07

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Llegaron temprano por la mañana, alrededor de las ocho, madrugaron para ponerse en marcha y llegar lo más rápido posible. El corazón de Jimin latía desembocado en su pecho, no sabía con que se encontraría al llegar y, odia admitirlo, pero la imagen de lobos salvajes dándole la bienvenida, seguía rondando en su cabeza. Y lo que más le preocupaba... ¿Y si no le agradaba a la familia de Jungkook?

Jungkook notó su nerviosismo, le dió un leve apretón a su mano, reconfortandolo.

—Tranquilo, ellos te van a amar.

A medida que iban acercándose a la reserva, el bosque iba cubriendo las orillas de la carretera, el clima cambio por una fría humedad, las copas de los árboles estaba cubierta de niebla, parecía una escena salida de un cuento de fantasía. Jungkook detuvo el auto frente a una enorme verja, una cámara enfocó el auto, a una señal de Jungkook, está se abrió.

Lo que había detrás de la verja maravilló a Jimin. El lugar era un pueblito pintoresco, muy bien cuidado. Las casas eran cabañas de madera, pero muy bien diseñadas. Parecía un paraíso vacacional.

—¿Enserio creías que vivían cómo salvajes?

Jimin sé sonrojó.

—Es que encontré tantas cosas en internet...
ay, perdóname.

Llegaron frente a una gran cabaña de dos niveles, con un bonito jardín frontal. Mucho antes de que el auto se detuviera, una bonita y madura Omega salió muy emocionada. Jimin sonrió al reconocer a la madre de Jungkook. Eran como dos gotas de agua, solo que la Omega tenía los rasgos más delicados y era un poco bajita, pero esbelta.

Jungkook bajó del auto y corrió para envolver a su madre en un abrazo, la levantó del suelo y dió vueltas con ella alrededor.

—¡Estoy tan feliz de que estés aquí!—La Omega acunó el rostro de su hijo entre sus manos.—¡Estás tan guapo! Aunque muy delgado. ¿Estás comiendo bien? Ya me imaginaba que estudiar y trabajar te tendría así...

—Tambien me alegro de verte mamá. —La cortó Jungkook.

—¡De acuerdo, entendí!—La mujer estaba emocionada.—Ahora dime dónde está esa hermosa Omega de la que me hablaste. ¡Muero por conocerla!

—Ah... Esto...—Jungkook arrugó la nariz y sonrió.—Su nombre es Jimin.

—¿Jimin? Nunca he conocido a una chica con ese nombre...

Jungkook negó con la cabeza, sin duda su madre había malinterpretado la situación. Pero sin bajar su buen ánimo, le abrió la puerta a su Omega y lo ayudo a bajar. Le rodeó la cintura con un brazo y sonrió, orgulloso, hacia su madre.

—Te presento a Jimin, mi Omega.—Le sonrió a su pareja.—Jimin, ella es mi madre.

Jimin no se perdió el leve brillo de decepción en los ojos de la Omega, trato de no sentirse herido por semejante reacción, así que se inclinó y sonrió.

—Encantado de conocerla, señora Jeon.

—Ah... ¡Encantada de conocerte, mi cielo!—La señora Jeon se recompuso y le regaló una brillante sonrisa.—Perdóname, había asumido que eras una chica... ¡Pero mírate, eres una belleza!

Bastante aliviado, Jimin se dejó abrazar, la seño Jeon olía bastante agradable, como a galletas recién horneadas. Jimin se dijo que así olía el hogar, algo que él, en aquella enorme mansión en la que creció, jamás tuvo.

—¡Pero mira corazón, tienes las mejillas enrojecidas! —La madre de Jungkook los empujó hacia el interior de la cabaña.—¡Vamos adentro, nos espera un chocolate caliente y panecillos!

Jungkook le besó la frente a Jimin.

—¿Lo ves? Te dije que te adoraria.

—¡Pensó que yo era una chica! ¿Por qué creía eso?

—Supongo que solo lo asumió. Qué sé yo. Vamos, tu cara está demasiado roja por el frío.

Era cierto, Jimin no estaba acostumbrado a semejante temperatura, el era mas de climas cálidos, como la playa, no un frío bosque invernal. El Interior de la cabaña era cálido, con muebles de madera clara y una decoración acogedora.

—¿Ya está aquí la pareja de Jungkook?—Un alfa bajo las escaleras a toda velocidad.—¿Ya llegaron?

Era un hombre entre los veintitantos con gran parecido a Jungkook. Sin duda la Sra. Jeon parecía una impresora. Al ver a su hermano, el otro alfa sonrió.

—¡Por fin estás aquí!—Los hermanos se abrazaron. —¡Dios, ya estás más alto que yo! ¡Oh! ¿Él es tu Omega?

— Jimin él es Jung Hyun.

—¡Wow! ¡Pareces salido de una revista de omegas calientes!—Jungkook gruñó.— ¡Estoy bromeando! Guarda los colmillos. Un gusto conocerte, Jimin.

Un Omega de cabello negro, alto y de rasgos delicados se asomó por la puerta que daba a la cocina.

—¡Jungkook!—Jimin sintió que sus oídos sangraban al escucharlo reír. Por la luna...¿Así era su risa, de verdad? —¡Dime que no se te olvidó traerme lo que te pedí la otra vez!

—¡Diablos, Jin!—Jungkook se quejó.—Deja que respire, acabamos de llegar.

A pesar del tono molesto de Jungkook, el Omega se acercó y le lleno de besos la cara, Jimin se tenso al ver semejante descaro.

—¡Mi bebé está en casa otra vez!—Jin se giró hacia Jimin.—¡Oh por la bendita luna! ¿Tú eres Jimin? ¡Eres una pequeña cosita preciosa!! Estoy feliz de conocerte, cuando Jungkook llamo para decir que...—Se cortó abruptamente.— ¿Esas gafas son las nuevas Dolce y Gabbana?

Jimin se quedó impresionado, no creía que nadie en ese lugar conociera acerca de marcas, y no lo decía por arrogante. Simplemente parecían el tipo de personas que se preocupaban por el interior y no las cosas materiales.

—Ah...—Se le prendió el cerebro a último minuto. ¿Cómo podría conseguir un Omega clase media, huérfano y desempleado, unas gafas tan costosas?—Son imitación.

—¿En serio?—Jin frunció el ceño.—Parecen originales.

Jungkook negó con la cabeza.

—Jin es mi primo, lee demasiadas revistas, perdonalo. A todo esto... ¿Dónde está papá?

—Vendrá en unos minutos, cariño. Lo esperaremos para desayunar todos juntos y celebrar que has venido. Mientras tanto, aquí tienen chocolate recién hecho. —La Sra. Jeon llegó con tazas de chocolate y panecillos.—Jung Hyun ve a la cocina y ayúdame.

—¿Qué? ¡Pero si te estuve ayudando con el desayuno toda la mañana! ¡Le toca a Jungkook!

—¡Ya estás grande para esos berrinches! Además mi bebé está de visita. Sé un buen hijo y ayúdame.

Jimin quiso relajarse, entre el cálido ambiente familiar en el que se vio rodeado, pero la mirada de halcón de Jin sobre él lo puso nervioso. Había traído varias cosas que el otro omega, si era tan observador como sospechaba, podría encontrar fuera de lugar.

Jimin trago duro ante la atenta mirada de Jin. Sintió sus manos sudar, de todas las cosas que esperaba que salieran mal, nunca imaginó está situación.

Chiquito, Bonito y Caprichoso•|| (Kookmin) Trilogía De Los Herederos KimDonde viven las historias. Descúbrelo ahora