14 | Salir.

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Marinette se veía frente a su espejo, era la duodécima vez que se cambiaba de outfit, sin embargo, ella seguía igual de indecisa que cuando se vio en su primera opción, a su parecer aún no encontraba "el indicado". Su kwami, quien había terminado sepultada bajo las mil y una prendas que su dueña no paraba de arrojar a la cama, intentaba librarse de aquel encierro, —del cual, por cierto, la azabache no parecía haberse percatado—, cuando por fin lo logró chocó sin querer contra la espalda de Marinette, la cual se sorprendió, pues se preguntaba a donde había ido su compañera.

—¡Tikki! Hace rato que te llamaba, ¿Dónde te habías metido? —El rostro del kwami mostró una clara expresión de incredulidad y enojo ¿De verdad no se dio cuenta del momento en que toda la ropa le cayó encima?, aunque, Marinette estaba tan emocionada y nerviosa que no le dio importancia a la reacción de su amiga y siguió preguntando—. ¿Tú qué opinas? ¿Me veo bien?

Tikki suspiró pesadamente antes de hablar—Marinette, hace una hora te dije que te veías muy bien.

—Lo sé, pero quería probar como me vería con mi blusa nuev-.

—Marinette—interrumpió su kwami—, si no vas a tomar en cuenta mi opinión no tiene sentido que continúes preguntándome.

—Perdona—La joven se veía apenada y ligeramente sonrojada—. Es que estoy muy nerviosa, no quiero cometer ningún error hoy.

—Adrien y tú pasan mucho tiempo juntos cuando viene a enseñarte, creí que eso te había ayudado a no entrar en pánico cada que estés cerca de él.

—Como tú dices Tikki, eso es cuando viene a enseñarme, esta vez es una cita, es algo completamente diferente—explicó, mientras revisaba su closet en busca de alguna nueva opción.

Estaba por probarse un overall que no usaba desde hace años cuando su madre gritó: "Hija, Adrien ya está aquí", desde el piso inferior. Marinette entró en pánico tras oír eso, no había logrado probarse la treceava opción, ¿Qué tal si esa era la indicada? O ¿La quinceava? Tampoco reviso el pronóstico del clima, ¿Y si llovía? ¿Debía llevar un paraguas? ¿Un suéter? Pero, si no llegara a llover se vería tonta por cargar con un paraguas toda la velada, ¿Adrien se burlaría de ello por eso?; Tikki, quien notó como su compañera estaba al borde de un ataque de pánico, decidió intervenir.

"Marinette, mírate, estás muy hermosa" habló Tikki, a la vez que dirigía la mirada de la azabache hacia su propio reflejo en el gran espejo de la habitación, Marinette se calmó por un segundo y se observó detenidamente, llevaba su cabello suelto —debido a aquella vez que Adrien le dijo que le quedaba bien— y tenía puesto un vestido celeste que ella misma había terminado de confeccionar hace tan solo unas semanas atrás, debía admitir que le generaba cierta desconfianza el usar algo que ella misma diseñó, sobre todo porque no era ninguna profesional y la mayoría de sus trabajos no los mostraba al público, pero ahora, viéndose con el puesto, estaba muy orgullosa y satisfecha del resultado.

—Todo saldrá bien, confía en ti, ¿sí? —susurró su kwami, Marinette asintió con una sonrisa y abrió su bolso para que Tikki entrara—. ¡No te olvides del regalo! —exclamó antes de esconderse, la azabache se sobresaltó, porque, efectivamente, lo había olvidado, tras revolver entre todas sus cosas, más que nada, prendas, lo halló, y tras ver cuánto tiempo ya estaba tardándose, bajó corriendo las escaleras.

Y esta vez, no se cayó de ellas.

Adrien quedó algo cautivado por la forma en que Marinette se veía —aunque lo hacía sentir que no se había arreglado adecuadamente para la ocasión—, y se sintió bastante apenado cuando al comentarle lo bien que se veía, su amiga quedó hecha una "estatua" por unos segundos. Sabine y Tom no dejaban de sonreír ni de insistir en tomar una foto como el recuerdo de su primera cita, como lo hicieron ellos, a lo que Marinette inmediatamente respondía que no era necesario, que no era una cita "cita", y les susurraba algo que el rubio no llegaba a descifrar, Adrien solo se limitaba a ver enternecido la pequeña "pelea" que su amiga estaba teniendo con sus padres, incluso sintió algo de envidia por ella, la calidez de una familia..., se preguntaba si Marinette sabía lo afortunada que era.

Only You | ML | ✔Where stories live. Discover now