O5 | Comienzos.

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—¡Adrien! ¡Marinette! —exclamó la señorita Medeliev—. Deben venir, ¡Ahora!

Ambos jóvenes habían permanecido en silencio unos instantes, el rubio por su parte, había recibido —indirectamente— las palabras de apoyo que hace mucho necesitaba, y no sabía cómo agradecer de una manera que se escuchara impersonal, mientras que, la azabache, pasado unos segundos dio con que le había regañado de manera sutil al chico de sus sueños, ya que había descargado parte de su ira, y también de lo que se encontraba reteniendo todo este tiempo, en alguien que no debía —o eso creía— ; interpretó su silencio como molestia o asombro, o también pensó en la posibilidad de que se haya enojado con ella y ya no quisiera ni hablarle o dirigirle la mirada, así que acababa de perder cualquier posibilidad que tenía con Adrien, y tendría que olvidarse de él para siempre...

Sí, la mente de Marinette podía llegar a imaginarse cualquier tipo de situación.

Volviendo al presente, el grito de Medeliev fue suficiente para que ambos chicos salieran de sus pensamientos, y se concentraran en la situación actual. Irónicamente, ambos volvieron a perderse tratando de buscar la excusa ideal para irse del lugar y poder transformarse.

—Yo...—el rubio fue el primero en hablar—. ¡Debo buscar a Nino! —exclamó, era lo primero que había cruzado por su mente y no quería perder tiempo en buscar algún otro pretexto— Él seguramente está en los casilleros, le había pedido que buscara algo por mí. ¡Debo ir por él! Ya vuelvo—y tras terminar aquella oración, Adrien desapareció rápidamente.

—¡Y yo debo ir por Alya! —la azabache se inspiró tras oír las palabras de Adrien—. La ví entrar a los baños hace un rato, no puedo dejarla sola. ¡No se preocupe señorita Medeliev!

Tal vez bajo otras circunstancias, Medeliev no habría permitido que ambos chicos se vayan, pero ninguno de los dos, le dejo la opción a negarse ya que corrieron en cuanto terminaron sus oraciones, aunque, a pesar de ello, tenía la sensación de que estarían bien.

Marinette se encerró en el primer salón vacío que divisó, y una vez corroboró que no había nadie, cerró las cortinas, y abrió su bolso para que su kwami finalmente pudiera salir.

—¡Tikki, trans-

—¡No puedo creer que hayas defendido a Chat Noir de tal forma! Estoy muy segura de que él lo apreciaría mucho—Tikki no pudo contener la emoción de lo que acababa de oír hace un rato.

Imaginaba que Marinette se sentiría mejor de por al fin alzar su voz, y decir lo que creía verdaderamente respecto a su compañero, así no sea como Ladybug. Y claro que se sentiría feliz, si la persona a la que se lo hubiera dicho no hubiera resultado ser el chico que ella ama...

La azabache se congeló unos segundos al recordar lo que acaba de hacer, ¿ahora cómo miraría a Adrien a los ojos después de todas las cosas que le dijo? Mientras su mente se volvía a sumergir en todos los posibles e imposibles escenarios futuros, inclusive en uno en donde el rubio la odia y desprecia al punto de irse del país para no verla nunca; Tikki se preguntaba cómo podía ingeniárselas para sacar a su dueña de aquel transe, o, porque no pudo decirle aquel comentario cuando la batalla hubiera terminado.

Pero, para suerte —en el caso de Marinette— un terremoto, que muy posiblemente haya sido producido por la persona akumatizada en esta ocasión, llego al lugar. La azabache, en un reflejo, se escondió debajo de uno de los pupitres del salón, no tardo mucho para que se escucharan los gritos provenientes de afuera, los cuales en su mayoría eran de sus compañeros, pero también de algunos parisinos.

—Podrás preocuparte por ello después, ¡ahora tenemos una ciudad que salvar! —exclamó su kwami, aprovechando la conmoción que la sacudida había producido en la joven.

—Tienes razón, ¡Tikki, transfórmame!

Una vez transformada, nuestra heroína se abrió paso por una de las ventanas más cercanas, y utilizando su yo-yó subió al tejado de su escuela para hallar el lugar exacto en el que se encontraba el villano.

—Esta en el río Sena, Bugaboo.

Aquel sobrenombre, era imposible que no supiera de quien se trataba, giró sobre sí misma, y sonrío al encontrarse con un joven gatito apoyado sobre su bastón.

—Temía que no vinieras—proclamó la superheroína.

—Yo también lo temía—confesó el rubio. Desvió la mirada, apenado por lo que acababa de decir, después de todo, disimuladamente dijo que estaba a punto de fallar en una de sus principales obligaciones como protector de París—. Pero, alguien especial me recordó quién soy.

Ladybug quedó intrigada al escuchar esa oración, sobre todo por lo que ella misma acababa de decir de él —según ella, sin que él supiera—, sentía el deseo de preguntar, pero, se contuvo, no le importaba mucho el motivo que haya hecho cambiar el ánimo a nuestro héroe, le importaba más el hecho de que estaba ahí, con ella.

No pensaba volver a perder a su compañero.

—Chat, yo...-

—¡My lady, cuidado! —interrumpió el rubio antes de tomar a la azabache por la cintura y escapar del lugar, debido a una gran piedra que venía hacia ellos—. Ladybug, ¿estás bien? —preguntó en un tono alarmado.

—Somos tú y yo contra el mundo.

Aquella respuesta dejo completamente conmocionado a Chat Noir, quien sintió más fuertes los latidos de su corazón, era una mezcla, por la adrenalina, y por lo que acaba de oír, muchas preguntas comenzaron a formularse en su cabeza —¿esto será un sueño?— , sin embargo, su mente quedo en blanco, no tenía idea de como reaccionar o que decir al respecto; pero su corazón sí, y tomó riendas de la situación: "Tú y yo, contra el mundo." Reafirmó.

Sin duda, sería una batalla especial.

Only You | ML | ✔Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin