Parte 16

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Al regresar a Londres, Draco llamó de inmediato a la única persona que podría escucharlo y, tal vez con mucha suerte, entenderlo: su mejor amiga, Pansy Parkinson. Pansy trabajaba en el ministerio, por lo que se reunieron en el centro de Londres. A penas se encontraron se dieron un apretado abrazo. Llevaban meses sin verse, pero el cariño permanecía intacto. Comenzaron a caminar sin rumbo específico. Draco quería mostrarse bien, implacable, como siempre lo había hecho hasta ahora, pero le resultaba muy difícil. Se sentía completamente solo, sin su esposa, con su hijo lejos, alejado de sus padres y sabiendo que ese sentimiento se debía en gran medida a lo que había ocurrido con Albus Severus Potter. Por primera vez en su vida sentía la necesidad de hablar de sus sentimientos con alguien, aunque le resultaba muy difícil tocar el tema. Por suerte, Pansy pudo notar su evidente cara de preocupación.

—Draco, querido... ¿Estás bien?

—Pans... eso creo, ¿Lo voy a extrañar mucho, sabes?

—Lo sé, querido... pero puedes comunicarte todos los días con él, sabes, hasta yo tengo uno de estos —sonrió mientras le mostraba un celular que había sacado de su bolsillo.

—¿Pansy? ¿tú? —Draco estaba extrañado, podía llegar a entender que Pansy se volviera amiga de Hermione Granger por su trabajo en el ministerio, pero de ahí a usar artilugios de los muggles— Ahora que tenemos una Ministra sangre sucia todos andan con esos aparatos... —Draco dijo eso solo por la rabia que sintió al darse cuenta de que cada cosa le recordaba a Albus, pero antes de admitir eso prefería mil veces quedar mal y hacer un comentario desatinado como el que acababa de lanzar.

—¿Draco? Cómo te atreves... —Draco rió, se había excedido un poco.

—Bien, es que no eres la primera que veo con esos... —cuando se dio cuenta de que estaba hablando se cayó de inmediato. No quería aún tocar el tema de Albus Potter, y aún así le resultaba inevitable.

—Bueno, es que son muy necesarios, déjame decirte que los muggles no son nada de estúpidos, y este invento es lo máximo.

—No lo se Pans... tal vez algún día.

—Uf, me sorprende que no te negaras hasta el final. Estás cambiado, Draco. No me digas que hay alguien que te tiene así tan cambiado —preguntó con suspicacia, aunque el rubio supo disimular su nerviosismo.

—¿Qué? No, yo...

Antes de que pudiera excusarse, Pansy se detuvo en seco al ver la entrada de una gran cafetería. A Draco se le detuvo el corazón por una fracción de segundo al recordar que su hijo le había mencionado que Albus trabajaba en un café muggle, y que por la descripción parecía ser justo ese, aunque sería demasiada coincidencia. Intentó tomar de la mano a Pansy para alejarse de ahí, pero fue demasiado tarde.

—Mira, me han hablado mucho de esta cafetería, siempre he querido entrar a una cafetería muggle, vamos Draco... —interrumpió Pansy, sin darle la oportunidad a Draco de negarse, entraron, mientras Draco pedía por Salazar Slytherin que no fuera el local donde el chico Potter trabajaba.

—Mejor vamos Pans... —dijo rápidamente Draco al ver que sus sospechas eran ciertas, pero su amiga fue más rápida que él y notó de inmediato que había uno de los suyos en aquel lugar.

—Mira, ¿acaso no es el hijo de Potter? me encanta ese chiquillo, es tan distinto a Potter... ¿pero trabajando para los muggles?... creo que es excesivo —rió Pansy, mientras Draco la miraba extrañado. 

Era verdad, Albus se encontraba ahí, y estaba de acuerdo que era divertido reirse de Harry, ¿pero acaso no era ella la que había querido ir a un local muggle en primer lugar? Con que derecho se burlaba de Albus. Luego se sintió estúpido, defendiendo al chiquillo en su mente, realmente se estaba volviendo loco, pero no podía evitarlo. Haberlo visto ahí había hecho que su corazón comenzara a latir con fuerza, se veía muy guapo con ese uniforme, ese delantal, rodeado de gente, irradiaba calidez, podría haberse quedado ahí de pie, como un tonto mirándolo por siempre, pero lo distrajo Pansy, quien decidida se acercó al mesón. Fue en ese instante en el que chico se dio cuenta de su presencia y se fue a esconder tras uno de los mostradores.

—Buenas tardes, en qué puedo ayudarla, Madame —preguntó Katy, la compañera de Albus.

—Buenas tardes, querida. ¿Por casualidad el chico de ahí se llama Albus? ¿Albus Potter?

Katy, que no era nada discreta llamó enérgicamente a Albus diciéndole que lo buscaban, así que al chico de ojos esmeralda no le quedó otra opción que acercarse a los imponentes Slytherin.

—Señorita Parkinson, Señor Malfoy, que sorpresa verlos por acá —Albus besó la mano de Pansy y luego saludó de la mano a Draco. Ambos disimularon el chispazo que sintieron con el contacto.

—Quién lo diría, 3 Slytherin en un café muggle —dijo con gracia Pansy, pero se cayó de inmediato al ver la mirada curiosa de Katy y le dijo— es una broma familiar, querida, Albus es como un sobrino... muy lejano.

Draco se sentía un poco avergonzado. Pansy y él eran personas muy educadas, pero se sentían torpes en aquel mundo desconocido para ellos. Albus para aligerar el ambiente los invitó a sentarse.

—Katy, yo los atiendo, es verdad... son... amigos... de mi familia, algo así... —se dirigió a su compañera, y luego acompañó a Pansy y a Draco a una mesa.

Lo primero que pensó Albus fue que había ocurrido algo, pero Pansy aclaró sus dudas antes de que alcanzara a preguntar.

—Querido, estábamos paseando con Draco y quisimos conocer un café muggle, que por cierto es muy famoso, bueno... jamás creímos que nos encontraríamos... —pensó un rato antes de continuar— con un compañero de casa... que increíble. Me han hablado mucho de ti, sin duda eres un chico interesante.

—Gracias señorita Parkinson, la verdad, es tranquilo para mi estar aquí...

—Me imagino, querido, sin nadie que sepa que eres el hijo del héroe.

—Ya deja de molestarlo tú, Pansy —le dijo Draco a su amiga al observar a Albus incómodo. Albus le dirigió una tímida sonrisa al rubio.

Les tomó el pedido rápido y se fue al mostrador a preparar los espressos y unos panecillos dulces. Katy se acercó a Albus sin nada de discreción.

—No me digas que él...

—Cállate Katy, podrían oírte

Wrong LoveTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang