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Jin encontró al presidente Kim en el jardín, contemplando los rosales. La brisa de la tarde era fresca y tranquila, el cielo estaba despejado y la tranquilidad que se respiraba en la mansión eran sumamente agradables.

-¡Es hora de sus medicinas, Presidente!

El alfa le sonrió mientras Jin le servía un vaso de agua y le pasaba sus frascos de pastillas.

-Recuerde que debe tomarlas a la hora exacta todos los días. Así su presión se mantendrá estable.

-No importa cuantos medicamentos me receten. Este corazón fallará otra vez algún día.-El alfa le sonrió a Jin.-¿Qué haces en casa? ¿Por qué no estás de compras con Taehyung?

-Tenia una cita con Hoseok y la planeadora de bodas. -Explico Jin.-Además, quería aprovechar para agradecerle su hospitalidad durante estos meses, Presidente.

Eso tomó por sorpresa al alfa.

-¿Te irás?

-Vine a pasar unas vacaciones con mis primos pero terminé abusando de la hospitalidad de su familia. Es hora de que vuelva a casa.

-No has abusado de nada.-El alfa le señalo la silla a su lado.-Acompáñame un rato.

Jin se sentó y disfrutó de la vista del precioso jardín que tenía enfrente. Un basto terreno de rosas de distintos colores, fuentes y árboles.

-Debo admitir que los amigos de Tae y Jimin nunca me han agradado.-Dijo el señor Kim.-Pero me llevé una grata sorpresa contigo, Seokjin.

Jin se sonrojo.

-Conocí a Jimin cuando su relación con Jungkook empezó y llevo aún menos tiempo de conocer a Tae. Pero les tengo mucho cariño. Son como mis hermanos menores.

-A lo largo de los años muchos han querido aprovecharse de mis hijos. Por las razones que sean, son un blanco fácil porque confían mucho en los demás. He visto que mis hijos te han comprado cosas y que te han llevado a finos restaurantes y clubs exclusivos. Cosas que en tu condición, no te puedes permitir.

Jin se alarmó al comprender que el Presidente lo miraba como un aprovechado.

-¡Jamás a sido esa mi intención!

-Dejame terminar.-Lo reprendió el alfa.-Tambien me he percatado de todo lo que has hecho por ellos en estos meses. Les abriste los ojos para que tuvieran un poco de sentido común. No sé cómo lo has hecho, pero incluso Tae ha estado más tranquilo con tu presencia. Gracias por eso.

Jin no sabía exactamente como reaccionar.

-Presidente Kim...

-Además estoy muy complacido con tu manera de cuidarme. -El viejo alfa bromeó un poco.-Debería despedir a mis enfermeras y contratarte a ti.

-El sueldo no me vendría mal.

-Me alegra que mis hijos hayan tenido la oportunidad de conocerte. Las personas humildes como tú por muy poco mundo que conozcan aún pueden enseñarte una o dos cosas acerca de apreciar la vida.

Jin ya no estaba tan seguro de si debía mantener la sonrisa.

-¿Se supone que es un cumplido?

-Es un recordatorio.-El presidente Kim lo miro directamente.-He notado que mi hijo tiene cierto interés por ti.

Jin se sonrojo.

-No hay nada entre Namjoon y yo.

-Y nunca lo habrá. Puedo tolerar muy bien tú amistad con Taehyung y Jimin porque no representas un peligro para ellos. Los cuidas tan bien que podrías ser una niñera. Pero con Namjoon las cosas son diferentes. Él es un alfa joven, un muy buen partido para cualquiera. Y tú eres un omega muy hermoso. No es extraño que hayas llamado su atención. Pero como bien sabes, mi hijo tiene obligaciones que cumplir y tu no formas parte de esos planes. Es algo que nunca podrás hacer.

Chiquito, Bonito y Caprichoso•|| (Kookmin) Trilogía De Los Herederos KimDonde viven las historias. Descúbrelo ahora