O7 | Explicaciones.

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Ambos súperhéroes entraron con cautela, deslizándose por una pequeña entrada del ático que se ubicaba en el techo, una vez que ambos se encontraron dentro del lugar, Ladybug le pidió a Chat que la siguiera, tratando de hacer el menor ruido posible, y, obviamente, sin separarse de ella. Caminaron un tanto a ciegas unos minutos, hasta que llegaron al salón principal, el cual estaba iluminado por un gran ventanal que permitía el ingreso de la luz de la luna, la azabache dirigió la vista a su compañero, y le susurro un: "espera aquí", antes de adentrarse en la habitación.

El lugar estaba muy iluminado como para entrar sin ser notados, por lo que, la joven creyó que lo mejor que podía hacer era hacerlo por su cuenta, para que de esa manera, el maestro Fu no se lleve una gran sorpresa —al menos, no tan deprisa—, y, a decir verdad, Ladybug ya se empezaba a cuestionar porqué aún no lo había encontrado en la casa, pensó en la posibilidad de que algo le hubiera ocurrido, pero no se veía ninguna señal de algún tipo de pelea o forcejeo, así que descartó esa hipótesis a falta de evidencia, sin embargo, eso no le quitaba el estado de alerta en que se encontraba, cada paso que daba, era con sumo cuidado, y estaba atenta a inspeccionar cada rincón que le era posible alcanzar con la mirada; pero, para su mala o buena suerte, el maestro se encontraba más cerca de lo que creía, y de hecho, hasta la estaba esperando.

Fu recibió a Marinette con un ataque sorpresa, a los cuales la azabache estaba más que acostumbrada, razón por la cual pudo evitarlo fácilmente, hace ya un tiempo que este tipo de situaciones formaban parte de su entrenamiento, y bajo cualquier otra circunstancia, podría continuar la batalla tranquilamente, sin embargo, ahora traía compañía, y requería contárselo a su maestro cuanto antes.

—Maestro, escuch- —Ladybug intentaba hablar, pero le era imposible hacerlo al estar bajo ataque, desvió su mirada del maestro Fu hacia el lugar en donde se encontraba su compañero, pero por más que se esforzara no lograba divisarlo, aquello le preocupo bastante.

Cuando volvió su vista a la pelea, estaba a punto de recibir un golpe tras haberse distraído unos segundos, fue entonces cuando cierto gatito salto a la acción.

—¡Aléjese de My Lady! —exclamó Chat Noir tras colocarse frente a la azabache y desviar el ataque por ella.

El maestro Fu quedó completamente inmóvil en cuanto diviso a Chat Noir, sus ojos denotaban claro asombro, pero eso era todo, no realizó ninguna otra expresión además de esa, incluso podría llegar a decirse que parecía una estatua, el rubio por su parte se conservó en estado de alerta, no estaba del todo seguro de que es lo estaba ocurriendo, pero se negaba a mantenerse quieto mientras observaba como atacaban a su compañera, la cual, por cierto, estaba muy apenada, y cuya tez denotaba cierto color rosáceo, en definitiva, la situación no era para nada como habría podido esperar, pero debía admitir, que tampoco estaba resultando tan caótica como llego a imaginar.

—Maestro—habló la azabache, mientras se movía hacia el lado de su compañero, quedando a la par—, puede que usted no quiera decirle, pero a mí me parece que él ya vio lo suficiente—sentenció la azabache, sacando a Fu de la conmoción en que se encontraba.

Fue entonces que finalmente la postura del mayor se relajó, librándose de aquella posición de ataque y adoptando una más calmada y neutra, sin embargo, su expresión delataba cierta preocupación, que el maestro se esforzaba por mantener oculta. Por otro lado, el rubio se encontraba y sentía completamente fuera de contexto, no dejaba de intercambiar miradas con Fu y con Ladybug, en las cuales se podía sentir un tácito: "Requiero Explicaciones", debía admitir que en el fondo se sentía algo enojado, ya que no le agradaba el presentimiento de estarse perdiendo de algo, pero decidió mantenerse a raya, y confiar en la azabache como dijo que lo haría; después de uno segundos, al ver que la tensión de la habitación aumentaba debido al silencio, Ladybug estaba a punto de hablar, sin embargo, Fu le ganó la palabra en esta ocasión.

—Ladybug, déjanos a mí y a Chat Noir a solas, por favor—ordenó.

