DONDE NACEN LOS CEREZOS

OSĀKA

Tweek sintió algo duro e incómodo debajo de su espalda, metió la mano para sacar dicho objeto redondo que le impedía seguir durmiendo, sus oídos captaron varios sonidos; entre ellos el canto de algunas aves, la corriente de un riachuelo y el tenue silbido del viento que retumbaba contra las hojas de los árboles, su nariz fue invadida por un olor a tierra mojada.
Tweek se sentía relajado por unos momentos hasta que su cerebro comenzó a recordar los eventos de aquella noche, se levantó de golpe observando a su alrededor. Se encontraba en un bosque que él no ubicaba, un fuerte dolor se hizo presente en su cabeza, llevo una mano detrás de su nunca y comenzó a masajearse liberando un poco de presión.

-¡Por fin despertaste!- se escuchó una voz varonil. Tweek comenzó a voltear hacia los lados tratando de identificar su origen, levantó la vista hacia el cielo y ahí, subido en lo alto de un árbol se encontraba un hombre. Él saltó de tan elevada posición cayendo de pie sorprendiendo al rubio.

-Ngh...¿Quién eres?- le preguntó con un tono de desconfianza

-Mi nombre es Clyde, líder de la aldea Iga- inclinó su cuerpo, colocó su mano izquierda en el abdomen y la derecha detrás de su espalda haciendo una reverencia al príncipe. Tweek aún con desconfianza aceptó y correspondió aquella muestra de respeto, al regresar a su postura lo observó mejor. Su cabello era corto y de color chocolate, su rostro era amigable, su playera dejaba ver aquellos brazos musculosos que sobresalían de esta, traía un pantalón holgado acompañado de una cinta roja alrededor de su cintura y calzaba las típicas tabi.

-Umm...¿Cuánto tiempo llevo inconsistente?-

- Dos días- respondió, Tweek se quedó en perplejo al escuchar eso -Creíamos que había muerto, varias veces tuvimos que checarle el pulso y ver si respiraba - sonrío

-¡Al fin despertó!- del bosque salían otros tres hombres. Uno de ellos traía el mismo traje que Clyde solo que de color verde oliva, un cinturón amarillo y una cinta que adornaba su cabello peinado con una pequeña coleta. El único de tez morena traía un traje negro con morado completamente cerrado con detalles y cinturón de color morado, y el último era un pelinegro de mirada seria con una especie de gorro azul que adornaba su cabeza, traía una especie de kimono corto de color azul cobalto que dejaba ver sus imponentes y músculos brazos, el pantalón era del mismo color y era acompañado por una cinta amarilla.

-¡Por fin!... Ya no tendré que cargarlo- una voz nasal salió del pelinegro.

-¡Oh, es verdad!- recordó Clyde -Te presento a Jimmy, Token y Ginza- dijo señalando a cada uno de ellos -Él es....ummm..-

-Agh...Tweek- respondió

-Él es Tweek- dijo finalizando la presentación, recibiendo un golpe por parte de Token

-¡Te he dicho que trates con respeto al príncipe!- le reprochó- Disculpe su impertinencia, majestad- Tweek solo movió la cabeza en señal de aprobación

-Ahora hay que avanzar, ya perdimos dos días- habló Ginza

Los demás comenzaron a caminar detrás del pelinegro, Tweek no sabía hacía donde se dirigía y eso lo asustaba. Les seguía la corriente porque estaba en clara desventaja ante ellos, sobretodo porque se encontraban armados; quería regresar a su casa, de seguro su padre estaría preocupado. Lamentaba el haber sido tan débil e ingenuo por dejarse capturar, odiaba poner a su padre en esas condiciones, sobretodo por la enfermedad que padecía.

-Ngh... ¿Hacía donde nos encaminamos joven Clyde, líder de la aldea de Iga?- preguntó, unas risas se hicieron presentes en el grupo por la manera tan formal de expresarse del príncipe

-Puedes llamarme Clyde- le dijo -Nos dirigimos al reino de Osāka-

-Osāka...-

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