Capítulo 4- Ya no estas sola

5.4K 110 6
                                    

Aitana
Llevo dos días de ponerme al día en el trabajo y poner al día a todo el mundo y no he tenido tiempo ni para respirar
Dos días sin ver a Luis y Aiti y ya me siento como vacía, hoy voy a ir a verlos.

Cepeda
Son las ocho de la tarde cuando suena el timbre y veo a Aitana por el interfono, le abro y dejo abierta la de arriba, como siempre, voy a avisar a Aiti que está en el sofá y por lo menos alegra esa cara de choto que no ha quitado en toda la tarde, digna hija mía

-¡Hola!
-Pasa pasa

Pasa al salón con una caja en la mano y le da un abrazo a Aiti

Va preciosa, es preciosa. Lleva un pantalón elástico negro con los bajos más anchos, un jersey preto gris con los dobles de las mangas y el cuello en negro con purpurina. Unas ondas poco marcadas y muy poco maquillaje.

-¿Que es esa caja?-pregunta Aiti curiosa-
-Pues es para ti, hoy ha llegado la nueva colección y me ha recordado tanto a ti, ¿dijisteis que teníais una boda pronto no?

Le da la caja a Aiti y esta le da un abrazo efusivo

-Y tú también Aitana, es la de Roi, y te voy a pagar ese vestido
-Ni hablar, ademas no creo que me invite, ya no pinto nada en su vida
-Deja de decir tonterías

-Jo Aitana es precioso, me encanta
-¿De verdad?
-Claro que si, que ganas de probármelo

Es un vestido de una tela fina, tirantes finos, un poco de forma en el pecho y todo liso hasta ellos pies con dos rajas laterales, el color rojo que contrata tanto con su piel blanquita como con su pelo negro, y una vez más Aitana acierta de pleno

-Ah y Luis, no me he olvidado de ti, toma, la corbata a juego

Sonrió y le doy un pequeño abrazo

-Que mona eres, ¿y no te vas a rendir nunca para que me ponga una corbata no?
-Nunca

-Ostia que fuerte-dice Aiti mirándose el móvil-
-¿Que pasa?
-Carla, mi amiga, que se ha quedado embarazada y su padre le ha pegado una ostia que poco más y hasta aborta
-Joder, pues tu cuidadito, que una ostia no, pero no sales de casa en lo que te queda de vida

No me había dado cuenta y cuando miro a Aitana tiene los ojos apagados he inundados en lágrimas, se levanta y coje sus cosas

-Lo siento, mejor vuelvo otro día
-Aitana no te vayas así que está lloviendo muchísimo, hay hasta truenos
-Vale, voy un momento al baño

-¿He dicho algo malo?
-No cariño, bueno la verdad que no lo sé ni yo, no sé nada de su vida estos 16 años
-¿No crees que deberías ir?
-Si, ahora vengo

Le doy un beso en la frente y voy hacia el baño

Truco y no me contesta, escucho un sollozo y abro la puerta.

Me la encuentro hecha un ovillo intentando respirar, le está dando como un poco de ansiedad.
Me agacho y la abrazo, dejando que se esconda en ese hueco de mi pecho que nunca a dejado de ser suyo. Noto como mi camiseta se empapa y le acaricio el pelo.
Cuando se calma le levanto la cabeza y le limpio las pocas lágrimas que bañan su cara

-¿Que ha pasado pequeña?
-¿Pequeña?

Esboza una pequeña sonrisa y la ternura que me produce es infinita

-Lo siento mucho Luis, yo, jo es que
-Si no quieres contármelo lo entenderé
-No, si que quiero, y a Aiti también, se lo merece
-Vamos pues

Me levanto ofreciéndole mi mano y me la da sin dudarlo, el contacto con ella me sigue produciendo escalofríos, electricidad, no se, parece magia

Al llegar al comedor le da un beso a mi hija y se sienta en la otra punta, yo a su lado

Que hable nuestra piel Where stories live. Discover now