El cuerpo de Marinette se tensó al oír eso, no entendía por qué debía retirarse, deseaba estar presente en lo que sea que el maestro Fu deseara contarle a Chat Noir, la ansiedad la carcomería viva de lo contrario; aunque en el fondo, su subconsciente le recordó que, si deseaba la colaboración del mayor, lo mejor sería acatar su decisión. Por lo que, respiro hondo, y confiando en su intuición decidió irse, no sin antes dedicarle una mirada de calma a Chat, esperando que así el rubio se relajara, y le dé un voto de confianza a Fu en esta ocasión, al menos por ella.

Sin embargo, la preocupación tampoco la dejaría tranquila si se iba por completo del lugar, así que decidió esperar en el techo a que ambos terminaran su conversación, en esos instantes, Ladybug sentía que alguien había tomado las manecillas del reloj y las había detenido, caminaba de un lado a otro —tanto, que estaba a punto de crear una zanja— imaginándose sobre qué es lo que podían estar hablando esos dos, y por esta vez, trataba de mantenerse alejada de cualquier escenario negativo posible, no sabía si su mente lo soportaría; pasado unos minutos, que para la azabache fueron una eternidad, Chat Noir apareció, en cuanto el rubio divisó a su compañera, no pudo evitar sonreír, de cierta manera, le agradaba saber que ella se preocupaba por él hasta ese punto de quedarse; tal como él lo haría por ella. "Es mutuo" pensó.

En ese instante Ladybug volvió a respirar tranquila, solo que aún mantenía una mirada expectante hacia su compañero en todo momento, parecida al tácito "¿Cómo te fue?" que te dan tus padres en tu primer día de clases, Chat simplemente se limitó a esbozar una sutil sonrisa algo juguetona, debía admitirlo, le gustaba molestar a su Lady de vez en cuando, bajo la supervisión de la azabache se acercó a ella, quien se encontraba casi al borde. Marinette jugueteaba con una de sus manos atenta a cualquier movimiento que hiciera el rubio, estaba a punto de explotar y abalanzarse sobre él con las mil y un preguntas que le habían estado rondando la cabeza estos últimos minutos, pero eligió esperar unos segundos más; fue allí cuando Chat, finalmente decidió acabar con el suplicio de su amada.

—Ahora tienes un nuevo compañero de entrenamiento, Ladybug—Al instante que Adrien termino aquella frase, Ladybug no pudo evitar soltar un suspiro de alivio.

"Entonces Fu sí le dijo la verdad después de todo" pensó. En ese momento, el peso de sus hombros desapareció, tal vez reaparecería en el momento que vuelva a la cotidianidad de su vida, pero por ahora, se sentía en una calma que hace mucho deseaba, y quería disfrutarla, quería disfrutar el que aquel dolor de su pecho haya desvanecido por unos instantes, sin pensarlo mucho se desplomó por completo en el tejado y se dedico a contemplar el cielo parisino por una noche, respiro hondo, y por primera vez, en un largo tiempo, estaba orgullosa de ella misma.

Chat al ver aquella escena, se sintió algo ajeno, y decidió que lo más adecuado sería brindarle un momento de privacidad a su compañera, sin embargo, cuando estaba a punto de marcharse, la azabache lo percibió, y aprovechando el momento, soltó una pregunta más.

—¡Espera! —exclamó, mientras se reincorporaba y dirigía su mirada a Chat—. Fu... ¿Te contó algo sobre qué ocurrió hoy con Hawkmoth?

Chat se limitó a sonreír, antes de desviar la mirada y prepararse para irse—Por una vez, tú tendrás que quedarte con la duda Bugaboo—habló. Pasado unos segundos, volvió su mirada a Ladybug, y agregó—. Fu iba a hablarme hoy, así tú no me trajeras, así que no creas que está enojado contigo. Él te estima, más de lo que crees.

Y dicho esto, se marchó, dejando atrás a una Ladybug muy confundida.

Pero no era la única con los famosos "sentimientos encontrados", en el camino de regreso, no dejaban de aparecer más y más preguntas en la mente de Chat, como si hubieran partes cortadas en la historia que se le había contado, no iba a mentir, sintió un gran alivio a medida que Fu le iba aclarando uno a uno cada uno de los cambios que habían estado ocurriendo alrededor de su compañera, al igual que noto como el maestro se esforzaba por limitarse a dar la información justa y necesaria con respecto a la azabache, cuidando de no dar algún detalle "extra", cosa que le costaba por la cercanía que ya le estaba teniendo.

