Costume dance

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Hacer un traje era lo más difícil del mundo.

Eso fue lo que Kirishima sacó esa vez que trató de hacer su propio disfraz para la fiesta de Halloween, cuando tenía diez años. Definitivamente, no pensaba hacerlo de nuevo.

Había aprendido de la experiencia.

Sin embargo, cuando le comentaron acerca de la fiesta que los de 1-A pensaban celebrar para el festejar ese día, Kirishima supo que tendría que ingeniárselas para sacar un traje que le gustase pero que no le saliese demasiado caro.

Así que llegó a la conclusión de que debería llevar el traje que se puso en la última fiesta de Halloween a la que fue. Solo que esa fiesta fue a los once, y claramente ya no le quedaba el disfraz de calabaza que se puso aquella vez.

Pensó en coger una sábana blanca y hacerle agujeros para hacerlo pasar por un disfraz de fantasma. El problema estaba en que sería muy típico y muy rollo.

Así que llegó a la conclusión de que podía ir de pirata porque en una tienda de accesorios había visto un parche y un pañuelo rojo por un precio bastante asequible. El gorro le costó un poco más, y usó ropa normal que tuviera un motivo más marinero para la ocasión.

Lo que le dio más problemas fue el garfio, pero Yaoyorozu tuvo la amabilidad de hacérselo.

Cuando se miró en el espejo, no le había quedado ni tan mal. ¿Algo improvisado? Pues sí. Pero bueno, le había quedado decente y era lo que importaba.

Sin embargo, cuando vio el disfraz que Bakugou tenía, no pudo evitar empezar a reírse.

—¿¡De qué te ríes, imbécil?!

Kirishima estaba en el suelo, riendo a más no poder, y Bakugou tenía muchas ganas de darle un puñetazo.

De alguna manera le habían convencido de ir de alien, cosa que no estaba muy lograda, porque parecía más un Teletubbie.

—¡Es que pareces un Teletubbie! —le dijo, casi llorando de la risa.

—¡Cállate! ¡Todo esto es culpa de la desgraciada alien y el Pikachu ese!

Kirishima no dejó de reírse hasta que el estómago le empezó a doler, y tras llevarse un codazo de Bakugou, ambos fueron al gimnasio donde la gente ya estaba reunida. La temática de terror se podía apreciar en el lugar, y aunque había muy buenos disfraces —como el de momia de Sero— la que se llevaba la palma era el de Hagakure, básicamente porque la muchacha había aprovechado su invisibilidad para convertirse en un fantasma muy bueno.

Kirishima no desaprovechó la oportunidad de comer, y Kaminari, con su disfraz de Pikachu, se rió también del de Bakugou, apoyado por Kirishima.

Cuando Bakugou se calmó y trató de no matarlos, Jirou tomó los mandos de la música y empezó a reproducir canciones movidas.

Kirishima se animó y arrastró a Bakugou a la improvisada pista de baile que habían hecho moviendo algunas mesas.

—¿¡Qué haces, idiota?!

—¡Bailemos!

Dio una vuelta completa, disfrutando de la música. Bakugou suspiró y sonrió, siguiéndole el juego.

Sin embargo, la que más se estaba divirtiendo era una chica disfrazada de calabaza que tomaba fotos escondida detrás de una mesa.

—¿Qué haces, Mina? —preguntó la fantasma, acercándose a ella.

—Calla, que me pillan —le reclamó, tomando otra foto cuyo flash se ocultó con la luz de fondo—. No todos los días se ve a un alien y un pirata así.

Hagakure suspiró mientras miraba a ambos, Mina siguiendo con su trabajo de reportera.

—¿Y qué vas a hacer con todas esas fotos?

—Subirlas a Instagram.

—¿Sin su permiso?

—¿Quién ha dicho que no lo tengo? —rió la chica—. Otra cosa es que no lo sepan. Por eso siempre se lee lo que se firma.

—Mina, das miedo.

—¿Yo? Si soy un amor. ¿Tú sabes lo influencers que son estos dos sin saberlo? ¡Les he creado una maldita cuenta de Instagram y tienen muchos followers! ¡Más que yo! —se quejó—. ¡Necesito darles material!

Y tras esa declaración, siguió tomando fotos para subir a las stories.

Hagakure suspiró de nuevo mientras miraba a ambos chicos, que no se enteraban de nada.

No sabía si sentir pena por ellos, pero parecían felices en su ignorancia.

¿Y quién era ella para quitársela?

Mejor que siguieran sin saberlo. Serían felices, y Mina no la mataría.

Todo perfecto.

31 days: Kiribaku october storiesWo Geschichten leben. Entdecke jetzt