After All This Time / Harco

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Una semana había transcurrido desde la dichosa fiesta de aurores, en la que Harry y Ron habían tenido un encuentro nada amistoso, y en el que el mundo mágico volvió a ver a Draco Malfoy al lado del niño que vivió para ser símbolo de paz luego de la guerra. 

Lo primero que se destacaba eran los reportes en el profeta y en corazón de bruja. 

En el primero, se hablaba de la bondad y del ejemplo a seguir que era Harry Potter, cuidando y ayudando a Draco Malfoy luego de haber salido de Askaban. Se hablaba del mal estado en el que se encontraba el mortífago, -debido a los testimonios de algunos aurores anónimos - y que Harry había ayudado, a sabiendas de que Malfoy había cumplido con su condena a cabalidad. 
Esto generaba muchos sentimientos contrariados en la comunidad; estaban los que apoyaban y admiraban aún más a Harry - que en realidad, eran la mayoría. - y el otro lado, el cual estaban reacios a aceptar aquello, y pensaban que quizá el héroe andaba bajo la imperius o que ya Potter había perdido la cabeza. ¿Por qué ayudar a uno de los que tanto daño hizo durante la guerra? era el tipo de pensamiento que mantenía Ron Weasley. 

La cosa era muy diferente en corazón de bruja, debido a que el bum se encontraba en la nueva pareja al parecer vista por primera vez en el baile. Hermione Granger y Draco Malfoy, aquello había  reventado las ventas en la revista y Rita Skeeter no podría estar más excitada. 
Se rumoreaba del rompimiento de Weasley y Granger desde ese día, ya que se coló la información de que el auror tuvo que visitar San Mungo junto a Potter, quizá por una pelea en defensa del honor de la chica, en la que claramente, Potter había tomado partido por Malfoy. 

La farándula estaba en un revuelo increíble y Harry no podía estar más enojado y fastidiado por ello. Ron había sido suspendido por Robards una vez se le aclararon cómo fue que sucedieron las cosas esa noche; había atacado a un superior y estaba manchando la imagen de los aurores. Aunque, Harry sabía que también era porque se había atrevido a tocarlo, él, el niño consentido del ministerio y eso daba la explicación a que la suspensión había sido de nada más y nada menos que 10 días, cosa que se le hacía exagerada contando con que a penas habían sido unos puños y que al final, había sido él mismo el que había dejado en muy mal estado a Ron. 
Aún así, Harry no había ido a buscar al pelirrojo y viceversa; ambos estaban dolidos, ambos se sentían traicionados y el par de leones sencillamente se negaban a si quiera acercarse al otro, a menos que claro, se quisiera iniciar otra pelea. 

El otro dolor de cabeza que mantenía a Harry de muy mal humor, era el rumor de su mejor amiga y Malfoy juntos. Oh, y no era exactamente por el reportaje de Skeeter que estaba enojado, no. Era porque él creía que quizá y sólo quizá, esta vez no era sólo un rumor. 

Hermione, desde el día en el hospital, iba absolutamente todos los días a su casa y no precisamente a verlo a él. De  alguna manera, Malfoy y ella ahora parecían llevarse de maravilla;  la rubia le llevaba libros, postres, noticias y cosas que Harry al principio había sentido de agrado, pero, al notar la manera en que Malfoy le sonreía a la chica y cómo esta se sonrojaba a veces o empezaba a actuar de manera torpe, poco a poco empezaba a hervirle la sangre. 

¿Acaso Hermione no andaba tratando de arreglar las cosas con Ron? se auto convencía de que esa era la razón de su malestar al notar aquellos detalles que quizá, y sólo quizá, apuntaban a que había algo surgiendo entre esos dos. 
Ya casi no compartía tiempo a solas con Draco, ya que, al llegar a casa después del trabajo, Hermione ya estaba allí y se iba hasta que Draco se iba a dormir. 

Para colmo, la semana que vendría tendría que irse toda la semana por una misión en cubierta en Escocia y Hermione estaba más que gustosa de estar al pendiente de Malfoy en su ausencia. 
Le incomodaba de sobremanera, por lo que esa noche cuando llegó a su casa y vio a Malfoy y Hermione jugando cartas, su magia se descontroló y un par de bombillos reventaron al tiempo que una puerta se azotó.