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Especial 4/4 

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El calor los había envuelto a los dos en esa cama tan jodidamente estrecha. Se encontraban navegando entre un océano de llamas ardientes que hacían a Malfoy perder la cabeza al sentir que su frío temperamento se derretía, lo exponía ante él. 

Él. 

Potter en algún momento había quitado la túnica del cuerpo de Malfoy, dejándolo expuesto a su mirada hambrienta.  A pesar de ello y del frío que en ese momento hacía en las calles Holandesas, Malfoy sentía que hacía demasiado calor, un calor que le torturaba y que de alguna manera necesitaba quitarse de encima. 

Aquellos labios estaban besando su piel, recorriéndole con maestría centímetro a centímetro, casi como si buscase grabar a cabalidad junto a cada detalle y textura cualquier parte que lograra alcanzar. 
Cualquier parte que Malfoy estuviese dispuesto a entregar, y en ese momento, estaba siendo una presa masoquista dispuesta a morir entre las garras de su depredador. 

Las frías manos de Malfoy peleaban con el uniforme del auror, sacándolo a medías hasta que este quedó con una fina camisa blanca que usaba bajo el mismo. 
Cada que sus labios se encontraban se permitían el gusto de devorarse mutuamente, peleando por quién podría dominar la lengua del otro, sin ningún éxito. Porque ninguno se iba a dejar dominar por el otro a pesar de que ambos anhelaran ser dominados. 

—Oh joder...

Malfoy jadeó con sorpresa cuando sintió una de las manos de Harry posarse sobre su erección, apretándola de forma casi criminal, lo que dio por resultado a un rubio enrojecido mientras se retorcía levemente, aferrándose a los brazos bien formados del auror.

—Esa boca, siempre tan insolente. 

Susurró con voz ronca el héroe del mundo mágico contra los labios de Malfoy, mientras su brusca mano se colaba entre la tela de la ropa interior ajena. 

Un gemido un poco más asfixiado llegó a los oídos de Harry mientras la erótica imagen de Malfoy bajo suyo le enloquecía por completo. 
Sus ojos cerrados, la sutil arruga en su frente debido a que estaba frunciendo el entrecejo mientras sus labios se mantenía sutilmente abiertos, tan provocativos y rosados. 

El auror rodeó la base de aquel miembro y empezó a recorrer toda la extensión con suma delicadeza y lentitud, grabando en su memoria táctil cada estría y relieve provocado por las venas latentes que hacían que aquel músculo se mantuviera erecto y duro. 

—Mierda, mierda. Sí. 

Exclamó Malfoy mientras tiraba de sus caderas un poco hacia arriba, en busca de un roce más intenso, más firme. 
Harry sonrió ante aquella sensualidad y empezó a masturbarle con más firmeza, mientras sus besos llegaban hasta el pectoral derecho, rodeando entonces aquel botón rosado con sus dientes. 

Chupar, lamer, morder y Malfoy ya se encontraba arqueado y con sus manos enredadas en el cabello oscuro de Harry. 
Las sucias palabras incoherentes y casi intelegibles que soltaba el rubio enloquecían a Potter, como la oda sexual más hermosa que hubiese escuchado nunca y que podría hacerle llegar al orgasmo como una epifanía celestial. 

Malfoy era celestial e injustamente hermoso. 

Harry estaba recorriendo con su lengua el abdomen de Malfoy, delineando su ombligo con la punta de la lengua cuando los espasmos ajenos llamaron su atención y el semen de Malfoy se disparó justo hacia su quijada y su mano derecha. 
Estaba tan concentrado y embebido en el cuerpo de Malfoy que no notó el momento en que este había estado por llegar al climax. 

After All This Time / HarcoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora