a mi mejilla descansar en la parte superior de su cabeza. Por un momento, me dejo disfrutar del abrazo; la sensación de seguridad familiar y el olor que es únicamente Sophie. Lo necesito.

Rompiendo el silencio, un segundo después, dice: ―Te amo. Sea lo que sea, va a estar bien.

Suavemente, me alejo de sus brazos caminando a la cama. La misma cama en la que las sábanas todavía están arrugadas al final por mi lanzada de la noche anterior con ella a mi lado, preocupándome acerca de la cirugía de mi madre. Se había quedado conmigo, hablando de una completa tontería para tratar de distraerme, y por un par de veces, sus distracciones funcionaron. Soy un idiota como para hacerle esto.

―Ven aquí, Sophie. ―Acaricio el lugar a mi lado en la cama.

Vacilante, se acerca, pero cae de rodillas frente a mí. Su cuerpo se adapta perfectamente entre mis piernas. Se apoya en mis rodillas, inclinando la cara hacia arriba y mirándome sin siquiera una palabra. ¿Cómo puedo hacerle esto? Lo es todo para mí.

Mirándola a los ojos rojos y vidriosos, digo:

―Algo ha pasado, Sophie. Me voy a ir por un tiempo. No estoy seguro de dónde o cuánto tiempo estaré fuera. Sólo sé que no puedo quedarme aquí en este momento.

Sus ojos se tornan vidriosos al instante.

―¿Qué ha pasado, Ethan? ―pregunta, en apenas un susurro.

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