Y su corazón se exaltó aún más cuando Fu incluso menciono que, Ladybug quería incluirlo desde hacía ya un tiempo, aún así, cuando se ponía a pensar en ello, se imaginaba como se habría desarrollado todo si la situación hubiera sido dada a la inversa, no se imaginaba a sí mismo siendo capaz de mentirle día a día a su amada, e incluso a las personas cercanas a él —aunque, irónicamente, aquello era lo que estaba a punto de hacer—. El maestro menciono que solo había mostrado una gota, de todo el océano que hay allí afuera, si su compañera ya estaba conociendo aquel mar, ¿La fuerza de las olas, los secretos, serían suficiente para orillarla a mentir?

En cuanto más lo pensaba, más le invadía la curiosidad, después de haber esperado tanto por, aunque sea, una sola pista de qué es lo que estaba pasando, no se rendiría tan fácil, estaba completamente determinado a conseguir toda la verdad, no deseaba más cosas a medias.

Una vez se encontró en su habitación, suspiro, liberó a Plagg de la transformación, y se tumbo sobre su cama, esperando que esta la tragara, recién comenzaba a sentir el gran cansancio y dolor apoderarse de su cuerpo, después del día que había tenido, era su primera oportunidad para darse un respiro y procesar con claridad todo lo que había ocurrido.

—Plagg, ¿Tú sabías de esto? —preguntó el rubio, su voz se escuchaba un tanto distorsionada, debido a que tenía su cabeza hundida entre un par de almohadas, aun así, su kwami logró entenderle.

—No. También estoy molesto de que terroncito me mintiera, me deberá mucho queso—sentenció, debido al cansancio, y a que conocía la actitud de Plagg, le costaba distinguir si este estaba mintiendo o diciendo la verdad.

No le hizo mucho caso y lo dejo pasar, de cualquier manera, siempre tendría la opción de sobornarlo con quesos más tarde. Suspiro, mientras cambiaba su posición a una en la que las almohadas no lo aprisionaran, estiro su brazo hasta alcanzar su celular el cual se encontraba en una mesita de noche a su lado derecho, y en cuanto lo encendió, una notificación de su calendario captó toda su atención. "Rayos" pensó.

—Plagg, ¿qué día es hoy? —preguntó Adrien, su tono de voz se escuchaba considerablemente más despierto que hace un rato.

—¿Por qué? —Su kwami quedó confundido ante el repentino cambio de actitud de su dueño.

Pero el rubio no respondió, se limito a quedarse en silencio unos segundos —en los que parecía estar calculando algo importante— antes de utilizar las pocas fuerzas que le quedaban e intentar sentarse al borde de su cama, sintió ciertos punzones en su espalda al hacerlo, pero no les presto mucha atención al ser algo a lo que acostumbraba, volvió a coger su teléfono e inmediatamente ingreso a la aplicación de mensajes y comenzó a redactar.

—¿A quién le escribes? —preguntó Plagg con gran curiosidad, no entendía que es lo que pudo haber revivido a su dueño, que hace tan solo unos minutos, parecía estar a punto de morir—. ¿A tu fan número uno? —agrego una vez logro leer el remitente.

—Plagg, ella no es una fan, es mi amiga—corrigió el rubio.

Sonrió e instintivamente recordó lo de esta mañana, aún no había tenido la oportunidad de agradecerle apropiadamente a Marinette por sus palabras, "tal vez esta pueda ser mi oportunidad" pensó, dio un último vistazo al mensaje antes de enviarlo:

«"Marinette, mañana iré a tu casa alrededor de las 8, espero que no te moleste, pero yo y los ejercicios te robaremos todo el día.


Saludos, Adrien. :)"»

Quitando de lado los posibles y existentes obstáculos, como el que deberá explicarle a su padre que deberá cumplir una tutoría obligatoria debido a faltas que tuvo en clase —o al menos, encontrar alguien que pueda llevarlo mañana—, que cabe la opción que ya le hayan arreglado alguna actividad para mañana, o que inclusive su futura alumna ya tenga planes para el día siguiente... y un largo etcétera, decidió hacer todo eso a un lado, mañana encontraría una forma de resolverlos; por ahora, nada podría desviarlo de su nueva misión:

"Seré el mejor tutor del mundo".

Por un momento pensó en que seguramente Marinette estaba descansando ahora, y se preguntaba si aquellas palabras que dijo, significarían tanto para ella como lo hacían para él.

Si supiera...

Only You | ML | ✔Where stories live. Discover now