Capítulo 54- Casa

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Aitana
-Pero Luis, ¿otra vez?

Entro al comedor dispuesta a acurrucarme junto a Luis que tiene dormidita a India en su pecho cuando lo veo llorando mirando vídeos en la tele, de cuando Aiti era pequeña, y lleva así desde que se fue hace dos semanas

-Cariño, deja de flagelarte
-Es que... se ha hecho mayor, mírala, sus primeros pasitos

Apoyo la espalda en el sofá y la cabeza en su hombro

-Era una monada

Paula aparece en escena y le da un beso en los labios a Luis, va muy arreglada y con una maleta tras ella, le dice que tiene un viaje de trabajo, que vuelve en cuatro días, un besito a la niña en la cabeza y Luis apaga la cámara

Cojo el mando de la tele y la apago

-Ya vale, vamos a hablar de otra cosa, que te me vas a deshidratar al final
-Sigo sin entender como ha podido implicarse tan poco en la vida de su hija, esas cosas no me daban pena por mi, si no por la niña
-Yo tampoco lo entiendo-digo acariciandole el moflete a mi hija, que sonríe entre sueños-
-Esto me sigue pareciendo un sueño
-¿El que? -le digo mirándolo desde su pecho, donde me he instalado junto a India que empieza a removerse posiblemente por que tendrá hambre-
-Vosotras, mi familia, en poco menos de un año te tengo a ti a mi lado, cosa que no me había ni permitido imaginar por que ni siquiera me lo merecía, mi hija a un año de cumplir los 18 y contenta, por que lo vuelve a estar, y mi otra pequeña, esto es indescriptible, lo buena que es y La Luz que desprende solo con abatir sus grandes pestañas, eso lo ha heredado de la madre
-Que sentimental estás últimamente-le digo limpiándole una lagrima que aún rodaba por su mejilla izquierda-
-Me he vuelto un ñoño
-Pues no te voy a decir que no me guste de vez en cuando

Sonríe ampliamente y me despeina el flequillo mientras saca la lengua con sus ojitos de chinito al sonreír

-Esto ya no me gusta tanto-le digo dándole un manotazo en el hombro-
-No me pegues con la niña encima leñe
-Pero si no te he tocao exagerado
-Piri si ni ti y tiquidi
-Me pones muy muy nerviosa Cepeda
-Uy Cepeda, ven aquí anda-me dice alargando su brazo para abrazarme-

Me levanto y cojo a la niña que esta a punto de despertarse

-Oye
-¿Le vas a dar tu la teta o que?
-Pero si por el día le damos biberón
-Le doy lo que me dé la gana
-Pero que mosca te ha picado ahora

Niego con la cabeza y salgo hacia la habitación de India para darle el pecho en el sillón que pusimos frente a la ventana que da a un parque al otro lado de la calle

No tarda en abrir los ojitos esos marrones que tiene y mirarme atentamente, por que ha salido a mi, depende como le da La Luz tiene los ojos marrones o miel, el verde ya no lo ha sacado

-Tu padre es un poquito tonto, me gusta hacerle rabiar, pero no me he enfadado eh

Pestañea con esas largas pestañas y sonrió, imaginándome que eso es una afirmación a lo que le estoy contando

-¿Quieres que vayamos a dar un paseo? Me apetece un helado

Giro la cabeza y lo veo apoyado en la puerta con los ojitos tristes

Suelto una carcajada involuntaria y ladea la cabeza confundido

-Las hormonas me tienen alterada pero no tanto como para enfadarme por que me revuelvas el flequillo o hagas el gilipollas un poco

Suspira y se acerca quedado justo delante nuestro a cuclillas

-Que bonito es veros así

Asiento con la cabeza y él le pone su dedo índice en la pequeña manita y está lo atrapa con sus dedos, con más fuerza cada vez

Me mira sonriendo y le brillan los ojos, de esa manera especial, de la que solo le brillan así cuando mira a sus hijas, el dice que a mi me pasa lo mismo cuando la miro, y yo solo siento el amor más puro que he sentido nunca al mirarla

-¿Vamos de paseo hasta casa de Roi? Y nos tomamos un helado de camino
-Me parece genial, ¿sabes que?
-Sorpréndeme
-Que estás muy guapa hoy, como siempre, y que te quiero, como la trucha al mero

Me río ante su simil y se levanta, no sin antes dejar un beso en la mejilla visible de la niña y otro, suave y lento, sobre mis labios

-Has fumado-Le digo apuntándole con el dedo índice-
-No
-Luis...
-Vale si, pero ha sido sin querer
-Sin querer, no me toques las narices
-Jo, que me está costando
-Esta vez te lo paso

Asiente con los labios fruncidos y sale de la habitación para ducharse

Suspiro y miro por la ventana pensativa, ya no hay duchas compartidas, ni noches enteras en vela por estar enredados el uno con el otro, ni tardes enteras con las piernas enroscadas en el sofá y los labios pegados como si unidos por súper glue estuvieran

Pero son etapas, tenemos un bebé de dos meses y una hija en Estados Unidos de viaje, lo que nos quita a la niñera que se la lleva de paseo para que tengamos un ratito a solas

Y si que nuestra India duerme muy bien por las noches pero estamos tan cansados de todo el día...

Me levanto cuando la niña acaba de comer y la pongo sobre mi pecho para que eche los aires

Luis se asoma a la puerta con la toalla en la cintura y el pelo mojado

-Hoy te dolía un poco el cuello ¿no?
-Si...
-Pues ven que te lavo yo el pelo

Mi cara de sorpresa es recibida con una carcajada y un guiño de ojo por su parte

La respiración acompasada de India me dice que se ha quedado dormida y puede dejarla en la cuna tranquila

Luis me tiende la mano desde la puerta y se la doy dejando que me arrastre hasta el pasillo, donde me atrapa entre la pared y su cuerpo
Con sus manos en mi cintura y sus ojos clavados en los míos

-Echo de menos nuestros ratitos
-¿Me lees la mente?

Acaricia mi nariz con la punta de la suya y sus labios por fin rozan los míos, dejando paso a su lengua, dispuesta a ganarle la batalla a la mía

Le agarro de la nuca acercándolo más aún a mi y el acerca mi cuerpo al suyo agarrándome del culo

De un salto quedo sobre su cintura haciendo que su toalla se caiga y su ereccion presione sobre mis braguitas, húmedas

Me tira sobre la cama suavemente, cayendo encima mío y explotando los dos a carcajadas

Que hable nuestra piel Where stories live. Discover now