Parte 2

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Albus se encontraba amurrado en un sillón del salón de la Malfoy Manor. Le dolía el pecho, sentía que los oídos le zumbaban y todo daba vueltas a su alrededor. Entonces se acercó el padre de su amigo preocupado por la situación.

—¿Te encuentras bien? ¿Quieres que llame a tu padre? —preguntó preocupado el rubio de ojos grises. Ese chico lo ponía nervioso, era tan igual a Potter, pero a la vez tan distinto.

—N... no, señor Malfoy... no quiero ir a casa... no todavía —respondió Albus con voz temblorosa. 

Estaba muy afectado por la discusión que había tenido recién con Scorpius, pero no quería volver a su casa. Si volvía antes de lo presupuestado le harían preguntas y no quería dar explicaciones.

Draco estaba desconcertado. Ignoraba por que su hijo se había molestado tanto con el chico Potter, quizá tendría que conversar con él a ver si lograba calmar las aguas, pero viendo ahí a Albus, tan frágil, con esos hermosos ojos verdes al borde del llanto, decidió quedarse un rato más junto a él. Caminó hacia el chico y se puso de cuclillas frente a él.

—Ven, acompáñame a la cocina. —Albus lo siguió en modo zombie. No podía pensar mucho, aún estaba muy dolido por las duras palabras de su amigo. Draco le sirvió un té y lo invitó a sentarse en una pequeña mesa en la cocina.

—Gracias Señor....

—Puedes llamarme Draco —lo interrumpió. Albus le sonrió tímidamente y bebió un sorbo de té.

—Gracias... Draco —dudó un segundo, era extraño llamar al padre de su amigo por su nombre, pero en ese minuto se sintió en confianza.

—De nada Albus... puedes quedarte aquí si quieres... hay varias habitaciones, y quizá a Scorpius se le pase el enojo.

—No... no lo creo —lo interrumpió rápidamente el chico.

—¿Por qué lo dices? ¿puedo saber que ocurrió?

—Bueno... es que... —Albus se puso como un tomate, no podía contarle eso al Malfoy—. No es nada señ... Draco... solo una tonta discusión. 

—Draco lo miró a los ojos por varios segundos, sabía que mentía, pero no quería meterse en esos asuntos.

—Está bien... a veces mi hijo reacciona de maneras... inesperadas, pero debes estar tranquilo 

—Draco puso su mano sobre el brazo de chico y lo miró a los ojos, era muy guapo, de seguro estaba enamorado de su hijo y la discusión había surgido porque él había empezado a salir con esa chica idiota hija del estúpido de Ron Weasley y Hermione Granger, lo cual también le molestaba a él. A pesar de haber cambiado con el tiempo, habían cosas difíciles de superar. Hubiese preferido que su hijo se quedara con el hijo de Potter, mal que mal era un Slytherin... A penas notó que habían pasado varios segundos así, alejó su mano rápidamente y cambió el tema.

—Scorpius me contó que te gustaría ser alquimista... ¿cómo te fue en los EXTASIS?

—Bueno, aún no lo tengo muy claro —contestó nervioso el pelinegro.

—La verdad me sorprendió un poco, pensé que seguirías los pasos de Potter.

—¿Qué?

—Es que... te pareces mucho a él —Draco se sintió molesto consigo mismo por incomodar al chico— digo, físicamente... me recuerdas mucho a cuando estaba en Hogwarts 

—Albus se encogió de hombros, no sabía que responder. La conversación se había vuelto incómoda.

—Tal vez deba volver seño... Draco.

—Ya se está haciendo tarde, mejor te quedas esta noche, yo hablaré con Scorpius —Albus asintió y Draco lo acompañó hasta la que sería su habitación. Cuando llegaron a la puerta Draco se despidió y Albus le dio un impulsivo abrazo, desconcertando por completo al rubio, que cerró nervioso la puerta y caminó con paso tembloroso hasta su habitación. Olvidó por completo ir a hablar con su hijo, su corazón latía muy rápido y solo podía pensar en el chico Potter.

Wrong LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora