Parte 15

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Pasaron tres largos meses en que los Slytherin casi ni se vieron. Con suerte intercambiaron un par de cartas para saber en que estaba cada uno. Albus, para no pasar encerrado en su casa pensando en los Malfoy y aguantando el extraño humor de sus hermanos, decidió buscar un trabajo en el mundo muggle, y comenzó a trabajar como barista en una cafetería del centro. No es que Albus prefiriera a los muggles que a los magos, pero no podría trabajar en un lugar donde cada 5 minutos le recordaran lo idéntico que era al gran Harry Potter, ni que le hablaran de lo curioso que era que hubiese sido seleccionado en la casa de las serpientes, siendo que venía de una familia completamente Gryffindor. Entre los muggles podía ser un chico normal, solo debía preocuparse de tener cuidado para no revelar su mágico secreto.

Cuando salía del trabajo se iba a la biblioteca a estudiar, se llevaba distintos libros de pociones camuflados con magia para parecer libros normales. Aunque intentaba distraerse, se descubría así mismo pensando en Draco Malfoy. Cada detalle que lo hacía recordar al rubio hacía que su corazón comenzara a latir con fuerza y no dejaba de evocar aquel beso que había cambiado todo su mundo, que si bien había ocurrido hace meses, Albus seguía sintiendo como si hubiese sido ayer. Finalmente, sus tardes de estudio terminaban convirtiéndose en tardes de pensar en unos profundos y hermosos ojos grises.

Albus sabía que no podía más con toda esa situación, así que decidió confiarle sus problemas a Katy, su compañera de trabajo y nueva mejor amiga. Katy era una muggle muy guapa: menuda, con hermosos rizos rubios y piel tostada. Era muy alegre y de inmediato estableción una conexión especial con el Potter, aunque no dejaba de encontrarlo extraño. Katy estudiaba química, y eso había llamado en primer lugar la atención de Albus, ya que encontraba que era la versión muggle de pociones, lo cual le fascinaba. Katy era muy sociable y amable, lo había ayudado en sus primeros días en la cafetería, y poco a poco se habían ido acercando, conversando de sus estudios, su familia, etc.

En contraste, Scorpius se dedicó a viajar por Europa con su padre, antes de establecerse en París, donde se quedaría por un tiempo para estudiar Historia de la Magia y así llegar a convertirse en profesor. En el viaje, ninguno de los dos Malfoy tocó el tema de Albus Potter. Scorpius se sentía algo triste y con temor de perder su amistad, pero ahora era momento de enfocarse en sus nuevas metas, y no es que Draco no quisiera saber que había ocurrido entre su hijo y el chico de hermosos ojos verdes, pero prefería evadir el tema y así no verse complicado con lo que pudiera salir de esa conversación. Por lo demás, fue un viaje hermoso, donde pudieron conectarse como padre e hijo, recordando a su amada Astoria y preparándose mentalmente para la nueva etapa que los esperaba, donde finalmente Scorpius haría su vida lejos de casa.

Draco se sentía invadido por una mezcla de sentimientos y sensaciones, por una parte sentía tristeza por dejar a su retoño lejos de casa, en un pequeño apartamento en París, pero por otra parte, sentía el corazón lleno al ver que su pequeño se había convertido en un gran hombre, aunque de todos los sentimientos, el que más prevalecía era el miedo terrible a la sensación de libertad que tendría de ahora en adelante.

A pesar de mostrarse como una persona fría y egoísta, Draco Malfoy había vivido toda su vida complaciendo a los demás, principalmente a sus padres. Draco amaba con su vida a sus padres, pero a causa de ese amor había tomado muchas malas decisiones, decisiones de las que se arrepentía de por vida y que permanecerían para siempre junto a él, al igual que la marca tenebrosa que llevaba en su brazo. Después de la guerra logró hacer su vida junto a su esposa, con quien pudo conocer una nueva forma de ver las cosas, y así fue como criaron al pequeño Scorpius. Cuando Astoria se enfermó, Draco se desvivió por ella, para darle lo mejor en sus últimos momentos, sin embargo Astoria no tenía salvación. Aquel momento fue muy duro para él y su hijo, pero supieron salir adelante juntos. A partir de ese entonces, la vida de Draco fue exclusivamente Scorpius y su trabajo, no había tiempo para nada más. Ahora que su hijo ya era adulto se sentía vacío. Era realmente extraño ser solo él. Ahora podría vivir su vida tal y como se le diera la gana, y eso era que más le atemorizaba. Si hubiese visto un boggart en ese instante se vería al mismo con toda su vida por delante.

Wrong LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora